Nuevo libro

Maria Escalas: "El cáncer es una inmensa putada, no un aprendizaje"

La escritora de Mataró publica su segunda novela "Sara i els silencis" (Ed. Amsterdam), una historia sobre aquellas cosas que no se dicen

Maria Escalas, autora de ¿Sara i els silencis¿ (Ed. Amasterdam).

Maria Escalas, autora de ¿Sara i els silencis¿ (Ed. Amasterdam). / periodico

Maria Coll

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La escritora Maria Escalas (Mallorca, 1969) asegura que poco tiene que ver con Sara, la protagonista de su segunda novela, una música profesional que debe afrontar uno de los momentos más duros de su vida: un cáncer de mama que llega después de una separación sentimental.  Pero es obvio que algunos elementos sí que coinciden. Por ejemplo, como analiza el mundo como si todo fueran notas o melodías musicales.

Acaba  de publicar 'Sara i els silencis' (Ed. Amsterdam), su segunda novela, cuando la primera, 'Abans que el teu record torni cendra', aún cosecha éxitos. ¿Sorprendida?

Mi gran sorpresa fue publicar, porqué todo el mundo decía que era muy difícil. De la primera novela ya se han hecho cinco ediciones más una de bolsillo. En esta segunda, como ya sabía que sería publicada, la incógnita era saber cómo sería recibida.  ¡Hay muchos escritores que solo hacen una novela en su vida! Además, “Sara i els silencis” no es una novela fácil.

En esta novela, aunque el contexto es musical, los silencios predominan...

Sí, es una novela sobre las cosas que callamos y que no dejamos crecer. Explico el silencio de la Sara, pero también como, mediante la música, ella descubre los silencios de su familia. No podemos olvidar que silencio es necesario para la música. La Sara es una mujer que ha callado para que su hombre pueda triunfar profesionalmente, pero en la madurez, cuando todo se le hunde, intenta buscar su propia voz.

¿Este tipo de silencio sacrificado es característico de una generación de mujeres, no?

Cierto. Es muy femenino porque durante siglos las mujeres han silenciado su ambición. Hoy,  la ambición aun se considera un valor poco femenino. Una mujer ambiciosa está mal vista.

Uno de los otros temas que aborda es la fecundidad. Pero desde un punto de vista novedoso...

Relaciono la fecundidad con la creatividad y la posibilidad de hacer cosas. No me centro en la maternidad física. A las mujeres siempre nos han inculcado la necesidad de tener hijos, pero  hay muchas otras formas de dar vida y de ser facunda sin la necesidad de tener hijos carnales.

Uno de los principales golpes que sufre Sara, su protagonista, es un cáncer de mama. ¿Cómo decide abordar este tema?

Mucha gente me ha dicho “no quiero hablar de ello”, pero otras personas, muy generosas, me han contado su experiencia. Y cuando empezaba a valorar la posibilidad de escribir sobre este tema se me concedió un regalo: conocí la Txelo – personaje real- , quien entonces estaba luchando contra un cáncer. Con ella conversé horas. Además, también me he documentado mucho porque en todo momento he querido ser muy respetuosa. No quería hacer un libro de autoayuda, ni provocar una la lágrima fácil, pero tampoco sacar hierro a la situación.

Es un libro repleto de temas tabús: el cáncer, las relaciones homosexuales... pero también la muerte.

Yo no podía hacer un libro con una protagonista enferma de cáncer y que en ningún momento se plantease: “¿Y si me muero?”.  Txelo me decía a menudo una frase: “Estoy molesta porque la gente me dice que de este cáncer aprenderé mucho, pero si quiero aprender algo me compro una enciclopedia”.  Se deben decidir las cosas claramente: ¡el cáncer es una inmensa putada, no un aprendizaje!

En el libro también se explican muchas relaciones de solidaridad entre mujeres que viven momentos duros...

De hecho esta novela se podría haber llamado “Ángeles inesperados” porqué también es una historia sobre como, en momentos de crisis, pueden salir de la nada personas que te cogen de la mano. Y esta también es una reacción muy femenina.

“Sara i els silencis” aborda muchos temas duros, pero ¿estamos delante de una novela voluntariamente esperanzadora?

Sí, sin ninguna duda. Es una novela luminosa y con mucha fuerza porque, a menudo, la personas que se enfrentan a un cáncer son muy vitales. Es una apuesta por el carpe diem.

La Sara es música profesional igual que usted, que también ejerce de profesora de esta materia en una escuela de secundaria de Mataró. Ella analiza el mundo musicalmente, ¿un tic compartido?

Todos los músicos lo hacemos. Cuando miro el cuerpo de una persona siempre pienso qué instrumento podría tocar. Hasta me dice una lista con los sonidos de los teléfonos de los personajes de la novela, por ejemplo, en el teléfono de Sara suena una tercera mayor y en el de David unas octavas. Yo quería que la música estuviera muy dentro de la novela y que el lector la escuchara.

¿Qué comparte más con Sara?

Poco más. Somos mujeres, más o menos de la misma edad y ambas somos músicas, pero con diferencias importantes: yo no he cerrado mi carrera por mi marido, casi ha sido al contrario, y la Sara toca la viola – yo el oboe-, pero quería que fuera este instrumento porque es dulce y siempre está escondido dentro de la orquestra.

Vives en Mataró y en la novela haces referencia a “La missa de Les Santes”, en la cual toca desde hace años. ¿Por qué es importante este detalle?

Dedico la novela a Itziar, una amiga que murió de cáncer de mama. La última vez que la vi fue al final de una “Missa de Les Santes”. Además, en esta celebración se refleja muy claramente la complicidad que los músicos establecemos entre nosotros y con el coro.

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