GESTIÓN HÍDRICA

La lluvia y las nevadas elevan el nivel de los embalses catalanes hasta el 53%

campanario de sau embalse

campanario de sau embalse / periodico

Antonio Madridejos

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Cuando todo indicaba que sería necesario tomar medidas drásticas para hacer frente a la sequía en Catalunya, las últimas lluvias han tenido un efecto casi milagroso y ahora los embalses de las cuencas internas, que abastecen a la región metropolitana de Barcelona y a tres cuartas partes de la población catalana, encaran el verano con cierto optimismo.

Según datos de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), las reservas se encuentran este martes al 53%, frente al 44% del mínimo alcanzado a finales de enero, y muestran una ganancia absoluta de 64 hectómetros cúbicos, lo que supone más de dos meses de suministro. El abastecimiento está garantizado durante casi un año -incluso en el caso hipotético de que no lloviera nada- y también la campaña estival de riego, subrayan fuentes de la ACA. El único problema para regar lo podrían tener en la cuenca del Muga, puesto que el embalse de Darnius-Boadella sigue estando al 39%, un situación que últimamente se repite con asiduidad.

Mantener hábitos de ahorro

La ACA, no obstante, insiste en que es necesario mantener la prudencia y los hábitos de ahorro. En este sentido, destaca que las desalinizadoras seguirán a pleno rendimiento mientras las reservas en los embalses no lleguen al 60%, como mínimo. Por ahora no se reutilizará para consumo humano el agua regenerada procedente de la depuradora de El Prat, pero en breve sí está previsto que empiecen las inyecciones en pozos del delta del Llobregat para frenar la intrusión de agua marina en el acuífero. El objetivo es que esta operación acabe siendo permanente.

"En el sistema Ter-Llobregat todavía estamos en prealerta, muy por debajo de la media histórica", advierte Jordi Molist, director del área de Abastecimiento de la ACA. "Hemos de ver si este incremento es provisional o no", insiste.

"En el sistema Ter-Llobregat todavía estamos en prealerta, muy por debajo de la media histórica"

Jordi Molist

— Director del área de Abastecimiento de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA)

La escasez no se ha esfumado, efectivamente, pero está claro que se ha producido un cambio de dinámica: los ríos siguen aportando agua, las perspectivas meteorológicas son halagüeñas y en las montañas se acumula nieve que acabará en las cabeceras del Ter y el Llobregat. "Es difícil precisarlo, y además hay que tener en cuenta la sublimación y evaporación del agua, pero estimamos que hay unos 100 hectómetros cúbicos", explica Molist. Eso supone un 17% de la capacidad total de los embalses de las Cuencas Internas, añade el especialista.

También el agua fluye por los ríos y beneficia a los embalses. Por ejemplo, el caudal del Ter a su paso por Ripoll llegó el viernes pasado a 60 metros cúbicos por segundo (m3/s) y ahora es de unos 15 metros m3/s, frente a los 6 m3/s que llevaba antes del último episodio de lluvia y nieve. Algo parecido sucede el Llobregat, que a su paso por Guardiola de Berguedà lleva 10 m3/s, también el doble que hace 10 días. Fuentes que estaban secas o prácticamente secas, como en Sant Miquel del Fai (Vallès Oriental) o el santuari de Queralt (Berguedà), han vuelto a brotar.

En la cuenca del Ebro

En cualquier caso, la situación en las Cuencas Internas dista mucho de la alcanzada en los afluentes del Ebro en Catalunya, con caudales de hasta 27 m3/s (Segre en Organyà) o de 12 m3/s (Noguera Ribagorçana en El Pont de Suert). Algunos embalses han llegado incluso al 80% de su capacidad máxima, entre ellos Camarasa y Oliana, y en el Pirineo (desde el Vall d'Aran a la Cerdanya) hay al menos otros 1.000 hectómetros cúbicos de nieve, según estimaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

El embalse de Mequinenza, que se encuentra al 84%, está turbinando más de lo habitual debido a los elevados caudales que aún recibe por la cola, "aunque no hay ningún peligro", insisten fuentes de la CHE. "La situación ha cambiado mucho en la vertiente izquierda del Ebro, con el agua procedente del Pirineo, pero en la derecha, en Zaragoza y Teruel, seguimos teniendo graves problemas de sequía", insisten. 

Situación meteorológica

El último factor que llama al optimismo es el debilitamiento del anticiclón que impedía la circulación de las borrascas y la llegada de frentes  atlánticos a la península Ibérica. El Mediterráneo es la zona menos beneficiada por este cambio en el régimen de lluvias -está lloviendo intensamente en Andalucía y Extremadura, por ejemplo-, pero las precipitaciones no se han olvidado de Catalunya. Según el Servei Meteorològic (SMC-Meteocat), durante el pasado febrero, tradicionalmente uno de los meses más secos del año, llovió mucho más de lo habitual en todo el territorio. Y las previsiones meteorológicas indican que la inestabilidad se mantendrá de forma intermitente durante al menos una semana más. 

Los maltrechos acuíferos, finalmente, también se han beneficiado del aumento del agua en circulación. "Ha mejorado mucho el de la Tordera -pone como ejemplo el director del área de Abastecimiento de la ACA-, pero no tanto el de Capellades-Anoia y el del Empordà". "El problema -concluye Molist a modo de síntesis- es que, aunque ha llovido bastante, llevamos un gran déficit acumulado. Tres años seguidos con precipitaciones por debajo de la media. Necesitamos más agua".