INFRAESTRUCTURA DAÑADA
El temporal marítimo detiene la desalinizadora del Llobregat
La interrupción ha obligado a aumentar al máximo la actividad de la planta de Tordera
El fuerte oleaje registrado en los últimos días, que ha afectado a todo el litoral catalán, ha inutilizado la tubería de la desalinizadora del Llobregat, ubicada en el municipio del Prat de Llobregat, interrumpiendo su funcionamiento. Actualmente estaba operando a un 85% de su capacidad, un porcentaje elevado debido a los problemas de sequía.
La Agència Catalana de l'Aigua (ACA) ha iniciado la tramitación de los permisos para poder actuar de emergencia y reparar la tubería. Se calcula que los trámites para obtener los permisos necesarios, que al ser una infraestructura ubicada en el litoral son competencia del Estado, y las obras de reparación se prolongarán al menos dos semanas. En ningún caso esta avería afectará el suministro de agua. Para ello se han adoptado ya distintas medidas.
Potabilizadoras
Para contrarrestar las consecuencias del paro de la planta de Llobregat se ha incrementado la producción de agua en la desalinizadora de Tordera, pasando su actividad del 75% al 100%. Además, se continúa con las extracciones de agua subterránea en el delta del Llobregat (unos 4 hectómetros cúbicos al mes) y también se está intensificando el aprovechamiento de agua superficial del Llobregat, teniendo en cuenta que las últimas lluvias y nevadas han incrementado los volúmenes en la cuenca (al 65,6%, con 140 hm3 y tendencia creciente) y han favorecido unos caudales circulantes elevados. Esto hace posible que se pueda captar más agua en la potabilizadoras de Abrera y Sant Joan Despí.
Embalses al 58%
Actualmente, los embalses del sistema Ter-Llobregat se encuentran al 58,4%, con 358 hectómetros cúbicos y una tendencia creciente por las precipitaciones registradas recientemente.
El volumen de agua almacenada en los embalses de las cuencas internas abastecen a tres cuartas partes de la población de Catalunya. Cuando se encuentran por debajo del 50%, la situación obliga a aumentar la producción de las dos desalinizadoras en territorio catalán.
La desalinizadora del Llobregat-El Prat, en situaciones de normalidad, funciona solamente al 10% debido al elevado coste económico. No detiene nunca su funcionamiento para no perjudicar a las membranas encargadas del proceso.
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