PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA

La nueva hoja de ruta de la "superconcejala" Núria Moreno en Mataró

La responsable de Urbanismo, Desarrollo Económico y Cultura, desvela sus planes para Mataró Parc, El Corte Inglés, el Puerto y el Centro Histórico

Núria Moreno, concejal de Urbanismo, Desarrollo Económico y Cultural del Ayuntamiento de Mataró.

Núria Moreno, concejal de Urbanismo, Desarrollo Económico y Cultural del Ayuntamiento de Mataró. / ACN

Joan Salicrú

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Mataró tiene que funcionar como un gran polo de atracción comercial en su conjunto. Hasta ahora, había gente que contemplaba como negativa la presencia del Mataró Parc en la medida en que podía provocar un solapamiento con el comercio urbano. Nosotros creemos que no es así y que todo puede tener su espacio. La cuestión es que una cosa no pise a la otra”.

Esta es la idea matriz con la que trabaja Núria Moreno, nueva concejala de Urbanismo, Desarrollo Económico y Cultural del Ayuntamiento de Mataró desde la marcha del grupo de CiU del gobierno en octubre pasado, sustituyendo a Núria Calpe en materia urbanística, a Dolors Guillén en la de promoción económica y a Joaquim Fernàndez en Cultura. Tres concejalías de gran trascendencia pública que bien le valen el apelativo de "superconcejala", aunque el veredicto vendrá a final de mandato, como siempre. 

La concejala del PSC, en este sentido, se muestra muy decidida en aprovechar el reto que le planteó el alcalde David Bote: aunar en su persona las áreas de Desarrollo Económico, Urbanismo y Cultura. Fue una decisión –nadie en el entorno gubernamental lo niega- fruto de las circunstancias personales de varios miembros del gobierno y de su menguada presencia institucional: el PSC sacó en las municipales del 2015 seis concejales, que ahora gobiernan solos la octava ciudad catalana.

Pero lejos de preocuparla, Núria Moreno se lo toma como una gran oportunidad: “Es un momento apasionante, porque al poder aunar conjuntamente las áreas de urbanismo, desarrollo económico y las de cultura, estamos pudiendo trabajar de otra forma”, explica risueña, asegurando que no le temblará el pulso a la hora de tomar decisiones.

Moreno, abogada de profesión, sabe que tiene pocos meses por adelante para redibujar el esquema urbanístico y comercial de la ciudad para los próximos años, pero está dispuesta a tomar decisiones antes de que, al cruzar las puertas del electoral año 19, todas las buenas intenciones políticas queden en el baúl de los recuerdos.    

Mataró Parc: el gobierno presentará una propuesta de modificación del Plan General de Urbanismo

Cada vez que se le ha preguntado por la ampliación de Mataró Parc, el alcalde David Bote se mostraba muy precavido a la hora de apoyar explícitamente el proyecto: “Solo sacaremos adelante el proyecto que nos piden desde el centro comercial si representa una oportunidad para el conjunto de la ciudad”. Punto. Una fórmula muy ponderada para no molestar sus socios de CiU, que no veían con demasiado agrado el proyecto. En el desayuno de principios de año con periodistas Bote ya empezó a variar el rumbo y Núria Moreno apunta claramente: “Puede ser una oportunidad, sí. Todas la zonas comerciales de la ciudad pueden funcionar de forma simultánea y crear así una potente marca comercial”.

Se ha clarificado pues la situación: en esta cuestión –y en otras- el PSC siente que ha soltado lastre con la marcha de CiU y pondrá la directa para conseguir la ampliación, que su electorado desea, como explican los dirigentes socialistas en privado. Núria Moreno se encuentra a la espera de recibir un informe jurídico encargado a una consultoría externa para aclarar cómo está el panorama a raíz de las múltiples sentencias que se han ido agrupando en este expediente entre septiembre de 1999 y 2016.

La concejala explica que si finalmente se decida sacar adelante el proyecto no tendría reparo en acudir al resto de grupos del consistorio con una propuesta de modificación puntual del Plan General de Urbanismo para posibilitar la ampliación en los términos que, por lo que se ha dado a conocer, propondrá la empresa promotora del Mataró Parc (el único proyecto de ampliación presentado formalmente data de 2004; posteriormente el equipo de Tomás Olivo -el empresario promotor- no ha entrado por registro ninguna otra propuesta). Recuerda, eso sí, que en última instancia la modificación requeriría del visto bueno de los departamentos de Comercio y Urbanismo de la Generalitat.  

El futuro de El Corte Inglés, a la espera del Supremo

La partida de ajedrez que juegan desde hace mucho tiempo los partidarios y los detractores de la llegada de El Corte Inglés a Mataró se encuentra ahora en un punto muerto, a la espera de conocer -tendría que ser inminente- si el Tribunal Supremo admite a trámite el recurso de casación interpuesto por el Ayuntamiento, la Generalitat y –atención- por el mismo centro comercial, extremo que hasta ahora no se había hecho público. Según la concejala, este hecho hace suponer que El Corte Inglés mantiene un cierto interés en aterrizar en Mataró.

También asegura que a pesar del varapalo de la sentencia del TSJC anulando el planeamiento urbanístico e insinuando que haría falta reconstruir la fábrica de Can Fàbregas en su emplazamiento original, el centro comercial sigue dando margen a la acción del gobierno municipal.

Además, lejos de preconizar que todo podría terminar en una nueva zona de viviendas –una especie de solución salomónica para contentar ambos lados-, Núria Moreno introduce una reflexión que hasta ahora nadie había hecho: “¿Quién dice que El Corte Inglés mantiene el mismo modelo de equipamiento comercial de principios de los años 2000, cuando empezó a dibujarse este centro? Pueden existir otros tipos de modelos a desplegar, lo estamos estudiando”. Y aún va más allá: “En función de lo que se pretenda hacer, ¿por qué tenemos que insistir en el solar de Can Fàbregas? Puede haber otros espacios en la ciudad”.   

En todo caso, hasta que no se resuelva el recurso de casación del Supremo, la sentencia del TSJC no será firme y hasta entonces la concejala no quiere avanzar acontecimientos.

El Puerto, un nuevo polo comercial de toda la ciudad

Hasta el momento presente, todo el mundo daba por sentado que los dos grandes proyectos urbanísticos ligados al futuro comercial de la ciudad son la posible llegada de El Corte Inglés y la ampliación del Mataró Parc.   

Pero la actual concejala de Urbanismo dibuja un eje que va desde del Mataró Parc hasta el Puerto de Mataró, un equipamiento que todo el mundo admite que no ha conseguido nunca arrancar del todo, especialmente en el ámbito comercial y del ocio, o que en todo caso ha acogido un tipo de locales que no son del agrado del actual gobierno.  

Moreno tiene muy ‘in mente’ la degradación de algunos locales de ocio en el Puerto, puesto que como responsable de Vía Pública tuvo que cerrar el establecimiento Casablanca durante seis meses, después de una redada de los Mossos.  “Este modelo no lo queremos, no tengo ningún problema en decirlo. Lo que queremos es que el Puerto devenga una auténtica locomotora comercial”, afirma convencida.  

Es en este sentido que el Ayuntamiento ha llegado un acuerdo en el marco del Consorci del Port –participado mayoritariamente por la Generalitat- para que el ente local se haga cargo de la gestión de las licencias de tiendas y establecimientos comerciales que tengan que ir allí. El gobierno municipal aprovechará el vencimiento de los actuales contratos, en abril de este año, para renovar la zona tanto como se pueda, en todos los sentidos. “El Ayuntamiento decidirá qué tipo de establecimientos podrían ir ahí, que para nosotros tendría que ser un mix entre comercio náutico y restauración potente y de calidad”. La concejala explica que se ha pedido también a una consultoría externa un informe para que aconseje al Ayuntamiento sobre cómo obrar.

En todo caso, Núria Moreno subraya que este polo comercial no tendrá nada que ver con un centro comercial al uso: “La propuesta que tenemos en la cabeza para el Puerto no tiene nada que ver con establecimientos como el Leroy Merlin. Todo puede tener su espacio en la ciudad”. En todo caso, nada será inmediato y, para no asustar a los actuales, Moreno explica que aunque en abril se terminen las concesiones, el Ayuntamiento podría proponer una prórroga de hasta doce meses a los actuales concesionarios.  También está en estudio como hacer mucho más porosa la entrada a esta zona desde un punto de vista urbanístico: la posibilidad de construir un nuevo paso subterráneo que conectara la Ronda Barceló con el Puerto está en la mente de todos, pero ahora mismo este proyecto –que tendría que abonar íntegramente el Ayuntamiento- parece que va más allá de lo razonable. Así las cosas, se estudian modificaciones en la misma entrada del Puerto para animar a la gente a adentrarse en él.

La potenciación del centro histórico, objetivo a largo término

El objetivo estratégico de la llegada de El Corte Inglés en el centro de la ciudad era actuar de locomotora comercial del comercio “de toda la vida”. Desde que se empezó a hablar de esta posibilidad, a principios del 2000, este sector ha pasado como mínimo por tres fases en relación a esta posibilidad: una cierta hostilidad y preocupación ante la posible desertización del centro de la ciudad, una sensación –vinculada al momento álgido de la crisis económica- de que quizás podría ser efectivamente el revulsivo que hacía falta y la constatación actual de que habrá que vigorizar el centro de la ciudad dejando de lado si viene o no el esperado centro comercial.  

El gobierno local es consciente de la situación, que acaba de evidenciarse después del cierre este inicio de 2018 del último gran operador comercial que figuraba en La Riera, el Zara –el Plan de Impulso al Centro Histórico era, en verdad, una de las apuestas más relevantes del grupo de CiU-. Para ello, unas semanas atrás el Ayuntamiento convocó un concurso de ideas para sacarle todo el jugo posible al centro histórico de la ciudad, especialmente al casco antiguo. El gobierno está comprometido en tomar nota de las mejores propuestas y aplicar aquellas que vea posibles o incorporar en proyectos en marcha las líneas estratégicas que salgan de este concurso de ideas.

A la concejala Núria Moreno, como han hecho varios antecesores suyos en el ámbito cultural, le gusta hablar del eje de La Riera, la columna vertebral que sustenta todo el cuerpo central de Mataró. Se trata de un eje viario que empieza en la Plaça d’Espanya y termina en el Camí Ral por un lado y en Can Xammar por el otro y en varias vértebras del cual ahora mismo ya hay proyectos en marcha -el Cafè Nou y la Presó-.

En el caso del Cafè Nou, el gobierno local tiene previsto aprobar el proyecto ejecutivo la semana que viene, sufragado a medias entre una ayuda FEDER de la Unión Europea y el propio Ayuntamiento, a razón de un millón de euros cada parte. La rehabilitación prevista permitirá instalar en la planta baja del histórico edificio un punto de información turística inteligente, un espacio polivalente para usos varios y un espacio de bar, mientras que en la primera planta el teatro existente lo usarán distintos colectivos de la ciudad –Aula de Teatre, Escola de Música…- tanto para tareas de creación como para la exhibición de espectáculos de artes escénicas y músicas.   

A su lado, en cambio, el edificio de la Presó no tiene un destino tan claro, a pesar de que el anterior concejal de Cultura, Joaquim Fernàndez, presentó hace ahora un año un ambicioso proyecto de revitalización que iba a destinar el emblemático equipamiento al ámbito de la plástica bajo el concepto L’Espai de les Arts, insertando en él La Casa dels Artistes, el Mataró Art Contemporani y el Taller de Gravat: “El anterior proyecto presentado nos parecía que no incorporaba suficientemente la noción de que aquel edificio es un Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN). Antes que nada creemos que hay que aclarar que costaría acondicionar correctamente el espacio“. Moreno, en este caso, plantea beber de las propuestas que lleguen al concurso del Pla d’Impuls del Centre Històric para definir el futuro de La Presó.    

El edificio de Can Xammar, capacitado para albergar la antigua Biblioteca Popular

Y finalmente, Can Xammar. El gobierno municipal ha hecho de la posible reconversión del edificio de PUMSA que se halla en la Plaça de Can Xammar en la tercera biblioteca pública de la ciudad una de sus grandes apuestas de este curso político. Se trata de un claro elemento diferencial con sus antiguos socios de CiU, quienes defendían insistentemente que lo primero que había que abordar era la remodelación de la Plaça de l’Ajuntament. Los socialistas, en cambio, quieren meter mano en el punto final del eje de La Riera en dirección a Levante, porque entienden que de esta forma se resuelven varios problemas: revitaliza esta plaza a nivel comercial y social y da una utilidad definitiva a un edificio prácticamente maldito desde la fallida Operación Actua.

Y, dando la razón a los posconvergentes -aunque sea con la boca pequeña-, el traslado de la biblioteca de la extinta Caixa Laietana abriría la puerta a qué la Fundació Iluro cediera una parte del edificio de la Plaça de l’Ajuntament para que albergara la Oficina de Atención al Ciudadano (OFIAC), que se queda pequeña en la planta baja del número 48 de La Riera, así como varias dependencias municipales situadas ahora en el otro lado de la Plaça, al lado del Museu de Mataró. Esto, a su vez, permitiría empezar a reconquistar a efectos ciudadanos esta plaza que, aunque esté justo “en medio del meollo” de la ciudad, parece un patio trasero sin ninguna utilidad práctica.            

De momento, respecto a la posibilidad de que el edificio de PUMSA albergue la antigua Biblioteca Popular, los técnicos de la Diputación han confirmado que usando un altillo del equipamiento sería posible cumplir con los requisitos que deben tener las bibliotecas públicas en número de metros disponibles. Esto sí, en la medida en que las modificaciones en volumetría supondrían un cambio de planeamiento urbanístico, habría que ir el pleno y conseguir 14 de los 27 votos del mismo –en urbanismo siempre hace falta una mayoría reforzada-. En todo caso, para que la biblioteca pudiera funcionar en el nuevo espacio harían falta 22 meses, durante los cuales habría que ver qué hacer con la biblioteca actual, si el Ayuntamiento subroga ya los actuales trabajadores o si o por ejemplo se establece una gestión mixta entre Fundació Iluro y Ayuntamiento.

Núria Moreno corre el riesgo de haber abierto demasiados frentes en muy poco tiempo, pero se muestra convencida de la necesidad de jugar fuerte. “Estamos en un momento apasionante de la historia de la ciudad”, concluye.

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