94 pisos del barrio del Pla d'en Boet
Los 'trasteros sin ley' de Mataró: "pesadilla" vecinal por ocupaciones conflictivas en habitáculos de diez metros cuadrados
Los residentes denuncian vivir con miedo en una promoción de vivienda pública en la que apuntan a la lacra de la venta de llaves
REPORTAJE | Las mafias que venden llaves para ocupar un piso despuntan en Mataró
MULTIMEDIA | Así es la pesadilla de las ocupaciones delincuenciales
Manuel Arenas
Redactor y coordinador del equipo de información del área metropolitana de Barcelona
Periodista de información y audiencias locales del área metropolitana de Barcelona. Antes trabajé en la productora audiovisual Clack, donde investigué y desarrollé guiones de documentales, y colaboré con EL PERIÓDICO firmando la contraportada del diario y publicando reportajes en las secciones Gran Barcelona, Sociedad y Entre Todos. Empecé en la prensa local de mi ciudad, Santa Coloma de Gramenet, concretamente en el Diari de Santa Coloma.
Los vecinos de los pisos públicos de la Torre del Cogoll, en el barrio del Pla d'en Boet de Mataró (Maresme), viven estos días una "pesadilla inhumana". En estos términos lo explican a EL PERIÓDICO hasta cuatro residentes que piden anonimato "por miedo a represalias". Y lo corrobora además Maya Sedano, activista de la Plataforma d'Afectats per la Crisi i el Capitalisme (PACC) de Mataró, quien lleva meses acompañando personalmente a diversos afectados: "Los vecinos viven con miedo. Hay robos, peleas, drogas, almacenaje de material robado... Tenemos indicios de que incluso se practica la prostitución. Esto son 'los trasteros sin ley'".
La expresión 'trasteros sin ley', que usa Sedano, no es arbitraria. Es como los vecinos de la zona han empezado a referirse a las conflictivas ocupaciones en los trasteros de unos diez metros cuadrados que la promoción de la Agència de l'Habitatge de Catalunya anida en sus sótanos, precisamente para suplir el reducido espacio —unos 40 m2— de pisos de alquiler social pensados para ciudadanos con rentas muy bajas. Son 94 trasteros, uno por cada piso, próximos a los aparcamientos y repartidos en cuatro bloques que conectan entre ellos. Hasta que brotaron las ocupaciones, estos habitáculos eran usados para guardar herramientas o ropa.
Además de en las molestias vecinales por la presunta actividad delictiva, que vienen de años atrás pero cuyo recrudecimiento ha avanzado el diario local 'Cagpròs', Sedano pone el foco en el origen de las ocupaciones de los trasteros. "La responsabilidad es de los propios vecinos con contrato de alquiler social vigente que dejan entrar en los trasteros a los ocupas a cambio de dinero", afirma la activista de la PACC. Otras dos de las fuentes vecinales consultadas ratifican la misma casuística. La venta de llaves para ocupar pisos lleva años lastrando a Mataró, cuyo alcalde, David Bote (PSC), ahora también presidente de la Federació de Municipis de Catalunya, se ha convertido en uno de los máximos exponentes del municipalismo catalán en pedir mayores competencias para los ayuntamientos contra las ocupaciones conflictivas. Mataró, cabe recordar, tiene algunas de las agrupaciones censales más pobres de Catalunya —alrededor de los 9.000 euros anuales por persona—, ubicadas en los barrios de Rocafonda y Cerdanyola, con el que linda Pla d'en Boet, según el Índice Socioeconómico Territorial del Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat).
Fuentes de los Mossos d'Esquadra admiten que "en algún trastero vive gente [pese a no estar previstos para ser habitables]". Este diario ha accedido a denuncias ante la policía catalana por hechos en los pisos de la Torre del Cogoll que evidencian la 'venta' de trasteros. Es el caso del siguiente extracto de una de las reclamaciones: un hombre que, en su declaración para denunciar una paliza, hizo constar que le 'vendieron' el trastero por 500 euros.
"No convivimos con personas sin hogar, se trata de delincuentes: venden droga, usan los trasteros para guardar cosas robadas... Yo misma he escuchado gemidos de chicas que entran y salen", explica a este diario una vecina de uno de los bloques que, con voz temerosa, solicita no ser identificada en este reportaje. La ciudadana también apunta a que las ocupaciones en los trasteros se han originado a partir de "la venta de llaves por parte de los propios vecinos". En total, ella tiene identificadas una decena de ocupaciones entre los cuatro bloques, aunque cree que "hay muchas más". Otra chica que huye de la violencia machista de su expareja corrobora el relato y declara vivir atemorizada. Los Mossos aseguran haber reforzado la presencia policial en la zona a raíz de las reclamaciones vecinales. Los vecinos cuentan que "Mossos nos responden que sin orden judicial no pueden actuar".
Consultadas por este periódico, fuentes de l'Agència de l'Habitatge de Catalunya, dependiente de la Generalitat y propietaria de los pisos, se limitan a explicar que trabaja "de forma coordinada con el Ayuntamiento de Mataró con el objetivo de dar una solución a los vecinos de los bloques de la Torre del Cogoll".
Por su parte, el Ayuntamiento de Mataró asume que la Policía Local de la capital del Maresme ha recibido quejas de los vecinos, con los que ha mantenido "diversos encuentros" que los vecinos confirman. El consistorio tiene previsto "realizar una inspección pluridisciplinar de varios servicios municipales para determinar si se puede aplicar el protocolo para desalojar por decreto de alcaldía en aquellos casos en los que se detecta riesgo de habitabilidad por razones de salubridad, energéticas o estructurales", rubrican fuentes municipales.
Una promoción de vivienda pública maltrecha
Los vecinos sitúan la última reunión con el consistorio el pasado 17 de julio, aunque tildan el posterior mes de agosto de "fatídico" por los repetidos incidentes a altas horas de la madrugada que han obligado a las actuaciones de Mossos. Es por ello que tienen previsto reclamar una solución, precisamente a través de la PACC de Mataró, en el pleno municipal de este próximo jueves 5 de septiembre.
Pese a estas recientes molestias por ocupaciones, la promoción pública de la Torre del Cogoll de Mataró está maltrecha desde tiempo atrás, tal y como ha podido leerse durante los últimos años en las páginas de 'Capgròs'. Ya en 2016, un aparatoso incendio hizo emerger las molestias vecinales por las reiteradas ocupaciones. Y la compleja coyuntura se agravó durante la pandemia, cuando el Ayuntamiento de Mataró criticó deliberadamente que la Generalitat no hiciera seguimiento exhaustivo de las afectaciones a los residentes. "Los residentes del barrio están muy alarmados porque las disputas entre personas de perfil delincuencial residentes a la zona han ido a más, generando situaciones de mucha tensión", se leía en una crónica del 2021. Nada ha cambiado tres años después.
Ante la dificultad de hallar vías para actuar, el consistorio confía en la justificación de la insalubridad para que un juez otorgue carta blanca para desocupar. "En los trasteros hay plagas de cucarachas y ratas que acuden por los restos de comida en el suelo", apuntalan los vecinos, que insisten en que sólo piden "vivir en paz". "Exigimos a Ayuntamiento y Generalitat que den una solución a los vecinos. Están viviendo un infierno insostenible. He ido varios días y no doy crédito de lo que he visto: es increíble el descontrol de las administraciones", concluye la activista Sedano.
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