PERFIL

La vuelta al barrio de Mireia Cuesta, la cocinera de Mataró que soñó en 'La Voz'

Mireia Cuesta durante la entrevista en el Parque de La Alegría de Mataró.

Mireia Cuesta durante la entrevista en el Parque de La Alegría de Mataró. / periodico

Esteve Vallmajor

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Poco se esperaba Mireia Cuesta (1991), cuando su hermana pequeña y su cuñado la inscribieron, acabar siendo seleccionada para participar en el programa ‘La Voz’. “No me jodas, ¿lo dices en serio?”, espetó esta cocinera de Mataró a la llamada que confirmaba su pase a las audiciones a ciegas. Una inesperada noticia que le dio alas a sus ambiciones musicales y artísticas; un año después de las grabaciones vuelve a la realidad, ahora viéndose desde su casa en el barrio de Cerdanyola. 

Criada en el barrio de Rocafonda, su historia empieza como la de muchas otras: cuando era pequeña le gustaba cantar. Vinculada a la cultura de la ciudad, desde los 6 años está metida en el mundo de la música local. Recuerda sus más de 10 años en el Conservatori del Liceu en la Escola Balmes o su participación en el Col·lectiu de Músics del Maresme, actualmente disuelto. Durante su etapa formativa, a la que nunca alcanzó los estudios superiores, cursó cante clásico y cante moderno.

La oportunidad de independizarse hizo que dejará el camino de la música a un lado. La historia de amor con Jordi, juntos desde el instituto, posibilitó marcharse de casa a los 21 años y empezar una nueva vida en el barrio de Cerdanyola. “Independizarse es muy guay”, señala Cuesta, quien reconoce la imposibilidad de seguir formándose con la carga de un piso y un hijo a sus espaldas. “Déjate guiar por lo que realmente quieres hacer”, le diría ahora a la Mireia de hace unos años.

Los senderos de la vida la llevaron al mundo de la restauración. “Cocinar me gusta, por supuesto, pero no lo veo algo a lo que me dedicaría toda la vida. Me gusta cocinar en mi casa, para los míos”. Actualmente trabaja de cocinera en la escuela Cirera de Mataró y resalta su afecto por los niños como una de las motivaciones que le hace estar ahí cada día.

Si se diera el caso y fuera posible, le gustaría dejar atrás este sector para centrarse en el mundo de la música, aunque es consciente de las dificultades.“Muchas personas son capaces de gastarse 50 o 100 euros con artistas consolidados, pero después no son capaces de asistir a conciertos gratuitos. Llega un punto que muchos artistas se cansan”, apunta.

"Por entrar en La Voz no lo tienes todo solucionado"

Cuesta afirma no ser muy fan de los concursos televisivos, aunque la insistencia de sus familiares hizo que acabara apuntándose. Tras las dos pruebas presenciales, una en Barcelona y otra en Madrid, poco se esperaba acabar pisando el plató de ‘La Voz’. “La idea que el jurado no pueda verte y prioricen la voz me gusta”, aunque ella no tuvo opción de escoger. Laura Pausini pulsó el botón rojo en el último segundo de la actuación, cuando Mireia ya había asimilado que se iba a su casa: “Yo quería que se girará ella, tenía ganas de trabajar con Pausini”.

<em>Smile</em> y <em>La vie en rose</em> han sido las canciones que Cuesta ha interpretado encima del escenario. Dos apuestas atrevidas de Charles Chapin y Édith Piaf que van en la línea de la filosofía de vida que defiende: “No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”. Una de las cosas que se lleva del programa son sus compañeros, con los que mantiene contacto vía redes sociales de forma constante. “Todo el mundo quiere pasar de fase, pero el nivel de piña es tan grande que cuando te eliminan te alegras por los compañeros que siguen”, señala.

La mataronense tiene claro el mensaje que quiere dar a la juventud: “Por entrar en un programa de televisión no lo tienes todo solucionado”. Reivindica sus años de “esfuerzo” y de estudios musicales, una experiencia que revive ahora como profesora de cante en Musical Mataró, complementando con su trabajo de cocinera.

"Trabajar con mi voz"

En el horizonte incierto ya de por sí, y agraviado con la pandemia, la cantante está trabajando temas propios con su pareja a la guitarra. Quiere dejar a un lado las versiones para hacer música en la que pueda verse representada. “Dejar de ser la persona que ha salido en ‘La Voz’ y empezar a construir mis propias canciones”. Su pasado canalla, formando parte de grupos de heavy metal, parece haberse quedado atrás; ahora apuesta más por un pop rock suavizado siguiendo el legado de Lady Gaga, Dua Lipa, Adele o Sam Smith.

Me gustaría dedicarme a trabajar con mi voz”. Música pero también doblaje, confiesa imitando a la perfección la voz de Micky Mouse. Cuando Mireia Cuesta habla de su faceta como cantante, lo hace como si hablara de un oficio artesanal, como si cuidara cada una de sus cuerdas vocales para entonar la nota adecuada. “Cuando canto intento abrazar a la gente”, remata.

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