ESTUDIO DEL CSIC

La acidificación de los océanos afecta también a las bacterias marinas

El exceso de CO2 en el agua altera el metabolismo de los microorganismos

Cerca de 70 buzos de CRF tratando de plantar al menos 1.000 corales para ayudar a mejorar seis arrecifes de los Cayos de Florida.

Cerca de 70 buzos de CRF tratando de plantar al menos 1.000 corales para ayudar a mejorar seis arrecifes de los Cayos de Florida. / periodico

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La acidificación de los mares -la reducción del pH debido a la absorción excesiva por parte del agua del dióxido de carbono (CO2), afecta también a las bacterias marinas, ya que altera su metabolismo y se ven obligadas a invertir más energía para poder activar mecanismos bioquímicos capaces de contrarrestar el estrés, según muestra un estudio realizado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Linnaeus University de Kalmar (Suecia). Los resultados se han publicado en la revista Nature Climate Change

“Las emisiones antropogénicas de CO2, además de provocar el calentamiento global del planeta, alteran la química de las aguas de los océanos y las llevan hacia una progresiva acidificación. Esto tiene importantes repercusiones para los organismos marinos, sobre todo para aquellos que construyen caparazones o esqueletos de carbonato cálcico, como los corales, los moluscos, algunas especies del fitoplancton y, como hemos visto ahora, también para las bacterias”, explica en un comunicado la investigadora del CSIC Cèlia Marrasé, del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona.

Las bacterias marinas desempeñan un papel crucial en el ciclo de elementos químicos clave para la vida como el carbono, el nitrógeno y el fósforo. Actúan como degradadores primarios de la materia orgánica producida por las algas microscópicas de los océanos a través de la fotosíntesis, o de la materia que llega al mar a través de ríos y de las aguas residuales. Cuando las algas u otros organismos mueren, son degradados por las bacterias. A través de este proceso de degradación, las células bacterianas liberan al agua elementos esenciales para la red trófica, como el nitrógeno o el fósforo.

Los investigadores establecieron varios experimentos con agua de la bahía de Blanes, y manipularon el contenido en nutrientes y la acidificación, inyectando CO2. Inicialmente, cuando solo se analizó la composición de especies, los científicos pensaron que la respuesta de las bacterias era muy modesta. Pero el análisis posterior para ver qué genes se activaban mostró que se producía una adaptación molecular a la acidez que acarreaba un coste energético para las bacterias.

“Esta adaptación molecular se traduce en cambios en la cantidad de carbono que las bacterias deben procesar para cubrir sus necesidades metabólicas. Por poner un ejemplo, es un poco lo que le pasa a un humano en condiciones de mucho frío: tiene que gastar energía para calentarse. Pues bien, las bacterias tienen que gastar energía para adaptarse a las condiciones más ácidas", añade Marrasé.

MIL MILLONES POR LITRO DE AGUA

En cada litro de agua de mar hay alrededor de mil millones de células bacterianas. De manera similar a como influye la microbiota intestinal en la salud de los seres humanos, las bacterias del mar desempeñan un papel importantísimo en la salud de los ecosistemas marinos. Además de la degradación de la materia orgánica, las bacterias también sintetizan vitaminas imprescindibles para las algas del fitoplancton y para otros organismos marinos.

"Para poder entender las consecuencias de la acidificación marina y del cambio climático en procesos marinos importantes a escala global, como por ejemplo en la productividad de los océanos, es esencial llevar a cabo estudios como el nuestro donde se evalúa el papel de las bacterias en el océano del futuro", concluye el investigador Carles Pelejero, también del Instituto de Ciencias del Mar.