INVESTIGACIÓN DEL CENTRE DE RECERCA EN SANITAT ANIMAL

Los mosquitos globales

El científico Nitu Pagès, en uno de los laboratorios del Cresa, en el campus de la UAB en Bellaterra.

El científico Nitu Pagès, en uno de los laboratorios del Cresa, en el campus de la UAB en Bellaterra.

ANTONIO MADRIDEJOS / Barcelona

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Los mosquitos tigre (Aedes albopictus) presentes en Catalunya, consolidados en los alrededores de Barcelona y zonas costeras, se infectan con el virus de Chikungunya, una de las principales enfermedades transfronterizas, y podrían ser -siempre en condicional- una vía de transmisión a los humanos, según muestran los análisis realizados por el Centre de Recerca en Sanitat Animal (Cresa). En Asia oriental, de donde es originario, el mosquito tigre es vector de enfermedades con gran incidencia en humanos, como el dengue y la fiebre amarilla, y los mismo sucede en algunos países de climas cálidos de América y África que ya han colonizado, pero aún se desconoce si las poblaciones asentadas en Europa conservarán esa capacidad de infección.

«Hemos confirmado que los mosquitos adaptados a nuestro ambiente se infectan con el Chikungunya y es previsible que también puedan contagiar el virus a humanos, pero aún son necesarios más estudios», resume Nitu Pagès, investigador del Cresa y especialista en enfermedades causadas por artrópodos. Entre los factores que pueden influir en esa eficiencia o ineficiencia destacan las bacterias simbiontes que tienen los insectos en su intestino y las condiciones ambientales, como el calor que necesitan los virus para replicarse. Para que el mosquito pueda transmitir el virus, no basta con que el insecto se infecte, sino que «tiene que llegar a sus glándulas salivales y liberarse en el momento de la picadura». Uno de los próximos pasos será justamente evaluar con ratones si ese contagio se produce.

ESTAR ALERTA / El Cresa, el instituto de referencia en Catalunya para el estudio de enfermedades transmitidas por animales, analiza asimismo si los mosquitos -incluido el mosquito común (Culex pipiens)- pueden expandir por Europa otras dos enfermedades emergentes: el virus del Nilo occidental y el virus del Valle del Rift, aunque el proceso no es exactamente el mismo porque en ambos ciclos participan también las aves y los rumiantes. «Hay que estar alerta porque estas enfermedades están cada vez menos restringidas a zonas tropicales», insiste Albert Bensaid, responsable del programa de Enfermedades Exóticas del Cresa. En la UE ya ha habido brotes. Bensaid y Pagès consideran que Catalunya es una zona de alto riesgo porque, además de la presencia de mosquito tigre, es un destino turístico y tiene humedales con importantes poblaciones de aves migratorias.

Pagès muestra entonces los mosquitos tigre que cría en unos cubículos especiales. Fueron capturados en libertad. De hecho, no muy lejos de la sede del Cresa en el campus de Bellaterra se detectaron en el 2004 las primeras poblaciones en España. «Infectamos los mosquitos con un sistema de membranas artificiales a través del cual pican y se alimentan de sangre que hemos infectado con virus y se ha calentado a 37oC -dice el investigador-. Se mimetiza el proceso de picadura en humanos».

Otro de los objetivos del proyecto, que goza de una beca del programa Recercaixa de La Caixa, es determinar qué cantidad de virus se necesita para infectar un mosquito; es decir, hasta qué punto un paciente ya casi recuperado de la enfermedad puede servir para iniciar un nuevo ciclo de transmisión cuando es picado. El trabajo investiga por último cuáles serían las estrategias más eficientes, incluyendo los insecticidas, para combatir las poblaciones de mosquitos si realmente hubiera un brote. «Los resultados podrán ser empleados por las administraciones para mejorar el diseño de la vigilancia epidemiológica», concluyen los investigadores.