MATARÓ ANTE LAS ELECCIONES MUNICIPALES

"Votaré a Esquerra aunque en Mataró es difícil que gane alguien que no sea del PSC"

Vista del interior del mercado del barrio de Cerdanyola, este miércoles por la mañana en Mataró.

Vista del interior del mercado del barrio de Cerdanyola, este miércoles por la mañana en Mataró. / J.S.

Joan Salicrú

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“Ahora aún estamos de resaca de las generales. Esta vez hay poco margen entre unas elecciones y otras y la gente aún no habla de las municipales”, relata un cliente de edad avanzada la mañana de este miércoles en el mercado de Cerdanyola de Mataró. El hombre prefiere el anonimato, como casi todos los participantes en este reportaje, y no quiere decir a quién votará en los comicios del 26 de mayo.

“Yo sí tengo muy claro a quién votaré. Al PDEcat, no tengo vergüenza en decirlo”, explica con contundencia Eva Colomer, una dependienta de mediana edad que está atendiendo al hombre, anticipando la posible sorpresa de su interlocutor en un barrio en que los resultados de los partidos independentistas son muy bajos –concretamente en esta sección censal, la 11 del distrito 5, el 28-A solamente un 1% de los votantes depositó su papeleta por Junts per Catalunya y ganó el PSOE con el 40,5% de los votos-.    

“Ganarán los mismos, en Mataró. Yo creo que [David] Bote, el actual alcalde [socialista], ha hecho más que los de su mismo partido en el pasado. Es un alcalde joven, tiene más espíritu”, asegura la mujer que se reconoce votante del PDEcat. “¿Bote? Tengo buenas sensaciones de lo que ha hecho, pero en este país los más jóvenes están adoctrinados y votarán a partidos independentistas, en las municipales”, apunta el cliente. “Esto no tiene nada que ver, yo soy independentista y mi hijo votará a Podemos”, le replica ella.

“Yo he hablado mucho con él y le veo una persona transparente”, apunta el señor aunque critica las obras que últimamente, con runrún electoral, se han hecho en la ciudad, como el asfaltado de varías decenas de calles. “Aquí en Cerdanyola viene mucho por los bares, por los comercios, habla con la gente... Lo conozco desde que era pequeñito; era amigo de mi hijo. Yo pienso que volverá a ganar. Es que Mataró… es muy socialista”, analiza el cliente, que luce un pin con la bandera de España en la solapa.

Cambiamos de parada. Ahora un sitio donde venden verduras. Las dos, dependienta y clienta, irán a votar. Y saben a quién. Candida Alba no tiene reparos en hablar: “Bote está haciendo muchas cosas. No digo que todas vengan de él, porque las cosas llevan su tiempo en preverse, pero me parecen muy bien proyectos como el nuevo depósito de agua que han instalado en Cerdanyola”, que está previsto que dé servicio a toda la ciudad. Pone otro ejemplo: la plaza que queda entre la calle Vitoria y Almogàvers, cuatro calles más arriba de donde estamos. “Había llamado muchas veces al Ayuntamiento para que lo arreglaran y al final han metido mano. Daba pena y ahora lo han arreglado”, comenta satisfecha.  

"Una mujer que asegura que votará al PDEcat: 'Ganarán los mismos, en Mataró. El actual alcalde [socialista], ha hecho más que los de su mismo partido en el pasado'."

Eva Colomer

— Dependienta en el mercado de Cerdanyola

Vamos a comprobar si Bote, que todo el mundo dice que tanto se pasea por la ciudad, ha visitado o no este mercado, el único permanente y bajo cubierto del barrio. La dependienta de la tienda, Isabel Valls, que no vive en Mataró sino en Dosrius, recuerda que David Bote vino una vez –no consigue recordar cuándo- pero que se quedó muy desilusionada cuando vio que pasaba de largo, delante de ella. “Entró sin saludar, fue directamente a dos paradas y no dijo nada a los otros. Me sentó muy mal, pensaba que iba a pasarse por cada una de las paradas y charlar un poco con nosotros”. “Es raro –le responde Candida Alba- porque en todas las cosas que voy siempre me lo encuentro hablando con todo el mundo. ¡Jamás he visto a ningún alcalde venir a las fiestas de nuestro barrio!”. Cree que Bote repetirá. Es más, lo espera.    

“Yo soy de Sant Adrià, ellas sí son de aquí”, explica la dependienta de otra tienda pasando la palabras a sus clientas, mujeres de edad avanzada. “¿Que cómo respira el barrio? Respira fatal, fatal”, responden las dos, al unísono. Inmigración, robos, delincuencia… aparecen los clásicos. “Tendríamos que tener más ayudas los de aquí; los de fuera tienen mejores cochecitos para los niños que nosotros y esto quema mucho a la gente. Yo, mira, en mi portería, en un mes han roto los cristales… ¡dos veces!”, relata María Castillo, vecina del barrio.

¿Y qué piensan del alcalde? “Supongo que va haciendo lo que puede pero es que es tanta la delincuencia que hay… no sé si es que la Policía pasa un poco… eso sí, ahora han arreglado las calles, que nos hacía mucha falta”, prosigue. Tiene claro que irá a votar –“si no, no me podría quejar”, comenta dicharachera-, pero su compañera admite que no: “Esta vez no tengo claro a quién votaré; en las generales sí, pero ahora no”.

En otra parada, una pescadería, predomina el escepticismo: si bien aseguran que irán a votar, dicen no saber a quién. “Yo creo que estos últimos cuatro años lo han hecho fatal; los barrios están muy dejados y en cambio vas al centro de Mataró y… ¡aquello es otro mundo! Aquí nos falta limpieza y vigilancia, mucha vigilancia... Yo, a partir de las ocho de la noche, no me atrevo a salir a la calle. ¿Miedo? ¡Pánico, tengo!”, explican conjuntamente una clienta y una dependienta, que se ponen a repasar varios altercados que han tenido lugar en las últimas fechas en el barrio, el más populoso de la capital del Maresme.

¿Que cuándo vino el alcalde al mercado? “Rafa, ¿por aquí pasó el alcalde?”, le pregunta la dependienta al mozo de la tienda de enfrente. Este aclara que David Bote visitó el espacio ahora hace justamente cuatro años, en vísperas de las anteriores municipales. Duda resuelta, pues.       

Yo votaré a Vox, no tengo ningún problema en decirlo. Y si estuviera Franco, votaría a Franco”, proclama sin ambages Jorge Perales, vendedor de lotería, instalado en la entrada del mercado, el cual se queja amargamente de la falta de trabajo. Lo dice justo el día que el Ayuntamiento asegura que el paro bajó en la ciudad en 222 personas respecto al mes pasado (ahora Mataró tiene 8.628 parados, el 13,74% de la población activa, por encima de la media de la provincia de Barcelona, que está en un 10,31%).

“Quizás sería hora de que hubiera un cambio en Mataró pero no lo veo probable”

“Yo ya tengo claro a quién votaré. Para mí podrían ahorrarse el dinero de la propaganda”, asegura una clienta –antigua paradista- en la Plaça de Cuba, el mercado central de Mataró, mientras compra un librito de lomo con queso y jamón dulce. “Tengo claro que votaré ‘a los de aquí’, aunque me duele que vayan por separado otra vez”, manifiesta la dependienta que la atiende, en relación al hecho que haya no una -como reclamaban algunos- sino cuatro candidaturas independentistas que concurrirán a las elecciones locales. La realidad electoral de esta zona no tiene nada que ver con la del Mercado de Cerdanyola: en la sección censal 1 del distrito 1, el pasado 28-A Esquerra Republicana sacó el 35% de los votos, JxCat el 20,7% y el PSC el 12,6%.   

Dos jóvenes, en el bar de la plaza: “Yo no votaré, son todos unos ladrones”, dice riéndose el dependiente, ataviado con un vestido y sombrero negros. Julià Delos, que es de Mataró pero no podrá votar porque está empadronado ahora en Holanda -donde vive y organiza un festival de 'calçots' cada año-, dice que si estuviera aquí votaría o a la CUP o a los ‘comuns’.  Lo más interesante de este testimonio es que relata un encuentro, casual y muy curioso, con el alcalde David Bote: “¡Yo me lo he encontrado de fiesta y estuve tomando cervezas con él, en Casa Paco [un céntrico local de Mataró]!. No quería preguntarle tanto por la política sino por cómo lo afrontaba él desde lo personal, teniendo en cuenta lo joven que es”, relata Delos, según el cual el alcalde se mantuvo políticamente correcto a pesar del ambiente festivo. “Pero está en contra de la autodeterminación, no dejó que se votara en locales municipales el 1 de octubre”, le recuerda y reprende el vendedor.

"Tengo claro que votaré 'a los de aquí', aunque me duele que otra vez vayan por separado a las elecciones municipales"

Dependienta de la Plaça de Cuba, que prefiere el anonimato

“¿Si votaré en las municipales? Sí que iré a votar, pero aún no sé a quién”, afirma otra dependienta, en una esquina del mercado, al lado del bar. “No está mal, el balance. Es alguien próximo, quince días atrás estaba desayunando en el bar de la esquina”, explica. En una de las pescaderías del centro de la plaza, otra dependienta reclama más atención a los problemas de esta zona de la capital del Maresme: “A mí me gusta como hace las cosas, su forma de hacer. Pero tiene que potenciar un poco más lo que es el centro de la ciudad, porque solo se hacen cosas en las barriadas y el centro está descuidado”. Es justamente al contrario de lo que hemos oído una hora antes en el otro mercado.

Dentro de los activos que adjudica a Bote, esta mujer señala el aparcamiento que el Ayuntamiento ha habilitado al lado del hospital de Mataró, aunque quizá no sepa que fue a propuesta del Partido Popular. No ve clara la reelección del actual alcalde: “No sé lo que opinará la gente, depende de si lo votan en las barriadas, porque aquí en el centro no le votan mucho”, concluye.  

La clienta a quien atendía, Margarida, es especialmente crítica con el actual gobierno socialista: “Quizás es porque vivo aquí en el centro, justo debajo de Santa Anna, pero yo estoy hasta la coronilla de los que mandan ahora”. Habla de dejadez, de un gobierno sin mano izquierda y especialmente desafortunado en el ámbito de la cultura. “Quizás tendríamos que hacer un cambio en el gobierno y que mandaran los que ahora están en la oposición”, reclama. Pero es escéptica respecto a ello, un detalle muy significativo, a pesar de que en 2011 el candidato de CiU, Joan Mora, superó en votos a los socialistas y ostentó la alcaldía durante cuatro años. “Supongo que sí que volverá a ganar [Bote], por lo que decía ella: todas las barriadas les votan [a los socialistas] en masa”, dice lamentándose.   

Otro testimonio en un sentido parecido. “Supongo que votaré a Esquerra, aunque en Mataró es difícil que gane alguien que no sea del PSC”, afirma Maria Rosa Fradera, que es vecina puerta con puerta del alcalde David Bote. “Lo veo muchas noches, llegando tardísimo a casa, hacia las once de la noche o las once y media, deshaciéndose el nudo de la corbata antes de entrar en casa”, explica. “Personalmente me cae bien; como vecino siempre saluda. Como alcalde hay cosas que se podrían hacer mejor, como por ejemplo arreglar los parques para los niños, especialmente el de la Plaça de les Tereses, que están muy mal. Lo mismo digo con el tema de la basura, que es un desastre. Y también en seguridad; hemos tenidos dos intentos de ocupación en nuestra calle”. “Yo creo que sí que repetirá como alcalde, después de los resultados que obtuvo el PSOE en las generales”, zanja.

De la misma opinión es Bautista Poyato, que regenta una de las paradas más pequeñas, de tan solo 2 metros cuadrados, justo al lado de la puerta norte: “Yo creo que sí, que volverá a salir. He visto que ahora han arreglado las calles o que han hecho un parquin nuevo en la calle Biada; eso esta muy bien. Aquí en el mercado hay gente para todo, quienes le critican y quienes les apoyan”. De hecho, este comerciante se atreve a cifrar en un 40% el número de votantes socialistas entre los paradistas. “¿Que si se pasa por aquí de vez en cuando? Sí, a veces viene a saludar. Pero es que a mí me compran todos los que han sido alcaldes, o sea que no tengo queja de ninguno de ellos”, confiesa pícaro mientras su frente dibuja una carcajada.

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