SAVE THE CHILDREN

"Como en la vida, si en el fútbol no hay respeto ni comunicación, no hay juego"

Ousmane, Ismail, Shamsu y Mohamed tienen historias de vida de superación y resiliencia y trabajan duro para jugar tanto en la cancha como en la vida.

zentauroepp52131189 febrero 2020  suplemento m s personas de febrero  tema save 200209164506

zentauroepp52131189 febrero 2020 suplemento m s personas de febrero tema save 200209164506 / periodico

Mireia Recasens Lamuà

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ousmane, Ismail, Shamsu y Mohamed tienen 17 años y una pasión en común: el fútbol. Llegaron a Barcelona desde Marruecos, Ghana y Guinea Conakry buscando un presente y un futuro mejor. Ahora viven en centros de primera acogida de la DGAIA. Los cuatro tienen historias de vida de superación y resiliencia y trabajan duro para jugar tanto en la cancha como en la vida.  

¿Qué os aporta el fútbol?

Mohamed: Yo me olvido de todo cuando juego. Es una manera de desconectar de este mundo y pasar a otro.

Ismail: Es un rato para mí, para divertirme, para desconectar, para pasar un buen rato. 

Ousmane: Cada vez que juego se me van las otras cosas de la cabeza y aprendo cosas nuevas. 

¿Qué valores creéis que fomenta?

Mohamed: Espíritu deportivo, de estar juntos. Cuando entras saludas a todo el mundo y sabes que ahí solo va a haber respeto. 

Shamsu: El respeto y la comunicación me hacen sentir muy feliz de jugar al fútbol. Porque como en la vida, si en el fútbol no hay respeto, no hay juego, si no hay comunicación, no hay juego, no puedes llegar lejos.

Ousmane: En realidad si no hay respeto en lo que sea que hagas, mal vamos.  

Habéis jugado con la metodología FutbolNet de la Fundación del Barça, ¿qué os ha parecido? 

Mohamed: Me ha gustado mucho. Es la primeva vez que lo hacemos. Nos han dado la posibilidad de elegir las normas. 

¿Qué normas habéis elegido?

Ismail: Tocar con la mano, con las piernas, no tirar directamente el balón.

Mohamed: Había que respetar estas normas y esto ha generado una oleada de respeto con los compañeros. Nos llevamos ideas nuevas para jugar en los centros donde estamos. 

¿Cuál es vuestro equipo y jugador favorito?

Ismail: Messi y el Barça.

Ousmane: El Barça y Eto’o.

Shamsu: Ronaldinho. Es una leyenda.

Mohamed: Messi. El Barça y el Mouloudia Club de Oujda, un equipo de Marruecos, de donde soy.

¿Y vosotros?

Ismael: También de Marruecos. 

Shamsu: De Ghana.

Ousmane: De Guinea Conakry. 

¿Cuánto hace que llegasteis a Barcelona?

Mohamed: Hace cuatro meses, pero a España hace siete meses. Estuve en Cartagena, Valencia y luego llegué a Barcelona.

Ismail: Primero estuve un mes en Algeciras y ahora siete meses en Barcelona.

Ousmane: Hace un año. En España hace dos.

Shamsu: Hace diez meses.

¿Cómo llegasteis?

Ismail: En patera.

Shamsu: También.

Mohamed: Debajo de un camión. Probé durante un año el ‘risky’ [saltar a un barco hacia la Península]. Todos los días.

Ousmane: Saltando la valla de Ceuta. 

¿Por qué decidisteis iros?

Ismail: No estaba haciendo nada, ni estudiando ni trabajando. No tenía futuro.

Mohamed: Soy de una familia muy pobre y para estudiar hace falta mucho dinero. Yo quiero hacer algo de mi vida y aquí tengo posibilidades.

Ousmane: Decidí venir solo porque no veía oportunidades y quería probar suerte. No creo que haya nada malo en eso.

Claro que no… ¿Qué les diríais a quienes ven que hay algo malo en eso?

Mohamed: Que no todas las personas son iguales, que no hay que generalizar. Yo respeto a todo el mundo, ¿por qué no deberían respetarme a mí si no estoy haciendo nada malo?

Ismail: Yo no me comporto mal. Siento que aquí soy un huésped y me siento afortunado y por eso respeto a todo el mundo.  

"Yo me fui de Ghana con mi madre para buscar un futuro mejor. En España solo quiero mirar para adelante y pensar en mi futuro"

Shamsu

— 17 años

Shamsu: A mí me gustaría que entendiesen nuestras historias… Yo me fui de Ghana con mi madre para buscar un futuro mejor. Pero mi madre murió. Llegamos a Libia, pero Libia lo frustró todo. Todo fue muy mal. Me secuestraron durante más de un año y chantajeaban a mi familia pidiendo dinero. Nos fuimos buscando una vida mejor. Cuando llegamos al barco para cruzar nos separaron. Era medianoche en medio del mar. Y el lado donde estaba mi madre se rompió y entró agua. Pasó tiempo hasta que nos vinieron a rescatar. Llegué a Italia, pero allá no había lugar para mí. Después llegué a España. Y ahora solo quiero mirar para adelante y pensar en mi futuro.

Y ¿cómo veis el futuro? ¿Qué os gustaría hacer?

Mohamed: Trabajar. Trabajar de pintor. Aunque también me gusta mucho la peluquería.

Ismail: A mí me gustaría ser mecánico. Me encanta la mecánica. 

Ousmane: Sueño con ser un gran futbolista, que puede ser, eh, o instalador de placas solares, algo sostenible.

Shamsu: Quiero ser constructor, construir casas. 

¿Cómo os sentís ahora?

Ousmane: Bien. Poco a poco encontrando mi sitio. 

Mohamed: Ahora bien, contento.

Shamsu: Genial. Sonrío casi cada día.

Cuando solamente vemos y no miramos

¿Qué tendrá el futbol que hace que ser deportista profesional sea el mayor de los sueños de muchos jóvenes migrantes de países africanos? Soñar es una acción intrínseca a la infancia y la adolescencia, fabular con su futuro es habitual –aunque, a veces, seamos los adultos quienes insistentemente les preguntemos sobre qué quieren ser cuando sean mayores–. Lo que diferencia a los niños y niñas que viven en situación de pobreza con los que han nacido en familias más acomodadas es el tipo de sueño. Querer ser deportista profesional es algo común, la diferencia radica en que mientras para unos es imaginar un futuro exitoso para otros supondría alcanzar una vida alejada de la vulnerabilidad, la violencia y la pobreza.