Sharm el-Sheikh
La cumbre del clima entra en su semana clave con las negociaciones estancadas
Tras más de siete días de debates, los países no han logrado todavía cerrar ni un primer borrador del pacto
Los diplomáticos afean la "falta de liderazgo" de Egipto y afirman que la presidencia no está presionando para desatascar el embrollo
Valentina Raffio
Periodista.
Sharm el-Sheikh encara su semana definitiva con los deberes a medio hacer, gran parte de las negociaciones aún en el aire y un extraño sentimiento de descontento en el aire. La cumbre del clima de este año avanza a tropezones. A un ritmo mucho más lento de lo habitual. A estas alturas del evento, lo normal sería tener al menos un primer borrador formal en el que se reflejaran tanto los consensos como los temas de debate y, a partir de ahí, dedicar el 'sprint final' de las negociaciones a cerrar las últimas aristas. Pero este lunes, en el arranque de la segunda y última semana, ninguno de estos documentos ha salido aún a la luz.
La gran promesa de la cumbre de Sharm el-Sheikh era proteger a los países más vulnerables del caos climático. Para ello, por primera vez en la historia, los países acordaron incluir en su agenda oficial de negociaciones el debate sobre cómo, cuando y quién debe financiar las pérdidas y daños que la crisis climática está causando en el sur global. En estos momentos, según explican fuentes cercanas a las negociaciones, las conversaciones sobre este tema han llegado a un punto muerto. Los estados más vulnerables a los extremos climáticos (como la coalición de islas en riesgo de extinción por el aumento del nivel del mar) presionan para crear un mecanismo multilateral para financiar los estragos climáticos. Los estados más ricos, por su parte, proponen aplazar esta iniciativa hasta el año 2024.
La otra gran controversia de esta cumbre del clima celebrada bajo un sol abrumador y un calor infernal tiene que ver, paradójicamente, con cómo limitar el aumento global de las temperaturas. La semana pasada, una alianza de países del sur global reclamó un compromiso global para limitar el calentamiento global por debajo de los 1,5 grados de media. Este mismo lema también se ha repetido en los discursos sobre el terreno de diplomáticos y jefes de estado pero, por ahora, todavía no se ha reflejado en nada concreto. El año pasado en Glasgow, los países se comprometieron a diseñar planes climáticos más ambiciosos pero, llegados a Sharm el-Sheikh, son muy pocos los que han traído medidas más contundentes para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero.
Negociaciones estancadas
Todavía queda un largo camino de debates, negociaciones y acuerdos pero, hoy por hoy, todo apunta a que Sharm el-Sheikh no llegará a la meta con el éxito previsto. Al menos no con todos los galones que había prometido en el arranque de la cumbre. "Todavía hay muchos asuntos sin resolver. Si seguimos con este atasco, no lograremos cerrar un acuerdo que esté a la altura de la gravedad de esta crisis", afirma Simon Stiell, el recién electo secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en referencia al estado actual de las negociaciones de la cumbre.
El descontento sobre el estado de las negociaciones se palpa en el aire en Sharm el-Sheikh. Y son muchos los que, llegados a estas alturas del encuentro, afean a la presidencia egipcia su "falta de liderazgo" en el debate. Sobre todo porque, como ya es habitual en este tipo de eventos, el país que acoge la cumbre es el que marca el rumbo de las negociaciones y de los acuerdos finales. Y esta tarea, lejos de resolverse en las dos semanas que se celebra la convención, suele ocupar prácticamente un año. De ahí que, en el caso que nos atañe, varios diplomáticos explican a este diario que Egipto no ha hecho el suficiente trabajo previo para garantizar el éxito de esta cumbre.
Más de noventa debates abiertos
Un análisis realizado por la plataforma 'Carbon brief' resume los más de noventa temas de debate que, hoy por hoy, se están discutiendo en Sharm el-Sheikh. De los casi cien puntos que ahora mismo hay sobre la mesa, una buena parte todavía no han llegado a ningún puerto y otra gran porción destacan bajo un letrero rojo que señala los desacuerdos entre los diferentes países implicados. Según destaca el análisis, por ejemplo, parece que los gobiernos coinciden en señalar la necesidad de establecer un objetivo de financiación para los programas de adaptación global pero, aun así, no han llegado a un consenso sobre la cifra exacta. O sobre cómo incluirlo en el texto.
Sharm el-Sheikh se enfrenta así a una semana especialmente convulsa. Sobre todo porque, en el considerado como 'sprint final' de las negociaciones, todavía tiene mucho camino por recorrer. En las próximas horas (o días), se deberían publicar los primeros borradores de los acuerdos. A partir de allí, el debate se centrará en el contenido del texto (o bien para pulir el redactado o bien para incluir más contenido). El acuerdo final de esta cumbre dependerá, en gran medida, de cómo queden reflejados los compromisos pactados en estos días. Así que en la práctica, tras el convulso debate de estos días, el legado de Sharm el-Sheikh solo será lo que quede escrito negro sobre blanco.
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