Investigadores encuentran larvas de nácar en la Costa Brava tras ser arrasada la especie

Se han recuperado siete entre el Cap de Creus y las islas Medes, lo que abre "una pequeña puerta a la esperanza"

Halladas por primera vez larvas de nacra en la Costa Brava después del parásito que arrasó la especie

Halladas por primera vez larvas de nacra en la Costa Brava después del parásito que arrasó la especie. /

Xavier Pi / Eli Don

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El nácar es un molusco endémico del Mediterráneo, tiene la apariencia de un mejillón gigante y su caparazón puede llegar a medir más de un metro. Vive clavada en el fondo marino en posición vertical, en fondos arenosos y praderas de posidonia. Precisamente por ello, también favorece la biodiversidad (porque su caparazón, al ser una estructura dura, actúa como una especie de roca donde se fijan plantas y animales marinos).

Hace pocos años, era relativamente habitual que los submarinistas encontraran esta especie de nácar ('Pinna nobilis') cuando hacían inmersiones en la Costa Brava. Pero a finales del 2017, y sobre todo en el 2018, la situación dio un vuelco. La llegada de un parásito, que ya se ha extendido hasta el extremo oriental del Mediterráneo, hizo desaparecer hasta el 90% de la población de estos nácares en el litoral gerundense.

El protozoo, que nunca se había descrito antes, devastó la especie. Afectaba al sistema digestivo de las nácares, las debilitaba, y aquellas que no acababan muriendo se convertían en alimento para los crustáceos y peces.

Para luchar contra esta mortalidad, se llevaron a cabo diferentes iniciativas para preservar a la especie. Aquí se rescataron 215 nácares de la bahía de Portlligat y las trasladaron a diferentes acuarios y centros de investigación. Además, sin sacarlas del medio, se pusieron jaulas protectoras a otras 40 nácares (para impedir que los moluscos, si enfermaban, acabaran devorados).

Por desgracia, sin embargo, ninguna de estas dos fue efectiva. "La mayoría de los nácares murieron a consecuencia del parásito; además, también se trata de una especie que, una vez se la extrae del medio natural, es muy complicada de mantener en un acuario", precisa Dalmau.

Colectores de larvas

Sin embargo, quedaba una tercera pata de estos proyectos: la instalación de colectores de larvas para intentar recoger alevines de aquellos nácares que consiguieran reproducirse. Durante los primeros años, tampoco hubo éxito. Pero este 2022, por primera vez, se han podido encontrar larvas de nácar.

El proyecto de este año termina ahora en octubre. Lo lleva a cabo SUBMON por encargo del Servei de Fauna i Flora de la Generalitat de Catalunya i Forestal Catalana. En total, se han instalado tres colectores: dos de ellos en la zona del Cap de Creus (en Portlligat y Cadaqués) y un tercero en las islas Medes.

Repartidos entre todos ellos, los investigadores han encontrado siete larvas de nácar. "El mero hecho de haber podido recuperarlo ya es un éxito, porque no es algo que acostumbre a ocurrir", concreta Dalmau. Las larvas se han trasladado a los laboratorios que el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) tiene en el Delta de l'Ebre, donde se mantendrán en condiciones controladas y, cuando crezcan, se comprobará que se trate de ejemplares de Pinna nobilis .

La otra posibilidad es que se sean de otro tipo de nácar (conocida como 'Pinna rudis') que no se vio afectada por el parásito. Sin embargo, a diferencia de la otra, ésta es más pequeña y suele vivir en fondos rocosos y duros. "A estas alturas todavía no podemos asegurar de qué tipo de nácar se trata; habrá que esperar a que crezcan un poco más para afinarlo", explica el técnico de proyectos de SUBMON.

"Una pequeña puerta a la esperanza"

Andreu Dalmau dice que haber encontrado las larvas ya abre "una pequeña puerta a la esperanza", porque eso indica que hay individuos adultos que ya se pueden reproducir. "Hasta ahora no nos había pasado, y eso puede ser indicativo de que haya nácares que hayan logrado superar el parásito y estén sanas", explica.

El técnico de SUBMON deja claro, eso sí, que en ningún caso el hallazgo de las larvas es un indicativo de que la situación de la especie mejora. "Sigue siendo crítica, no sólo aquí sino en todo el Mediterráneo; y cometeríamos un error grave si lo pensáramos", subraya Dalmau.

"Prácticamente extintas"

De hecho, en general, el técnico de SUBMON explica que las poblaciones de nácar están "prácticamente extintas" en todas partes, salvo contadas excepciones. En Cataluña, por ejemplo, se encuentra una reserva en el Delta del Ebro, porque aquí la salinidad y la temperatura del agua han impedido la entrada del parásito.

Más allá de aquí, en todo el litoral, Dalmau admite que la población está "muy dispersa" y que, para localizar nácares vivos, se está pidiendo que quienes vean alguna haciendo inmersiones, le hagan fotos, la geolocalicen y avisen por poder estudiarla. Esto les ayudará también, en caso de que se trate de Pinna nobilis, a saber dónde poner colectores de larvas para promover su reproducción.

El hallazgo de las larvas que ha realizado SUBMON a los distintos colectores se suma también a otra. La de la docena de nácares que observaron un grupo de voluntarios, los 'Observadors del Mar', en la zona del Cap de Creus. Los naturalistas fueron descubriendo sus ejemplares durante varias inmersiones. A partir de ahí, desde la comunidad científica se extrajeron muestras para enviarlas a analizar (y ver si se trata de 'Pinna nobilis', de 'Pinna rudis' o de un híbrido entre las dos).