Un lago del Pirineo recupera su transparencia gracias a un programa de mejora ambiental

En el Estany Closell se han retirado los peces exóticos y ello ha frenado la proliferación de algas

El 'estany' o pequeño lago de Closell, en el parque natural del Alt Pirineu, antes (2013) y después (2015) del proceso de restauración ambiental

El 'estany' o pequeño lago de Closell, en el parque natural del Alt Pirineu, antes (2013) y después (2015) del proceso de restauración ambiental / periodico

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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El Estany Closell, un pequeño lago de alta montaña situado en el parque natural del Alt Pirineu, ha recuperado su transparencia natural gracias al desarrollo de un proyecto ambiental auspiciado por el programa europeo Life, según muestran las fotografías tomadas antes (2013) y después (2015) de las actuaciones.

La actuación fundamental ha consistido en eliminar un pequeño pez exótico, el piscardo o barbo rojo ('Proxinus proxinus'), que había sido introducido accidentalmente en los años 80 como cebo para pescar truchas. El piscardo se alimenta de los microorganismos que a su vez se comen las algas y frenan su excesiva proliferación.

"Debido a la presencia excesiva de los piscardos, el 'estany' se había llenado de algas plantónicas y había cambiado su azul característico por el verde", explica Marc Ventura, investigador del Centre d'Estudis Avançats de Blanes (CEAB) y coordinador del proyecto. Ahora las aguas vuelven a ser transparentes.

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El proyecto ambiental, llamado LimnoPirineus, está coordinado por el CEAB, instituto dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y cuenta como socios a la Universitat de Barcelona (UB), el Conselh Generau de Aran, el Departament de Territori de la Generalitat y las empresas Forestal Catalana y Sorelló. También colabora la Diputación de Lleida.

El objetivo del LimnoPirineus, que se puso en marcha en el verano del 2014, es la recuperación de los ambientes acuáticos de alta montaña (ríos, 'estanys', fuentes carbonatadas y 'molleres') de los parques del Alt Pirineu y de Aigüestortes-Sant Maurici. También se realizan diversas campañas de sensibilización con los pescadores "para que entiendan que no es bueno que en estos ambientes haya peces introducidos", dice Ventura.

De hecho, como explica el investigador, la ubicación y morfología de estos lagos, herencia de la última glaciación, imposibilita la presencia de cualquier tipo de pez. "Pese a que en muchos hay actualmente truchas, no han llegado allí de manera natural. Aunque hay constancia de lagos con truchas desde el siglo XIII, en la mayoría de los casos fueron introducidas a lo largo del siglo XX", prosigue el investigador del CEAB-CSIC.

Dos alteraciones en el siglo XX

El 'estany' Closell sufrió dos alteraciones esenciales a lo largo del siglo XX. Durante los años 50-60 se construyó una galería justo por debajo del estanque para aprovechamientos hidroeléctricos, lo que alteró el nivel del agua. Más adelante, en 1969, se introdujeron truchas y, finalmente, ya en los años 80, el piscardo. Las truchas acabaron desapareciendo de forma natural.

Debido a la abundancia de piscardos, la transparencia del Estany Closell fue disminuyendo progresivamente. El pequeño pez depreda sobre la mayor parte de las especies autóctonas de los estanques (incluyendo larvas de insectos y pequeños crustáceos, como la pulga de agua) que se alimentan de las algas.

Inicialmente, los trabajadores de la empresa colaboradora Sorelló y de la Generalitat pescaban piscardos a un ritmo de un millar diario, mediante redes y una especie de trampas para peces. A medida que se reducía la población, menguaban las capturas y ahora apenas se llega a los cuatro ejemplares por semana, prosigue Ventura.

Resultados 24 meses después

Casi 24 meses después de comenzar la captura de piscardos en el Estany Closell, se calcula que se ha eliminado el 99% de la población. "Desde que comenzaron los primeros trabajos, la evolución del color verde hacia la transparencia que muestra ahora el lago confirma la eficacia de las tareas de restauración", confirma el coordinador del proyecto. El cambio se debe sobre todo a la recuperación de las poblaciones de la pulga de agua, un pequeño crustáceo característico de los lagos de alta montaña que se alimenta de algas. También han regresado anfibios como tritones y ranas.

Próximamente se prevé actuar de forma similar en los 'estanys' de Naorte y Rovinets, también situados en el municipio de Lladorre y afectados por el mismo problema.

Asimismo, se retirarán truchas en diversos lagos de Aigüestortes donde actualmente ya está prohibido pescar. "La gente piensa que siempre ha habido truchas, pero no es así, y si no frenamos su presencia estamos eliminando al resto de la fauna autóctona", insiste Ventura. "La Federación Catalana de Pesca está de nuestro lado", concluye.