FENÓMENO ECOSOCIAL
Huertos urbanos: beneficios de hacer plantel propio
Las semillas permiten acceder a una mayor variedad de cultivos
Contenido ofrecido por Semillas Fitó
Hace casi 40 años, el payés Joan Carulla empezó a cultivar tomates y berenjenas en las terrazas de su piso del Clot. En ese momento, nadie hablaba de tejados verdes ni de huertos urbanos y muy pocos se planteaban la posibilidad de autoabastecerse de verduras en plena capital.
Hoy, el ejemplo de Carulla se ha extendido por toda Barcelona gracias a la iniciativa de cientos de particulares y al apoyo de la administración local. Hay 5 espacios cultivados en azoteas municipales, más de 400 huertos urbanos en los que colabora el ayuntamiento y cientos de proyectos individuales y colectivos que han sembrado de verde terrados, balcones y parcelas de terreno desaprovechadas. Es el boom del huerto urbano, un fenómeno ecosocial que también se ha extendido a ciudades como Berlín, Londres o Madrid.
Hacer plantel propio permite controlar mejor el proceso de crecimiento y el consumo de agua
Cultivar tus propias verduras en plena urbe requiere, ante todo, mucho amor y dedicación, pero también son necesarios unos requisitos indispensables. Hay que tener horas de sol directo, disponer de agua de riego y crear un espacio de cultivo adecuado, ya sea en maceta o en una superficie elevada. La calidad del sustrato es fundamental y también hay que prestar una atención especial a las semillas. Aunque hay muchas personas que compran plantel para sus huertos, los expertos recomiendan crear un semillero propio. La semilla es siempre el punto de partida y ha de recibir una consideración especial a la hora de plantearse un huerto urbano mínimamente productivo.
Cultivar desde semilla, una fuente de experiencias
Iniciar el cultivo desde semilla tiene sus ventajas. Aunque recurrir al plantón pueda resultar a priori más rápido y sencillo, nos perdemos la experiencia de observar el proceso de germinación y estamos saltándonos, por tanto, un paso importante en el proceso productivo.
Al margen de ese aspecto didáctico, hay otras razones que apoyan el cultivo desde semilla. De entrada, se amplía la variedad de vegetales disponible. Los viveros de plantel suelen trabajar con las verduras y hortalizas más populares, mientras que las empresas especializadas en semillas ofrecen opciones mucho más amplias y difíciles de encontrar.
Un ejemplo de variedad adaptada a pequeñas áreas de cultivo lo encontramos en Semillas Fitó, que desde su división hobby ha creado dos marcas dirigidas a los agricultores amateurs. Se trata de Fitó Hobby, una gama ampliada de horticultores más experimentados, y de Eurogarden que está especialmente diseñada para un público urbano y ofrece desde semillas de cultivos tradicionales hasta especialidades más de moda, como la col kale, el edamame o el brócoli.
Es muy importante seguir las instrucciones que figuran en los sobres de semillas
El cultivo desde semilla tiene otras ventajas: permite controlar mejor los tiempos de crecimiento, el consumo de agua y la calidad de los sustratos y fertilizantes. Además, el plantel se adapta mejor a su terreno definitivo porque las condiciones ambientales son siempre las mismas y no es necesario un periodo de adaptación. De esta manera, las plantas ganan en resistencia y salud.
Y otra ventaja añadida tiene que ver con el bolsillo. Aunque comprar plantón no es caro, las semillas resultan mucho más rentables porque de un solo sobre se puede obtener producto para diversas siembras.
Algunos consejos para mejorar un huerto urbano
Cultivar desde semilla no es complicado, pero es importante seguir las instrucciones de los expertos. En el blog de Eurogarden y en cuenta de Instagram hay un amplio apartado de consejos y también se ha editado un folleto explicativo que incluye un calendario de siembras.
Ante todo, lo importante es seguir las instrucciones que figuran en el reverso de los sobres de semillas. Cada variedad de cultivo tiene un periodo de siembra y recolección específico y va a precisar una profundidad de siembra concreta. Es fundamental regar los semilleros después de la siembra, mantener húmedo el sustrato sin encharcar y evitar que los recipientes reciban luz directa del sol.
Con estas recomendaciones, en un periodo de uno a dos meses, dependiendo de la especie, tendremos ya las plantas crecidas y preparadas para el trasplante a su terreno definitivo. Y, ¿qué variedades elegir? Para iniciarse en las tareas hortícolas se recomiendan cultivos fáciles y rápidos, como los rabanitos, las hortalizas de hoja (ensaladas, acelgas, espinacas…) las judías de mata baja o las hierbas aromáticas. Y no se ha de olvidar esta “regla de oro”: en invierno, cultivos de hoja o raíz y, en verano, cultivos de fruto.
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