Las merluzas se triplican en tres años en la primera reserva de la especie en Catalunya

Los pescadores de Roses decidieron crear en en 2013 una reserva marina para intentar recuperar las debilitadas poblaciones de merluza. El objetivo era que en la zona vedada, que mide unos 50 kilómetros cuadrados, los alevines de la especie pudieran crecer sin problemas y ello sirviera para reforzar los estocs a medio plazo. El resultado tres años después ha sido magnífico: según una evaluación realizada por investigadores del CSIC, la presencia de alevines de merluza en la reserva delimitada triplica ahora a la de las zonas colindantes, tanto en individuos como en biomasa.

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Esta iniciativa de la cofradía de pescadores, impulsada por el Departament d'Agricultura, Ramaderia i Pesca de la Generalitat (DARP), es pionera en Mediterráneo como modelo de cogestión. También ha contado con ayudas del Fondo Europeo de Pesca. La presentación pública se realizó el viernes en Roses durante un acto presidido por la 'consellera' Meritxell Serret.

Por propia voluntad, los pescadores escogieron esa zona, no muy alejada de la costa y con una profundidad media de 130 a 140 metros, porque en ella se había observado una elevada presencia de alevines, animales por debajo de la talla legal de captura y venta. 

Los científicos del Instituto de Ciencias del Mar (ICM), centro del CSIC en Barcelona, evaluaron los estocs durante un seguimiento realizado entre el 1 de marzo del 2015 y el 31 de marzo del 2016, explica la investigadora Laura Recasens, coordinadora del proyecto. El sistema de captura, mediante redes de arrastre, permitía ubicar exactamente donde estaban los peces, tanto fuera como dentro del caladero. Con posterioridad, ya en el laboratorio, los animales eran medidos y pesados, además de analizar la distribución por sexos.

Los biólogos del ICM-CSIC han podido comprobar que existe una mayor abundancia y biomasa de todas las categorías dentro del área vetada, especialmente de las merluzas por debajo de la talla legal de captura (20 centímetros). Concretamente, dentro del caladero se ha encontrado una media de 1.470 individuos por kilómetro cuadrado, frente a los 572 de la zona abierta.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"La gamba de Palam\u00f3s\u00a0y el sonso del Maresme","text":"Planes similares al de Roses se est\u00e1n aplicando, impulsados por el\u00a0DARP, con\u00a0la gamba\u00a0en el Ca\u00f1\u00f3n de\u00a0Palam\u00f3s, el\u00a0sonso\u00a0en el\u00a0Maresme\u00a0y la pesca de invertebrados con dragas. \"El objetivo es extender e implantar este modelo, con car\u00e1cter general, a\u00a0toda\u00a0Catalunya\", explica la 'conselleria'."}}

Las merluzas no han sido las únicas beneficiarias. El incremento de abundancia y biomasa se ha observado también en otras especies como el gallo, el salmonete, el rape, los caracoles de mar, las estrellas de mar y las 'espardenyes' ('Parastichopus regalis'). Además, se ha comprobado que la zona protegida actúa como refugio para especies vulnerables como la gallineta, las rayas y los cangrejos ermitaños, que prácticamente solo se encuentran en este lugar de la costa.

VOLUNTAD DE CONTINUAR

Las medidas de veda implantadas por los pescadores han demostrado tener un efecto positivo en la recuperación de la merluza y de las otras especies acompañantes dentro del área protegida. "Esto es solo un punto de partida -precisa Recasens-. Lo que hemos valorado es que dentro de la reserva ha habido un efecto de protección suficiente para empezar a 'exportar' hacia afuera, pero que la medida se prolongue ya no depende de nosotros". En cualquier caso, los buenos resultados han llevado a la Cofradía de Roses a plantearse la extensión de esta medida de protección a otros sectores del caladero donde también se detecten concentraciones relevantes de juveniles de merluza.