DISTRIBUCIÓN DE ALIMENTOS

Alimentarse, un derecho fundamental por cubrir

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Carme Escales

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Dignificar la recepción de alimentos por parte de quienes viven sin recursos para poder adquirirlos es uno de los avances que las entidades sociales han protagonizado en favor del compromiso ético con los más vulnerables.

Entregar una tarjeta monetaria para obtener en el supermercado donde todo el mundo compra sus alimentos ha dejado atrás muchas colas a las puertas de los pequeños locales o parroquias de ciudades y pueblos a la espera de un lote de productos. Por nimio que pueda parecer, a los actores sociales de peso en la cobertura de las necesidades sociales de alimentos como el Banc dels Aliments, que el pasado año movilizó 17.828 toneladas de artículos, les preocupa la vivencia y contexto de quienes necesitan los alimentos. Tanto como llegar a todos ellos, quisieran lograr que lo vivan como un apoyo puntual y parte de una atención integral que camine hacia su recuperación económica, y no como puro acto asistencial.

Como ejes vertebradores del reparto de alimentos en Catalunya, los representantes de la Federació Catalana del Banc dels Aliments, Creu Roja y Càritas Diocesana de Barcelona celebrarán próximamente una jornada de debate en  Barcelona abierta también a representantes de la Administración pública y a la ciudadanía.

Debatirán sobre la manera de transformar el actual modelo haciéndolo más eficaz para garantizar el derecho universal a una alimentación adecuada, impulsando y promoviendo la lucha contra el despilfarro de alimentos.

La ponencia inaugural, a cargo de la profesora investigadora del Institut d’Innovació Social d’Esade Liliana Arroyo, versará sobre el derecho a la alimentación de las personas en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Y el consultor en sostenibilidad y autor del informe 'Bases para transformar el modelo de distribución y acceso social a los alimentos', Daniel Ortiz, presentará el contenido de su documento.

En el encuentro se abordarán los diferentes modelos de distribución de alimentos en Catalunya. Y entre las voces participantes estarán también las de entidades que los implementan, así como las de quienes se benefician de ellos.

Precisamente, este miércoles, 16 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Alimentación, fecha instaurada en 1979 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. La FAO pretende así concienciar sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza.

Más allá de alimentar

Pese a su continua colaboración en el día a día, será la primera vez que Càritas, Creu Roja y el Banc dels Aliments se sienten en una misma mesa para intentar marcar un camino en común. Encenderán así las luces largas para iluminar modos de intervención social que vayan más allá de asegurar el alimento a todas las personas. La inserción laboral y la atención al medioambiente en toda medida a aplicar, desde el transporte y distribución de las mercancías, hasta el reciclaje y priorización de empaquetados con menos impacto en la naturaleza, pasando por la lucha contra el despilfarro alimentario, también juegan su papel en la liga de los alimentos para todos.

Est miércoles, 16 de octubre es el Día Mundial de la Alimentación, que la FAO instauró para concienciar sobre el problema mundial

Desde el Banc dels Aliments de Barcelona, su presidenta, Roser Brutau, recuerda en su presentación de la memoria de la entidad correspondiente al pasado año, que “desde el 2008 hasta el 2018, el Banc consiguió recuperar alimentos perfectamente aprovechables para el consumo, llegando a más de 65.670 toneladas acumuladas en esa década. El dato, en términos medioambientales, equivaldría a 3.263,37 toneladas de CO2, consecuencia directa de su destrucción”.

El ‘recapte’ diario

El Gran Recapte, que este año se celebrará los días 22 y 23 de noviembre y para el que ya está abierta la inscripción de voluntarios en la página web del Banc dels Aliments, recogió el pasado año 3.094.000 kilos de alimentos en la provincia de Barcelona. Participaron en esa recogida 17.813 voluntarios, que cubrieron los 1.948 puntos de recogida. Además, 7.365 colaboradores más se arremangaron para ayudar a clasificar los artículos recibidos para poder ser distribuidos de manera eficaz.

El Gran Recapte es el gran altavoz que cada año despierta conciencia sobre la precariedad de muchos ciudadanos y ciudadanas y suma esfuerzos y solidaridad para aportar su contribución en la campaña. Se estima que el 25%  de la población de Catalunya participa haciendo donaciones en el Gran Recapte.

Pero en su quehacer diario, el Banc dels Aliments no cesa de celebrar, cada mañana, todas las semanas, su 'recapte' cotidiano. Cajas de fruta y verdura fresca procedente de excedentes agrarios canalizados a través de un acuerdo con la Comunidad Europea que subvenciona tales excedentes, que son aprovechados para alimentar a personas sin recursos. Y el Banc dels Aliments los recoge, clasifica y entrega o distribuye. En Barcelona ciudad lo hace entre 125 entidades.

Y con ellas, además, el Banc no solo se relaciona para entregarles alimentos. Para evitar tránsitos absurdos, desde el Banc dels Aliments se organizan las trayectorias más cortas posibles. Por ejemplo, las mermas del sector alimentario en mercados o supermercados, productos de consumo preferente por su próxima fecha de caducidad, se destinan a las entidades más cercanas a las superficies comerciales que los donan.

Porque la lucha contra la pobreza alimentaria que vio nacer al Banc dels Aliments tiene a su vez el propósito de concienciar sobre las ventajas para las personas y para el planeta de aprovechar y recuperar alimentos. Para ello, en el 1995, el Banc creó un programa dirigido a los alumnos de primaria, de ESO y de Bachillerato de todas las escuelas de la demarcación de Barcelona, con la intención de dar a conocer la labor que realiza el Banc en la lucha contra el hambre y el despilfarro. El pasado año se impartieron 131 conferencias a las que asistieron 6.195 alumnos. Y 1.507 estudiantes realizaron también 51 visitas a las instalaciones del Banc dels Aliments. Las escuelas participantes en este programa de concienciación, que fueron 181 en el 2018, contribuyeron también a recoger 64.000 kilos de alimentos y algunos de los centros aportaron también voluntarios para la clasificación de los productos recogidos en el Gran Recapte.