Medioambiente

El reciclaje continúa en la oficina

Concienciar a los empleados puede generar hábitos más ecológicos

Unilever España ha incluido en sus instalaciones contenedores de reciclaje

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Separar los residuos para que puedan ser reciclados es un hábito en la gran mayoría de hogares. Sin embargo, son muchos los sitios, más allá de las propias casas, en los que se generan desechos. Un claro ejemplo de ello son los espacios de trabajo, donde los trabajadores pasan largas jornadas. Conscientes de ello, cada vez son más las empresas, ya sean grandes, medianas o pequeñas, que se preocupan por posibilitar a sus empleados la separación de los residuos en los entornos laborales y facilitar así su posterior recogida, tratamiento y reciclaje. Y es que, cuando se habla de reciclar, tan valiosa es la iniciativa de una pequeña empresa como la de una multinacional: lo importante es que no queden residuos sin ser reciclados.

Estar en el puesto de trabajo y poder echar las latas de refresco y los envases de la comida en una papelera amarilla, o el papel en el que se imprime en una de color azul ha dejado de ser algo excepcional en muchas empresas. Cada vez más, las compañías asumen como parte de su responsabilidad convertirse en agentes de transformación ante los retos ambientales. Un ejemplo de ello se puede constatar en dos empresas con oficinas en Cataluña.

“Cuando inauguramos las actuales oficinas hace 10 años, ya incorporamos la filosofía de separar los residuos con papeleras específicas junto a todos los puestos de trabajo, porque lo sentimos como una obligación, porque está en el ADN de nuestra compañía y porque ya habíamos tenido contenedores específicos en las zonas comunes de nuestras anteriores instalaciones ”, dice Borja Lafuente, responsable de sostenibilidad de Danone Iberia, donde cuentan con papeleras amarillas y azules, además de separar también el vidrio, el material orgánico —especialmente en sus cafeterías y comedores—, los aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), las pilas y los tóner de las impresoras.

Algo similar ocurre en las oficinas de Unilever España. Para Ana Palencia, directora de Comunicación y Sostenibilidad, la empresa lleva años comprometida con el medioambiente: “Desde que nos mudamos a nuestras actuales oficinas en Viladecans, tenemos un sistema de separación de residuos para favorecer el reciclaje de todos los empleados. Desde hace siete años tenemos más de 30 contenedores ubicados en las diferentes plantas del edificio. El año pasado retiramos en nuestras oficinas 107.527,65 kg de residuos de papel, desperdicios generales, envases de plástico y vidrio. De hecho, desde el año 2015, todas las plantas y oficinas de Unilever en Europa son 'desperdicio cero al vertedero’”.

Un paso más

Bajo el criterio de que no hay alimentos sanos si no provienen de un entorno saludable, en Danone Iberia han ido un poco más allá con el proyecto ReNueva. Según explica Borja Lafuente, este proyecto de economía circular, desarrollado en colaboración con Ecoembes, consiste en recoger por separado las botellas de plástico tipo PET en las oficinas y llevarlas a una de las dos plantas de selección con las que colabora la compañía para que sean tratadas posteriormente en una empresa recicladora y así obtener ‘rPET’ (PET reciclado) que será utilizado otra vez por Danone Iberia para envasar sus productos.

Conscientes de que el reciclaje del material orgánico y la lucha contra el desperdicio alimentario son dos necesidades imprescindibles para evitar impactos ambientales y sociales, Unilever España también ha desarrollado varias iniciativas en sus oficinas. “Sin demonizar el plástico y buscando alternativas, a propuesta de los propios empleados, estamos transformando todos los materiales que usamos en nuestra cantina donde comemos a diario, introduciendo por ejemplo 'tuppers' de cristal reutilizables o vasos y cubiertos de bambú. También tenemos otras iniciativas, como la promoción del uso del 'car sharing' para fomentar el uso compartido de vehículos para venir a trabajar”, apunta Ana Palencia.

Los empleados son los motores del cambio

Por muchas iniciativas que tome una empresa, son los trabajadores quienes tienen que comprometerse: sí, hay que reciclar, pero ¿por qué hay que hacerlo? Conscientes de la cuestión, las empresas trabajan no solo en medidas concretas para promover el reciclaje, sino también en acciones para reforzar la sensibilización de sus empleados.

“Creemos que no solo hay que reciclar, sino que hay que concienciar a nuestros empleados. Mantenemos charlas formativas mensualmente con todos ellos y tenemos un programa de voluntariado corporativo en el que participaron más de 100 empleados el año pasado. En el programa se realizan acciones como la recogida de residuos abandonados en la naturaleza, con el objetivo de aportar nuestro granito de arena a resolver el problema del 'littering'”, dice Borja Lafuente, haciendo referencia a su compromiso con acabar con la también conocida como 'basuraleza', término acuñado desde Libera, el proyecto de SEO/Birdlife y Ecoembes para poner fin al abandono de basura en espacios naturales.

En esta misma dirección también trabajan en Unilever España, con una línea de comunicación interna para explicar a sus empleados cómo se recicla tanto en los hogares como en otros espacios y explicando casos concretos que realiza la empresa, como, por ejemplo, la elaboración de compostaje a partir de residuos orgánicos. “Para nosotros esto es indispensable y forma parte de nuestra estrategia como compañía. El Plan Unilever para una vida sostenible, que crea valor impulsando el crecimiento y la confianza, además de reducir costes y riesgos, promueve iniciativas que ayudan a mejorar la conciencia medioambiental entre los empleados, siendo la educación en reciclaje una de ellas”, apunta Ana Palencia.

Gracias a empresas como estas y, por supuesto, a unos empleados cada vez más comprometidos con el medioambiente, en 2017 se reciclaron el 77,1% de los envases de plástico, latas, 'briks', envases de papel y cartón. Queda claro que, una persona responsable con el planeta, capaz de asumir gestos cotidianos para proteger el medioambiente, actuará del mismo modo en su hogar, en su oficina o de vacaciones. Ahora solo falta que las propias empresas incentiven esos compromisos en los centros de trabajo, tal y como ya están haciendo muchas de ellas.