Biodiversidad

Llega la época de cría de la mantis religiosa: todos los secretos de este insecto 'alienígena'

Comienza el apareamiento de esta intrigante especie, capaz de alimentarse de pájaros y serpientes

Llega la época de cría de la mantis religosa: todos sus secretos

Llega la época de cría de la mantis religosa: todos sus secretos / Shutterstock

Ramón Díaz

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Después de haber crecido durante todo el verano, las mantis religiosas ya están listas ahora para aparearse. Durante estos días buscan pareja. Los machos lo hacen sin saber que el apareamiento puede ser lo último que hagan, porque en algunos casos (no siempre, ni mucho menos, pese a la creencia popular) son devorados durante el acto sexual por las hembras.

Las mantis religiosas –se conocen más de 2.500 especies diferentes– se cuentan entre los animales más curiosos e intrigantes del planeta. Parecen extraterrestres. Son capaces de detectar ultrasonidos a través de un oído situado en el tórax; tienen visión 3D y a color gracias a sus cinco ojos; y son cazadoras supereficientes, tanto que pueden alimentarse de animales mucho mayores que ellas.

Su dieta incluye arañas y artrópodos, pero también en algunos casos ranas, lagartos, lagartijas salamandras, tritones, topos, musarañas, ratones, serpientes, tortugas de caparazón blando, polillas, pequeños murciélagos e incluso aves. Y poseen tal capacidad mimética que pueden hacerse pasar, por ejemplo, por abejas o trozos de madera.

La forma de cazar de este insecto carnívoro, que aguarda inmóvil a sus presas con las patas delanteras juntas (de ahí su nombre, pues parece que está rezando), ha inspirado un tipo de arte marcial. La extraordinaria velocidad a la que extiende sus patas delanteras (apenas unos milisegundos) les permite atrapar a moscas en vuelo, y las espinas que presentan hace que sea prácticamente imposible escapar de ellas.

Pese a que el origen de este insecto se sitúa en las zonas de clima templado de Asia, norte de África y Europa, su enorme capacidad de adaptación a casi cualquier clima ha propiciado que se haya expandido por todo el mundo.

Mascotas y agentes de control de plagas

Su hábitat preferido se sitúa en las áreas de matorral y bosques caducifolios, pero se adapta incluso a la vida en cautividad, y puede cumplir tanto funciones de mascota como de agente de control de plagas en huertas y sembrados.

El aspecto más distintivo de la mantis religiosa es su especial ciclo reproductivo, que se inicia a finales del verano, cuando las hembras empiezan a segregar mayores niveles de hormonas, que atraen a los machos hacia ellas para fecundarlas. Si dos o más machos coinciden alrededor de una hembra, luchan a muerte hasta que solo queda uno.

Mantis mimetizada con el entorno

Mantis mimetizada con el entorno / pixabay

Cuando el macho encuentra a la hembra comienza a realizar una especie de baile, rodeándola hasta que consigue montarla saltando a su dorso y conectar las antenas de ambos. Tras ese cortejo es cuando se produce la fecundación, que consiste en la llegada del espermatóforo del macho a la cavidad reproductiva de la hembra.

El proceso dura más de dos horas. Y cuando finaliza puede suceder lo que ha hecho tan famosa a la mantis: en algunos casos, tras la cópula, la hembra devora al macho que la ha fecundado. Pero esto solo ocurre en realidad entre el 13 y el 28 por ciento de los casos. Y sucede con mucha más frecuencia entre las mantis en cautividad.

El canibalismo de la mantis religiosa tiene una explicación biológica. Se debe a que en la época de celo las hembras se vuelven extremadamente agresivas, y a veces no esperan ni a que la cópula termine. Devoran al macho comenzando por su cabeza, preservando intactas las partes de su sistema nervioso encargadas de realizar la fecundación.

Animal diurno y solitario

Pero las hembras no solo devoran al macho movidas por la agresividad, pues así realizan un aporte proteico extra que asegura que los huevos se formen adecuadamente, y a que haya más en la puesta. Así que, en realidad, con ese acto de canibalismo sexual aseguran el futuro de su progenie.

Mantis religiosa.

Mantis religiosa. / unsplash

El paso siguiente, al término de la gestación, es la puesta de entre 100 y 300 huevos, que la mantis protege segregando una especie de espuma llamada ooteca. La puesta es ya en otoño y suele realizarse en lugares resguardados, como ramas u hojas, siempre tratando de ocultar los huevos de los depredadores.

La mantis es un animal solitario. De hecho, en cautividad no deben juntarse varios ejemplares, ya que se matarían entre ellos. Es asimismo un animal de hábitos diurnos. Pasa la mayor parte del día quieta, camuflándose con el entorno para permanecer a salvo de los depredadores y, a la vez, engañar a sus presas.

Pueden llegar a alcanzar fácilmente el año de vida, mudando durante ese tiempo unas seis veces. Para la muda la mantis se cuelga de una rama y se liberan de la capa vieja de cutículo, saliendo de ella por la parte anterior.

Pese a su agresividad y voracidad, las mantis religiosas no son peligrosas para el ser humano. No son venenosas, no pueden picar, no son portadoras de enfermedades infecciosas y, aunque hay especies que llegan a alcanzar los 25 centímetros de longitud, sus mandíbulas no son lo bastante fuertes como para provocar lesiones graves a los humanos.

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