Entender más del medioambientalismo

'Primavera silenciosa', la biblia ecologista, cumple 60 años

Hace sesenta años, el libro de Rachel Carson en el que denunciaba el impacto ambiental de los pesticidas fue recibido con una ruidosa campaña de descrédito. Desde entonces, industria y expertos afines han aplicado las mismas técnicas de confusión a otros ámbitos, desde el tabaco hasta el cambio climático. 

Manifestantes ecologistas ante el Bella Center, sede de la conferencia de Copenhague.

Manifestantes ecologistas ante el Bella Center, sede de la conferencia de Copenhague.

Michele Catanzaro

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“La referencia de la señorita Rachel Carson al egoísmo de los fabricantes de insecticidas refleja probablemente sus simpatías comunistas […] Podemos vivir sin pájaros y animales pero […] no podemos vivir sin negocios. En cuanto a los insectos, ¿no sería propio de una mujer estar muerta de miedo ante unos cuantos de ellos?”. 

Estas frases forman parte de una carta de un lector publicada en la revista The New Yorker, comentado sobre "Primavera Silenciosa”, el libro que la bióloga y divulgadora Rachel Carson publicó en septiembre de 1962, en el cual denunciaba el impacto ambiental de los pesticidas, especialmente el DDT

El libro disparó el movimiento ambientalista. Una década después de su publicación, Estados Unidos prohibió el DDT y creó la primera agencia de protección ambiental. Pero también suscitó una fragorosa campaña de descrédito

La mismas técnicas que se emplearon para sembrar dudas sobre el trabajo de Carson han aparecido una y otras vez en los años sucesivos, para negar la evidencia científica o retrasar acciones dolorosas para empresas y expertos afines. 

De divulgadora a activista

Cuando empezó a concebir “Primavera Silenciosa”, Rachel Carson (1907-1964) era una bióloga marina en la Oficina de Pesca de Estados Unidos. Pero se la conocía más por sus leidísimos libros de divulgación sobre la vida submarina

“Su amor por la naturaleza la hizo especialmente sensible a lo que la amenazaba. El uso de insecticidas empezó a alarmarla”, afirma David Hecht, historiador de la ciencia en el Bowdoin College (EEUU). En esos años, hubo un caso de arándanos contaminados y peticiones de ciudadanos contra el rociado de pesticidas. A la vez, se acumulaban las evidencias científicas sobre los daños de algunos de esas sustancias. 

Un libro científicamente sólido

“El mal que hacía el DDT se ha comprobado sin ninguna duda. Pero además Carson ya habla de un aspecto poco conocido entonces: la bioacumulación”, explica Joandomènec Ros, catedrático de ecología de la Universitat de Barcelona y autor de la más reciente traducción del libro al español. Ros se refiere al hecho de que las pequeñas cantidades de sustancias tóxicas en las plantas se van acumulando en los animales que las comen hasta alcanzar altas concentraciones. 

El impacto del libro fue una especie de explosión en cámara lenta. En junio de 1962, Carson publicó tres largos extractos en The New Yorker. En septiembre salió el volumen. En ab ril de 1963 la televisión CBS emitió un largo documental sobre los pesticidas, en el cual aparecía Carson y uno de sus críticos. “Al contrario de él, ella suena calma y racional”, observa Hecht. Además de ello, Carson empleó en el libro todo su talento literario, con pasajes auténticamente poéticos.  

“Fue un punto de inflexión. Antes había grupos de aficionados de pájaros, sin componente activista. Luego, en coincidencia con los movimientos sociales de los 60 y 70, emergieron los grupos ecologistas”, explica Miquel Carandell, del Institut d’Història de la Ciència de la Universitat Autònoma de Barcelona. 

Reacción agresiva

Pero también hubo respuestas furiosas. “Se tildó a Carson de mujer histérica, comunista, incompetente y obsesionada con los animales”, describe Carandell. En una reseña en la revista Time se le criticaba su “apego místico al balance de la naturaleza”. “Muchos científicos, sobre todo químicos, consideraban que amenazaba la idea de usar la ciencia para desarrollar productos que permiten controlar la naturaleza”, observa Hecht. 

La industria química le tiró la caballería encima. Sus representantes escribieron al editor del libro en agosto de 1962, pidiendo que no se publicara. La empresa Monsanto publicó el panfleto, “El año desolado”, en el cual parodiaba el libro de Carson, pintando un mundo hambriento por falta de pesticidas. 

Fabricación de dudas

El debate sobre Carson amainó tras la prohibición del DDT, pero volvió a resurgir a mediados de los ’90. “La misma gente que ataca a Carson es la que ataca el consenso sobre el cambio climático”, observa Hecht. Por ejemplo, el ultraliberal Competitive Enterprise Institute publicó 'Por qué Rachel se equivocaba', donde l atribuía a la prohibición del DDT el crecimiento de la malaria, entre otras insinuaciones. “Pretenden desacreditar “Primavera Silenciosa” para argumentar que no necesitamos regulaciones [ambientales]”, explica el historiador.

“Hoy los lobbies siguen usando las mismas estrategias [que en la época de Carson] para capturar a los reguladores”, afirma Andrea Saltelli, investigador del Centro de Estudios de las Ciencias y las Humanidades de la Universidad de Bergen (Noruega), afiliado también a la Universitat Pompeu Fabra. “Ponen en duda las pruebas, los métodos y las instituciones que las generan; minimizan los riesgos; desacreditan a sus críticos, les acusas de estar en contra del progreso; se plantean como defensores de la ciencia….” explica. La mayor diferencia, destaca este investigador, es que los ataques ya no vienen sólo de las columnas de los medios, sino también de ejércitos de “trolls” en Internet. 

“El libro de Carson aún levanta preguntas importantes sobre cómo pensamos a nosotros en nuestra relación con la naturaleza, cómo equilibramos el progreso con cierto grado de humildad sobre lo que no conocemos”, concluye Hecht.

Los ecos de Carson en España

Fuera de EEUU, los ecos del Primavera silenciosa llegaron más tarde y de forma indirecta. Según Hecht, el problema de los pesticides se percibió en ocasiones como un asuntos de EEUU, donde su uso estaba generalizado desde el final de la Segunda Guerra Mundial.  En España, el corresponsal del ABC y del Diario de Barcelona en Washington, Josep Maria Massip, relató de forma extensa la polémica del DDT, entre 1963 y 1964, con detalles del libro de Carson. Así lo descubrió hace una década el periodista medioambiental Joaquim Elcacho, quien encontró los artículo de Massip.  En 1964, se publicó una traducción al español del libro - con errores en el lenguaje técnico, según Ros. Pero los artículos y la traducción apenas generaron debate. Hasta los años ’90, no hay trazas de referencia a Carson en el movimiento ecologista español o en el debate sobre los pesticidas, según las investigaciones de Elcacho. 

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