OBJETIVOS CLIMÁTICOS

Barcelona, ciudad libre de carbono

Pérgola fotovoltaica del Fórum de Barcelona.

Pérgola fotovoltaica del Fórum de Barcelona. / .2223674

Antonio Madridejos

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A mediados de siglo, la ciudad de Barcelona deberá ser neutra en carbono, es decir, compensar todas las emisiones de CO2 que genera su actividad diaria. Y para que ello sea posible el ayuntamiento aspira a reducir un 20% la movilidad en vehículo privado de aquí al año 2030, a multiplicar por cinco la generación de energía solar, a rehabilitar el 20% de los edificios residenciales de más de 40 años, a aumentar el verde urbano en 1,6 kilómetros cuadrados y a reducir el consumo doméstico de agua potable a menos 100 litros por habitante y día, entre otras muchas medidas. Ahí es nada.

Los objetivos proceden del Plan Clima Barcelona 2018-2030, una hoja de ruta con 242 acciones cuyo gran objetivo es contribuir a la lucha internacional contra el cambio climático y reducir los impactos que el previsible del aumento de las temperaturas ocasionará en la ciudad. Los detalles del plan los han presentado esta tarde la teniente de alcalde Janet Sanz y el comisionado municipal de Ecología, Frederic Ximeno.

Claro está que una cosa son los objetivos  -muchos de los cuales ya están en marcha- y otra es concretarlos y darles continuidad, puesto que la capacidad de actuación de los ayuntamientos es limitada frente a la fuerza legislativa, ejecutiva y económica de las administraciones estatal y autonómica. Barcelona, sin embargo, está convencida de que puede aportar un sustancial granito de arena. "Es un plan realista. Muchas de las iniciativas ya están en marcha pero ahora les damos una dimensión climática", insiste Ximeno. El C-40, un grupo de grandes ciudades que trabajan para reducir las emisiones de carbono, "lo ha revisado y certificado que se cumple el compromiso de neutralidad en carbono", añade el comisionado.

El Ayuntamiento activará una línea de ayudas para mejorar el ahorro energético en viviendas e impulsar el autoconsumo

Para empezar, el ayuntamiento destinará una partida de 1,2 millones de euros en el periodo 2018-2030, a razón de 100.000 euros anuales, para impulsar proyectos colaborativos. Como ejemplo, se podrán solicitar ayudas para acometer planes de ahorro energético en viviendas, de incremento del uso de energías renovables, de movilidad sostenible, de prevención de residuos y de educación ambiental, entre otros. Las bases de la primera línea de ayudas ya han sido aprobadas, con una partida inicial de 200.000 euros, y los ciudadanos podrán solicitarlas a través del portal de trámites municipales y de la web www.barcelona.cat/bcnsostenible. Habrá una comisión municipal de selección.

El Plan del Clima repasa el perfil ambiental de la ciudad. Por ejemplo, según datos del año 2014, los sectores más consumidores de energía son el comercial y de servicios, seguido de cerca del doméstico y del transporte, y ya más lejos de la industria y otros. En cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), el orden varía: el transporte se convierte en el gran emisor con una contribución del 30%.

Desde el año 1999, sin embargo, las emisiones los diversos sectores no han evolucionado de la misma manera. Mientras que en el comercial y de servicios se han incrementado, sobre todo debido al turismo, en el doméstico y el transporte se han mantenido bastante estables, y en la industria han disminuido.

El objetivo energético pasa por aumentar la generación solar y por reducir el consumo per cápita

Suponiendo que la ciudad de Barcelona tiene el mismo mix energético que el conjunto de Catalunya, el 47% del consumo total de energía primaria tiene un origen fósil, un 47% es nuclear y un 5,6% procede de fuentes renovables. Si solo se tiene en cuenta la electricidad, entonces el 74,5% proviene de centrales nucleares. Sin embargo, el plan da por hecho el cierre de las plantas a finales de la próxima década y recuerda la urgencia de obtener un suministro alternativo. Si no es suficiente, confía en que se puede reducir en un 29% el consumo energético per cápita.

Paneles solares en cubiertas

"La apuesta por la producción de energías renovables será firme", dice Ximeno. Entre otras medidas, se espera multiplicar por cinco la generación de energía solar colocando paneles en cubiertas y fachadas de edificios municipales, tanto en edificios de servicios como en colegios, bibliotecas y equipamientos al aire libre. También se confía, y las ayudas pueden ser esenciales en este terreno, que comunidades de vecinos y otros particulares se sumen a la iniciativa. 

El plan insiste en que también se quiere "impulsar el autoconsumo, con la voluntad de tener edificios de consumo casi nulo", aunque no profundiza en las actuales trabas administrativas. Se mantendrá, eso sí, el compromiso de cero inversión pública en empresas de carbón, petroleras o gasísticas. En líneas generales, se espera que las emisiones de GEI per cápita se reduzcan un 45% con respecto a los niveles del 2005. Además, se plantea el objetivo de llegar a 34.000 metros cuadrados de fachadas y azoteas verdes, así como a aumentar en un 5% la cobertura arbórea.

Residuos y agua

Asimismo, se tomarán medidas para ser una ciudad con residuo cero. "Por ello, se promoverá el reciclaje de desechos para aumentarlo un 25% y llegar al 60%". Y, en cuanto al agua, se prevé reducir el consumo a 100 litros por habitante y día para gastar menos, así como recuperar el control público de la gestión e impulsar la reutilización del freático (hasta 2,7 hectómetros cúbicos anuales).

El plan, finalmente, apuesta por una movilidad más sostenible y se trabajará para "reducir un 20% el transporte privado motorizado, potenciar el transporte público y los vehículos menos contaminantes y electrificar la flota restante.