INFORME DEL DEPARTAMENT DE TERRITORI

Las carreteras catalanas registran 1.880 accidentes anuales por choques con animales

amadridejos16487064 15 07 2011  jabali herido  porc senglar ferit a la160613171157

amadridejos16487064 15 07 2011 jabali herido porc senglar ferit a la160613171157 / periodico

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un total de 158 tramos de las carreteras bajo titularidad de la Generalitat, apenas un 1,8% de la red, concentran el 31% de los 1.880 accidentes que se producen anualmente por colisiones u otros problemas derivados del acceso a la calzada de jabalís, corzos, ciervos y otros animales de fauna salvaje, así como también perros y otros animales domésticos. Para reducir la siniestralidad en esos 158 puntos, muy particularmente en los 36 peores, el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat destinará 2,2 millones de euros a la colocación de vallas perimetrales, señales de tráfico variables y otras medidas cuyo objetivo es informar al conductor y disuadir a los animales.

Las actuaciones realizadas hasta la fecha han reducido la siniestralidad prácticamente a cero, ha destacado Xavier Flores, director general d’Infraestructures de Mobilitat Terrestres, al presentar las nuevas medidas. En un punto negro de la C-66 a la altura de Forallac (Baix Empordà), por ejemplo, la colocación de unas vallas que evitan el acceso de los jabalís y los redirigen a un paso habilitado para la fauna ha logrado que en el periodo analizado 2013-2014 no se registrara ningún accidente. Lo mismo ha sucedido en un tramo de la C-12 en Corbins (Segrià) desde que se cambió la señalización de aviso y se desbrozaron las márgenes para aumentar la visibilidad de los conductores.

MÁS ANIMALES, MÁS SINIESTROS

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"Tramos conflictivos","text":"De los 158 tramos con una elevada\u00a0siniestralidad causada por animales, el Departament de Territori i Sostenibilitat ha seleccionado como de acci\u00f3n prioritaria un total de 36. Entre las carreteras destacan la C-66 en Girona, con cuatro puntos negros (kil\u00f3metros\u00a019,6, 15,9,\u00a038,9 y 49,9), y la C-12 en Lleida, con dos (kil\u00f3metros 149 y 152). En l\u00edneas generales, los accidentes coinciden con las zonas con mayor poblaci\u00f3n de jabal\u00edes, fundamentalmente las comarcas gerundenses (24%),\u00a0Ponent (18,6%) y \u00e1mbito metropolitano de Barcelona (15,7%)."}}

En líneas generales, según los datos facilitados por el Departament de Territori, en el periodo 2011-2014 aumentaron un 45% las colisiones con ungulados salvajes (jabalí, corzo, ciervo) respecto al cuatrienio anterior, y un 35% si se incluye todo tipo de fauna (perros, zorros, caballos).

Ni hay más coches ni los catalanes conducen peor. Este incremento se ha debido, ha dicho Flores, al aumento de los jabalís, cuya población en Catalunya se estima en 120.000 individuos pese a que anualmente se cazan unos 40.000. Del total de accidentes con fauna salvaje en la red de carreteras catalana, el 94,7% está causado por ungulados (87%, por jabalís, 4,4% por corzos y 1,5% por ciervos). 

COSTE ECONÓMICO

Al margen de los accidentes con víctimas humanas (501 en el cuatrienio analizado, la mayoría con heridas de carácter leve), las colisiones con animales tienen un enorme impacto económico entre daños sufridos por el coche, costes administrativos y coste de intervención. En total, un accidente de este tipo sale por unos 8.085 euros, lo que supone en el conjunto de Catalunya unos 13,5 millones de euros anuales.

La principal medida que se aplicará en los puntos negros son los cierres perimetrales, es decir, la instalación de vallas que impiden el acceso de los animales a las calzadas y los conducen hacia otras estructuras que les permiten cruzar la vía (túnel, viaducto, paso de fauna). También se hará un refuerzo de las señales de tráfico que advierten de la presencia de fauna silvestre. Esta señal puede ser permanente o temporal, un detalle muy importante, ha dicho Flores, para evitar que los conductores se acostumbren a ellas y no les den importancia.

También se actuará en carreteras sensibles mediante el desbroce de los márgenes de la vía, lo que permite al conductor percibir la llegada de un animal con mayor facilidad.

Territori, finalmente, probará dos medidas de carácter experimental, para valorar qué eficacia tienen. Una es un dispositivo que emite luz y ruidos para alertar a la fauna salvaje y, la otra, la instalación de placas electrificadas en accesos de vías con cierre perimetral.