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La pastelería Sweet Dreams de Mataró entrega monas de Pascua a domicilio durante el confinamiento

El sector prevé pérdidas de hasta el 50% y propone aprovechar la segunda Pascua para volver a celebrar la fiesta

La pastelera Laura Martín, de la pastelería Sweet Dreams de Mataró.

La pastelera Laura Martín, de la pastelería Sweet Dreams de Mataró. / ACN

ACN / El Periódico

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Unas 200 pastelerías de toda Catalunya ofrecerán la mona de Pascua a domicilio para garantizar que, a pesar de la crisis del coronavirus, la fiesta se celebre. Aunque es difícil hacer previsiones porque muchas pastelerías han bajado la persiana, desde el Gremi de Pastissers calculan que las pérdidas subirán hasta el 50% y, por ello, también proponen aprovechar la segunda Pascua, el 1 de junio, para volver a celebrar la fiesta.

La pastelería Sweet Dreams de Mataró ha optado por la venta online de monas. Su propietaria, la pastelera Laura Martín, explica que el negocio se tuvo que adaptar ya desde el principio de la crisis sanitaria para dar respuesta a la demanda de pasteles para familias que han continuado celebrado aniversarios confinados y en pequeño comité.

"Ofrecemos un servicio a domicilio que no ofrecíamos hasta ahora y yo misma llevo los pasteles a casa de los clientes que nos piden", relata la pastelera mataronense. La dinámica será ahora la misma para hacer frente a la campaña de Pascua. Pese a la alternativa, el ritmo de ventas no es, ni de lejos, el de otros años.

Según Martín, hay menos encargos y de monas mucho más pequeñas que en otras campañas. La pastelera también prevé que se pierda una parte del cliente no habitual que normalmente hace el encargo cuando pasa por delante de la pastelería mientras pasea: "Nos compra sólo la gente que ya nos conoce", lamenta.

Escaparate virtual

Para favorecer esta venta online, Sweet Dreams se ha adherido con otras pastelerías del conjunto del territorio a un canal de redes sociales que funciona de escaparate virtual de los establecimientos que ofrecen el servicio a domicilio. Es un proyecto que lidera la pastelería Rodella de Sant Celoni y que ya reúne una cuarentena de puntos de venta.

"Estuvimos hablando para ayudarnos entre los pasteleros y también para favorecer a que este año ningún niño se quede sin mona", relata Martín. Pese al salto tecnológico del sector, la pastelera mataronina es consciente de que todas estas medidas son excepcionales y provisionales y duda que puedan tener continuidad.

Ahora el obrador trabaja a media jornada y la producción es más baja, pero cuando vuelva a estar a pleno rendimiento ve difícil compaginarlo: "No sé si lo mantendremos porque o hacemos pasteles o los repartimos, todo no lo podemos hacer".

Buscando una brizna de optimismo, Martín cree que la crisis sanitaria hará tomar conciencia a todos de trabajo y capacidad de adaptación de negocios pequeños como el suyo. "En eso sí que habrá un antes y un después", asegura.

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