Compromisos climáticos

Día 2 de la Cumbre del Clima: Glasgow logra el despegue de tres pactos globales

Una delegada junto a un cartel en la Cumbre del Clima de Glasgow

Una delegada junto a un cartel en la Cumbre del Clima de Glasgow / REUTERS / YVES HERMAN

Valentina Raffio

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En el segundo día de la Cumbre del Clima de Glasgow (COP26), el ‘compromiso mundial’ para salvar el planeta empieza a transformar las promesas en (tímidos) acuerdos. Este martes, poco después del arranque oficial de las negociaciones de la COP26, gobiernos de todo el mundo han aprovechado la ocasión para presentar varios compromisos internacionales para atajar algunas de las causas y consecuencias más preocupantes de la crisis climática. En apenas unas horas se han presentado al menos tres pactos internacionales sobre sostenibilidad y medio ambiente.

Primero; con la 'promesa mundial sobre el metano, 103 países (responsables del 46% de las emisiones globales de este gas) se comprometen a reducir sus niveles de polución al menos un 30% antes de 2030. Segundo; más de 100 países, cuyos territorios albergan más del 85% de los bosques del planeta, han lanzado un plan para frenar y revertir la deforestación antes de que acabe la década. Y tercero; el lanzamiento de la 'Glasgow Breakthrough Agenda' supone el compromiso de 40 gobiernos, España incluida, para acelerar el despliegue de "soluciones de cero emisiones" en algunos de los sectores más contaminantes; la industria del metano, el acero, el sector del transporte, de la energía y del hidrógeno.

La presentación de estos acuerdos, lejos de leerse como una victoria, supone un paso adelante en el compromiso de los gobiernos para abrir el debate en todos estos ámbitos. Pero no se trata de una hoja de ruta definitiva para erradicar los problemas. Expertos y entidades ecologistas, de hecho, se muestran escépticos ante los claroscuros de los compromisos y piden mayor claridad en el aterrizaje de estos pactos.

Acuerdo global para reducir el metano

El acuerdo mundial para limitar la emisión global de metano, firmado por un centenar de países, se propone reducir el impacto de uno de los gases de efecto invernadero más potentes a la hora de calentar el planeta. El pacto, de hecho, plantea reducir un 30% su impacto para 2030 mediante la aplicación de soluciones técnicas, como el uso de suplementos para la alimentación de animales de granja.

Varias plataformas ecologistas han tachado este acuerdo como una "oportunidad perdida" para cortar las emisiones de este gas en el sector agrícola, que destaca como el más contaminante. También afean que la industria del petróleo y el gas no han dado un paso adelante para reducir sus emisiones de metano a pesar de que justamente en estos sectores podrían aplicarse soluciones de bajo coste. Finalmente, la gran queja sobre este acuerdo tiene que ver con el carbón. "Los países responsables de las principales emisiones de metano procedentes de las minas de carbón, como China, Rusia, Australia e India no han firmado el compromiso", destacan un análisis de la plataforma ecologista Ember.

"Es alentador que los gobiernos hayan prometido actuar sobre el metano, pero es decepcionante que ignoren a los mayores contaminantes: la industria cárnica y láctea. No se trata de agricultores individuales, sino de regular una industria dominada por un puñado de empresas multimillonarias que no hacen prácticamente nada para reducir sus emisiones de metano", comenta Nusa Urbancic, de la Fundación Changing Markets.

"El compromiso global sobre el metano es un gran paso en la dirección correcta, pero se queda corto en cuanto a la reducción de emisiones. Es posible reducir las emisiones de la agricultura de forma significativa y rentable, pero los gobiernos deben utilizar todas las herramientas disponibles para lograrlo, incluido el fomento de un cambio hacia dietas más saludables con menos carne y productos lácteos y de mejor calidad", añade Robert W. Howarth, profesor de ecología y biología ambiental de la Universidad de Cornell, Estados Unidos. 

Frenar y revertir la deforestación

Un centenar de países, hogar del 85% de los bosques del planeta, han lanzado un compromiso global para frenar y revertir la deforestación para el 2030. El acuerdo prevé el despliegue de una financiación inédita en los próximos años para el desarrollo de políticas medioambientales. Los gobiernos han prometido un total de 12.000 millones de dólares (equivalente a 10.340 millones de euros) y las iniciativas privadas, por su parte, se han comprometido a sumar 7.200 millones de dólares más (6.200 millones de euros).

El compromiso ya ha sido firmado por Colombia, Indonesia, Noruega, Australia, Brasil, China, Costa Rica, la Unión Europea, Ecuador, Honduras, Guatemala, Perú, Rusia, Turquía, Uruguay, Estados Unidos, Reino Unido y España, entre otros. Expertos y entidades ecologistas aplauden con especial fervor que la iniciativa cuente con la voz y el respaldo de los pueblos originarios y las poblaciones indígenas. "El hecho de que se reconozca por fin a los pueblos indígenas como protectores clave de los bosques es especialmente positivo", destaca Simon Lewis, catedrático de Ciencias del Cambio Global, University College London.

Pacto sobre los sectores contaminantes

La presentación de la iniciativa 'Glasgow Breakthrough Agenda' supone la promesa de más de 40 países para intentar atajar las emisiones en algunas de las industrias más contaminantes del globo: la del acero, el hidrógeno, la energía y el transporte. Este pacto, impulsado por 40 gobiernos, se presenta como una promesa para "ampliar la implantación de políticas climáticas". En la práctica, esta agenda pone sobre la mesa una serie de iniciativas que los países puedes elegir si firmar o nocuando reformulen sus planes para hacer frente a la crisis climática. Pero no supone un compromiso firme en ninguno de estos ámbitos.

El pacto desglosa varios compromisos de cara al 2030: conseguir que la energía limpia sea la opción más asequible y fiable en todo el mundo, convertir los vehículos con cero emisiones en la "nueva norma"; fomentar una producción de acero con emisiones de carbono casi nulas; y aumentar la disponibilidad de "hidrógeno asequible, renovable y bajo en carbono". Tanto expertos como plataformas ecologistas elogian estos compromisos pero, a su vez, piden que se transformen en políticas concretas de manera inmediata y se apliquen cuanto antes. Solo así se conseguirá frenar el aumento global de las emisiones y, a su vez, el avance del calentamiento global.