Mataró aprueba un programa para acabar con la vulnerabilidad social

El Ayuntamiento de Mataró se ha propuesto acabar en el 2020 con las situaciones de vulnerabilidad y exclusión social que hay en la ciudad. Con la aprobación del Plan Local de Inclusión Social de Mataró 2018-2020, el ejecutivo de David Bote quiere dar continuidad a los diferentes planes de promoción social que se han desarrollado en la ciudad desde el 2006. Un nuevo documento, que se adecua al actual marco normativo europeo, estatal y autonómico y que incluye nuevas recomendaciones.

Durante la crisis económica muchas familias han visto reducir su capacidad económica y consecuentemente ha incrementado el trabajo de los servicios sociales. Según datos de abril del 2017, 908 familias de Mataró son receptoras de la renda mínima de inserción, 552 de la renda activa de inserción y 31 del Programa de activación de ocupación. Además, la capital del Maresme en este momento registra un índice de paro del 15,92% sobre el total de la población activa (9.575 personas), de las que el 49% ya no recibe ninguna prestación y el 61% no supera los 426 euros mensuales.

Este Plan se configura bajo los principios de Universalidad, Igualdad, Responsabilidad pública, Empoderamiento de las personas, Solidaridad, Proactividad y Prevención y Multidimensionalidad y Transversalidad. Tiene  un presupuesto de 10.554.035,85 euros y propone hasta 92 acciones concretas, distribuidos en seis ejes de trabajo, para llevar a cabo en los próximos años.

Del ámbito laboral a la infancia

El primer eje está relacionado con el ámbito laboral y profesional y desarrolla acciones para la mejora de la inclusión laboral de las personas en situación de vulnerabilidad trabajando sus competencias, la formación, impulsando experiencias en el mundo laboral y fomentando mercados de trabajo inclusivos.

El segundo eje tiene que ver con las dificultades para el mantenimiento y la accesibilidad a la vivienda y con las situaciones de pobreza energética. El tercer bloque desarrolla acciones relacionadas con el ámbito de la salud mental y con problemas de adiciones que presentan dificultades de acceso a los dispositivos sanitarios. También promover acciones que fomenten los hábitos saludables.

El cuarto eje recoge las prioridades de la administración local y de las entidades respecto personas mayores, personas con disminuciones o dependencias, con diversidad funcional, personas recién llegadas, personas o familias vulnerables o en situación de exclusión social severa y personas que han sufrido violencia de género. En este apartado también se describen acciones para promover la convivencia y la cohesión social.

Finalmente, los niños y los adolescentes son la base del quinto eje que se centra en garantizar la igualdad y las garantizar la cobertura de sus necesidades básicas. Y el sexto eje apunta al trabajo transversal entre administración local y agentes sociales.

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