Sector financiero y 'fintech', flirteo a la vista

Las entidades financieras tradicionales y las 'fintech', más ágiles, pero que no suelen cumplir los requisitos legales para clasificarse como entidad financiera, han iniciado un irremediable flirteo

Sector financiero y  'fintech', flirteo a la vista_MEDIA_1

Sector financiero y 'fintech', flirteo a la vista_MEDIA_1

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las entidades financieras se caracterizan por una regulación estricta y mayores requerimientos legales, en comparación a otros sectores empresariales. Esto ha actuado como una barrera de entrada a nuevas empresas, resultando en un sector concentrado en pocas empresas de gran tamaño. A pesar de esto, desde hace unos años, el imparable avance tecnológico ha ampliado el abanico de servicios y productos, y las nuevas normas del juego están aún por determinar.

Las novedades tecnológicas se presentan de la mano de una nueva categoría de empresas: las 'fintech', una única palabra para combinar dos elementos, finanzas tecnología. Las primeras 'fintech' se crearon en el Silicon Valley, pero rápidamente estas nuevas formas empresariales también llegaron a Europa. Actualmente, en España están registradas más de 200 'fintech' y se han creado incubadoras especializadas. La mayoría de estas empresas son pequeñas; 'start-ups' que buscan ofrecer nuevos servicios de una forma ágil, económica y eficiente. Con pocos años de experiencia, el matrimonio entre las finanzas y la tecnología está disfrutando de un crecimiento exponencial en inversión, acelerándose sobre todo a partir del año 2014 y superando los 30.000 millones de dólares el año pasado. El campo de actuación de estas empresas es enorme, abarcando una gran variedad de servicios: banca móvil, gestión de pagos y transferencias, préstamos, gestión de activos, financiación colaborativa, 'big data', moneda digital y un larguísimo etcétera.

Por supuesto, las entidades financieras también están interesadas en el nuevo potencial tecnológico para mejorar sus servicios y reducir costes, pero su tamaño y las sinergias organizacionales dificultan que las innovaciones se prueben y se implementen con rapidez suficiente, si se compara con la agilidad de una 'start-up' dotada de una estrategia y unos objetivos empresariales más delimitados. Por otra parte, las 'fintech' no suelen cumplir los requisitos legales para clasificarse como entidad financiera o de dinero electrónico y esto, en algunos aspectos -no en todos-, las hace dependientes de la banca tradicional. Por estos motivos, el flirteo entre la entidades financieras y las 'fintech' ya ha comenzado: algunas querrán resistirse al encanto 'fintech' y buscarán el desarrollo tecnológico a nivel interno; otros comprarán la tecnología desarrollada por estas empresas; otros apostarán por la colaboración, y quizás algunas 'fintech' crecerán para convertirse, ellas mismas, en grandes empresas del sector.

Tecnología 'blockchain'

Un ejemplo concreto de las posibilidades de relación entre 'fintech' y el sector bancario tradicional se encuentra en la tecnología 'blockchain'. Desarrollada en el 2009, su objetivo principal era apoyar la creación y circulación de nuevas monedas digitales que fueran independientes del sistema monetario legal. Esta tecnología permitió el nacimiento de bitcoin, que es la criptomoneda más conocida en estos momentos. Curiosamente, la tecnología 'blockchain' ha resultado ser superior en seguridad, eficiencia y agilidad en comparación a la que se utiliza actualmente para las transferencias del sistema bancario actual, el código Swift. Esto ha despertado el interés del sector bancario, ya que la adopción de 'blockchain' reduciría los costes considerablemente. En esta línea, el consorcio R3 formado por alrededor de 40 bancos mundiales está estudiando la incorporación de esta tecnología. Paradójicamente pues, una tecnología que nació para evitar el sistema bancario podría acabar siendo utilizada para fortalecer y mejorar las transferencias en la moneda de curso legal.

Otro ejemplo más cercano de la necesidad de relación entre 'fintech' y banca lo encontramos en Santa Coloma de Gramenet. La moneda local, la grama, circula por la ciudad desde principios de año gracias a la iniciativa política del gobierno local y el apoyo de la 'fintech' catalana Ubiquat. A diferencia de bitcoin, la grama no está diseñada para evitar los euros sino para coexistir con ellos, garantizando siempre la conversión y la paridad entre ambas monedas. Ahora mismo, sin embargo, los requisitos legales de dinero electrónico están limitando las posibilidades de intercambio de esta moneda para la población. En esta ciudad, la potenciación de la grama debe pasar necesariamente o bien por un acuerdo con una entidad financiera o bien por una 'fintech' que haga un salto cualitativo, para convertirse en entidad de dinero electrónico.

Pero no todas las 'fintech' son 'start-up's con dificultades para cumplir los requisitos legales. Facebook, una empresa tecnológica con acceso a millones de usuarios, se convirtió en 'fintech' de la noche a la mañana al registrarse como entidad de dinero electrónico a finales del 2016, pasando a poder gestionar directamente transferencias y pagos a través de internet. Nada impide que otras plataformas sigan los mismos pasos.

La generación Z, la que viene después de los famosos 'millennials', esos que no percibirán una red de amistades fuera de una 'app' y que recordarán su primer móvil como el día en que se hicieron mayores, constituirán los clientes naturales de estas empresas.

TEMAS