EN 2021

Mataró sube impuestos por última vez hasta el 2023, según el compromiso del Gobierno

Comparecencia del gobierno local de Mataró en la sala Burriac del Tecnocampus.

Comparecencia del gobierno local de Mataró en la sala Burriac del Tecnocampus. / JOAN SALICRÚ

Joan Salicrú

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Una vez más, sí, pero será la última. Prometido.

El gobierno local de Mataró, formado por el PSC y En Comú Podem, oficializó este martes lo que ya era ‘vox populi’ en el entorno de La Riera 48: para afrontar los gastos extras que provoca la covid-19 –de momento este 2020 se ingresarán 5 millones de euros menos y se gastarán 3,5 más- subirá nuevamente de cara al 2021 el IBI, en esta ocasión en un 6%. Precisamente este impuesto ya sumó en 2020 un 8% más, con lo cual en dos años se habrá incrementado un 14%.

Así, un ciudadano de Mataró que hasta ahora pagara 480 euros de IBI al año, ahora tendrá que abonar 508, 28 másAdemás también se subirá la tasa de la basura, de forma que el grueso de los ciudadanos (80%) pagará 20 euros de más al año, aunque habrá un 10% que pagará un poco más y un 10% que pagará un poco menos. El resto de tasas municipales –el ICIO; por ejemplo, relacionado con la construcción- y precios públicos, eso sí, no sufren incrementos.

Esta es una perspectiva que la oposición ya había salido en tromba a criticar, pues es obvio que, por ejemplo, en la medida que el IBI depende únicamente del valor catastral del inmueble donde se vive, la decisión del gobierno local favorece a las clases populares y castiga a las medias. De todos modos, el mantra municipal es que se trata de un “pequeño esfuerzo” por el cual cada mataronense, de media, pagará “solamente” 4 euros de más al mes.

Pero como el ejecutivo local es consciente de que más tarde que pronto se le colgará el sambenito de “un gobierno amante de subir impuestos”, el líder de los comunes, Sergio Morales, trató de matizar esta sensación explicando que a la vez que se sube el IBI y la tasa de basura, se destinarán también 250.000 euros para ayudar a pagar los tributos municipales a aquellos que más dificultades tengan –hasta 250 euros por familia-. “Tenemos que apretar más, pero a los que no puedan por su situación económica, vamos a ayudarles, que quede claro”, declaró.

Promesas ante la incertidumbre financiera

Ahora bien: el gobierno municipal añadió a estos anuncios la coletilla –la promesa, veremos si temeraria- de que en 2022 no se volverán a subir los impuestos, que es mucho prometer teniendo en cuenta la incertidumbre financiera que viven los Ayuntamientos y que, como admitió el concejal de Hacienda Juan Carlos Jerez, las aportaciones del estado –que suponen un tercio de los ingresos de la Casa Gran- bajarán con toda probabilidad en 2021 y 2022.

El 2022, paradojalmente, era el año escogido por el gobierno municipal en el anterior mandato como horizonte de futuro esperanzador, sobre el cual elaboró todo un relato de ciudad precovid llamado ‘Mataró 2022’. Ahora, todo eso se desvanece.

En este sentido, la única puerta esperanzadora que se podría abrir para conseguir nuevos ingresos no previstos hasta el momento es la de las nuevas ayudas provenientes de la Unión Europea, en el marco de los 140.000 millones de euros que Bruselas destinará a España a partir del año que viene. No está claro, ahora mismo, cómo podrían los municipios participar de esta operación, pero por si acaso Mataró –que en los últimos años ha conseguido arañar ni más ni menos que 15 millones de euros en proyectos financiados por la Unión Europea- prepara versiones actualizadas de sus mejores dosieres para tenerlos listos en cualquier momento. El anunciado Parque de Economía Circular podría ser uno de los ítems para sacar a relucir ante la UE, comentó el alcalde David Bote.

La mitad del esfuerzo, en impuestos; la otra parte, en “racionalizar”

“Hace falta dotarnos de fondos para llevar a cabo políticas de reconstrucción a largo plazo y también para poder hacer políticas de choque”, aseguró el alcalde durante la comparecencia ante los medios, en la sala Burriac del Tecnocampus. “Durante la pandemia hemos visto la importancia de los servicios públicos”, aseveró en otro momento el primer edil, como para justificar el alza de impuestos. Pero no obstante, Bote aseguró que con la subida de los impuestos se financiará (3,3 millones de euros) solo la mitad de lo que se necesita de más; la otra mitad (4,8 millones de euros) vendrá de un “esfuerzo de racionalización”.

Y es que, efectivamente, lo más relevante que salió de la rueda de prensa es, con toda probabilidad, el anuncio de que el gobierno municipal se conjura para recortar hasta 5 millones de euros en los presupuestos de 2021, después de que en 2020 –en la modificación del mes de junio- ya se aprobaran recortes por valor de 2,5 millones de euros. En total, pues, en dos años se habrán recortado 7,5 millones de euros, que no es poca cosa en un Ayuntamiento que gasta alrededor de 150 millones de euros al año (147,66 en el presupuesto aprobado en marzo, curiosamente muy pocas horas antes de que llegara la tormenta de la covid-19).

En este sentido, David Bote admitió que ahora se pondrán en duda algunos de los servicios que durante cuarenta años el Ayuntamiento ha ido introduciendo en el Catálogo de Servicios Municipal. Ahora, en vez de sumar nuevas prestaciones, tendrá que irse atrás.

Óbviamente, la pregunta del millón que surge a partir del anuncio es: ¿en qué se recortará la friolera de 5 millones de euros? Bote puso el foco, sin citarlos, en los servicios que presta el Ayuntamiento pero que no son competencia suya –por ejemplo, una parte del financiamiento de las ‘escoles bressol’, centros como el Instituto de secundaria Miquel Biada, de titularidad municipal…-. Posteriormente, la agencia ACN desveló que el gobierno municipal se rebajará el sueldo –aunque sin variar para nada el número de concejales con dedicación plena-, confirmando que la imagen de 14 concejales cobrando a tiempo completo cuando en el mandato anterior el gobierno llegó a funcionar con seis si ya era una imagen contraproducente al inicio del presente mandato ahora es simplemente políticamente insostenible.

No obstante, la duda persiste: cinco millones de euros es mucho dinero, de manera que puede estar en cuestión alguna acción municipal histórica y relevante. ¿Qué será? Habrá que estar atentos a los próximos movimientos del ejecutivo local…

Seguir combatiendo la pandemia

Como no podía ser de otra forma, el alcalde aprovechó la comparecencia para sacar pecho en relación a las acciones que el gobierno municipal está llevando a cabo en relación a la covid-19: siete mil intervenciones en la calle y 1200 multas interpuestas a cargo de la policía local, una inversión extraordinaria de 300.000 euros en limpieza de las escuelas, los 3.000 euros que se darán a cada comercio de la ciudad que se digitalice, el convenio de agosto con el Departament de Salut por el que se mejora la coordinación ante la crisis sanitaria o el Pacto para la Reconstrucción firmado entre todos los grupos políticos y los agentes sociales y económicos de la ciudad.

David Bote también aprovechó para anunciar que en el pleno de este jueves, correspondiente al mes de octubre, se llevará a aprobación inicial el nuevo pliego de condiciones del contrato de la basura, congelado desde abril de 2019, cuando venció el anterior. No en vano, el estado del espacio público es uno de los temas por los cuales el gobierno municipal está recibiendo más críticas en este momento.

En este sentido, el ejecutivo expresó su voluntad de gastar cada año 1,4 millones de euros más respecto la cantidad actual: con 54 millones de euros, el nuevo contrato de la limpieza –que tendría que empezar a funcionar en marzo del año que viene- será el principal contrato que gestiona el Ayuntamiento. Veremos si esta será realmente una cantidad suficiente como para generar un cambio de percepción en la ciudadanía.

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