CENTRO MÁS IMPORTANTE DEL MARESME Y EL VALLÈS

Un día en una 'fábrica' de oportunidades para jóvenes sin estudios y menores no acompañados

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Anna Rocasalva

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La técnica de orientación Íria Albert se repantinga en una silla ante una veintena de jóvenes usuarios del Centre de Noves Oportunitats (CNO) de Mataró. “Imaginad que estáis en una entrevista de trabajo. ¿Os sentaríais así?”, les pregunta, imitando desde su asiento la pose de un malote de instituto. Los chavales se ríen por lo extraño de la situación. “¿Y le contaríais la vida al de Recursos Humanos?”, agrega Judith Vázquez, la otra orientadora. “¡Nooooo…!”, contestan los chicos.

La lección de hoy está focalizada en la búsqueda de empleo y en cómo enfrentarse a una entrevista de trabajo. Es lo que en el CNO se conoce como “competencias transversales”, donde también se trabajan aspectos como la comunicación, la empatía o el trabajo en equipo. Y es que el objetivo del programa de Noves Oportunitats es recuperar las ganas de aprender de los jóvenes que, por motivos diversos, no han encontrado su lugar en los institutos y que, por razón de su edad y experiencia, son invisibles para las empresas. 

En otras palabras, el centro está orientado a los vulgarmente bautizados como ‘ninis’; es decir, chicos y chicas, de entre 16 y 24 años, que ni estudian ni trabajan. “Aquí preferimos definirlos como jóvenes con fragilidad y vulnerabilidad formativa y laboral, que han podido acumular un contexto de fracasos”, describe la directora del Centre de Noves Oportunitats, Ingrid Álvarez. 

Sin embargo, desde hace unos meses, el programa no sólo acoge esta tipología de usuarios sino que también se ha abierto al creciente colectivo de menores extranjeros no acompañados ('menas'), “para dar respuesta a la realidad social que estamos viviendo en la región”, comenta la directora. 

El Centre de Noves Oportunitats de Mataró es la central 'madre' que coordina 13 puntos de actuación en municipios del Maresme y el Vallès Oriental y Occidental. Actualmente, de los 98 jóvenes inscritos en el CNO de Mataró, 39 son 'menas'. 

Un contexto difícil

En el aula central los pupitres están dispuestos en forma de ‘U’, al contrario que en una clase magistral. Terminadas las explicaciones pertinentes, las técnicas reparten ofertas de trabajo ficticias entre los jóvenes; y, al acabar la clase, los chavales tendrán que interpretar cómo se presentarían a sí mismos en una hipotética entrevista de trabajo.“¿Qué te parece la oferta de mozo de almacén?”, le pregunta la orientadora Íria Albert a uno de los chicos. “Prefiero una de mecánico”, contesta el joven. 

De los 98 jóvenes inscritos en el Centre de Noves Oportunitats de Mataró, 39 son menas

“Aquí tenemos perfiles de jóvenes españoles, la mayoría hombres, que han estado escolarizados y que, o bien no se han sacado la ESO, o bien no han continuado los estudios o no se han puesto a trabajar porque suelen venir de un contexto social y familiar bastante duro”, describe la técnica de orientación, Judith Vázquez.  

En otra mesa, las tres únicas chicas de la clase ya se preparan las entrevistas para ser vendedoras o monitoras, aunque no todo el mundo lo tiene tan claro. “Se trata de probarlo todo desde el ensayo-error y sacar a la luz sus motivaciones e intereses trabajando su autoestima porque, en la mayoría de los casos, son chavales que nunca se han preguntado: ‘¿qué es lo que me gusta?’”, continúa Vázquez.

Es el caso de Nerea Redondo y Patricia Martínez, dos compañeras que explican que no terminaron la ESO por “problemas familiares” pero que ahora, a base de probar formaciones en el CNO, tienen un poco más claro su futuro. “Me gustaría sacarme el grado medio de emergencia sanitaria”, dice Redondo, ilusionada. Ambas chicas también están trabajando para conseguir el graduado escolar y aprobar la teórica del carnet de conducir. “Lo del carnet de coche es un extra para los jóvenes que vemos con más motivación”, agrega la educadora Íria Albert.

A quien también le gustan los coches es a Óscar Mulero, otro de los jóvenes del CNO, que hoy se está preparando para el examen de mecánica. Sin embargo, él tiene muy claro que lo de estar en un taller de coches es sólo “una vía” para pagarse la carrera de música. “Quisiera especializarme en guitarra porque me encanta la música rock de los 70 y 80”, afirma.

Mulero explica que dejó los estudios para cuidar a su padre, enfermo de cáncer terminal. “Cuando falleció entré en una depresión. Me convertí en un chaval conflictivo, que se encaraba con todo el mundo y se me quitaron las ganas de seguir con la ESO. Había repetido dos años y dejé de estudiar”, confiesa. Ahora admite sentirse muy cómodo en el CNO: “Lo que más me gusta es el buen rollo entre compañeros y educadoras. La adaptabilidad que tienen ellas con nuestro carácter es algo que facilita mucho el trabajo, cosa que no pasa en un cole convencional”. 

Una primera oportunidad

Varios grafitis decoran las paredes del aula central del CNO. En una pared se puede leer la palabra “respeto” al lado del dibujo de una gran golondrina con las alas desplegadas. 

Durante la clase, ‘ninis’ y 'menas' practican para las entrevistas de trabajo ficticias. A pesar de las típicas guasas adolescentes, reina una atmósfera de compañerismo sin prejuicios. “Me encanta la diversidad de personas que hay aquí porque así conozco otras culturas y raíces que me hacen ser menos ignorante”, afirma el joven Óscar Mulero.

"Compartir el aula con personas de otras culturas y raíces me hace ser menos ignorante"

Según la orientadora Vázquez, el CNO es un centro “inclusivo para todos”, por eso también se trabaja el respeto desde el aula. Y es que, desde hace unos meses, ha aumentado la presencia de jóvenes emigrados solos que necesitan una orientación profesional, pero también el contacto con otros compañeros que les ayuden a familiarizarse con el sistema y el contexto social y cultural del país. “Segregar a los alumnos sería contraproducente”, concluye la orientadora.

Asimismo, para 'menas' recién llegados, el Centre de Noves Oportunitats de Mataró ofrece un itinerario previo llamado Primera Oportunitat. Este programa consta de una primera fase de orientación y exploración de oportunidades, intereses y motivaciones; y una segunda etapa de 300 horas, que incluye clases de catalán y castellano, competencias digitales, conocimiento del entorno social, cultural y laboral, y contacto con el mundo empresarial.

El joven Nabil Boujarmoune, de 17 años, fue uno de los integrantes de este itinerario previo y ahora se ha pasado al programa de Noves Oportunitats. Boujarmoune explica que llegó a España desde Marruecos en patera, cuando tenía sólo 16 años. Él es el pequeño de varios hermanos y al principio su familia no estuvo de acuerdo en que hiciera un viaje tan peligroso, pero luego “cedieron”, comenta. “Estaba estudiando en mi país pero allí no hay futuro. Aquí en cambio estoy haciendo prácticas de cocina, que me encantan, y quiero seguir aprendiendo catalán”, afirma.

“La actitud que tienen los menas es brutal. No faltan ni un día a clase y tienen muchas ganas de estudiar”, afirma Ingrid Álvarez, la directora del centro.

Para los 'menas' recién llegados, el CNO de Mataró ofrece un itinerario previo, llamado Primera Oportunitat

De vuelta al aula tras el recreo, Ilyass Charef se coloca ante sus compañeros para escenificar cómo se presentaría a sí mismo en una entrevista simulada. Charef se ha vestido elegante para la ocasión, con una chilaba blanca con los extremos bordados. El joven también cruzó el mar en patera para llegar a España con 16 años. 

Con voz entrecortada, sin levantar los ojos del papel, describe lo bien que se le da cocinar y cómo le gustaría trabajar en un restaurante. En Marruecos estudió bachillerato, pero su familia le aconsejó marchar del país “para tener una oportunidad”, dice. Detrás del joven, la gran golondrina dibujada en la pared parece que esté preparada para echar a volar.

 ¿Qué es el programa Noves Oportunitats?

Noves Oportunitats nace desde el Área de Empleo Juvenil del Servicio Público de Empleo de Catalunya (SOC) y en colaboración con el Departamento de Educación con el objetivo de recuperar las ganas de aprender de los miles de jóvenes que, por motivos diversos, no han encontrado su lugar en los institutos y que, por razón de su edad, son invisibles para las empresas.

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