El deporte y el juego que forman a personas

El impacto del deporte en la vida de las personas alcanza muchísimas dimensiones. Desde el disfrute del éxito compartido de victorias de un equipo por parte de sus seguidores –pese a las puntuales decepciones–, hasta la realización del sueño de levantar trofeos propios, pasando por el beneficio para la salud de entrenos semanales en clubs deportivos o entre amigos del barrio. El deporte es una puerta abierta a un universo de opciones para cada uno. Y también una escuela de habilidades para niños y niñas. Lo dicen los resultados de un estudio realizado por la Oficina de Investigación de UNICEF -Innocenti-, y encargado por la Fundació Barça  publicados en el informe llamado Entrar en el juego.

    Es un análisis realizado en 100 países que examina más de 300 programas en el campo del deporte para el desarrollo (S4D, metodología que pone el foco en el desarrollo de niños y niñas a través de la actividad deportiva). Entre las conclusiones del trabajo, se expone que «las iniciativas exitosas del deporte para el desarrollo implican una cooperación multisectorial, como la inclusión de componentes educativos y sociales». Del estudio también se desprende que «los entrenadores juega n un papel fundamental en la protección de los niños y niñas, así como de la reducción de posibles influencias negativas». El trabajo aporta igualmente datos que demandan reajustes y mejoras en las propuestas de actividades deportivas para garantizar más y mejor el alcance de los beneficios de desarrollo durante la infancia y la juventud. Por ejemplo, hay pocas pruebas que indiquen que la participación en el deporte reduzca el riesgo de que un menor sufra explotación o abuso. «De hecho, cuando no se hace de manera adecuada, hay indicios de que algunos deportes pueden aumentar la exposición a la violencia», puntualiza el informe.

    La investigación, así, se convierte en un espejo de los valores, positivos y negativos que con el deporte también entran en juego entre sus participantes. Otra de sus conclusiones es que «se necesitan mejores pruebas para hacer el seguimiento de las iniciativas del deporte para el desarrollo, incluida una investigación más a fondo de la implementación efectiva».

Fundació Barça

Apoyar a niños y jóvenes de colectivos sociales más vulnerables a través del deporte y la educación en valores para lograr una sociedad más justa e inclusiva fue lo que motivó a la creación, en 1994, de la Fundació Barça. Sus principales líneas de acción son el acceso a la educación y el apoyo en esta, la prevención de la violencia y la resolución de conflictos en las etapas de infancia y juventud, y la lucha contra la exclusión social y la discriminación. En la actualidad, las acciones de la fundación en ese sentido alcanzan a más de millón y medio de beneficiarios en todo el mundo. El objetivo de de la investigación encargada a los investigadores de UNICEF consiste en cartografiar las iniciativas en curso y presentar evidencia sobre el modo de aprovechar el poder del deporte para mejorar la vida de niños y jóvenes. El propósito encaja en la filosofía de UNICEF, promotora de los derechos y el bienestar de niños y niñas en todas sus actividades y la defensa del juego como un derecho de todos los menores, sea cual sea su origen.

    UNICEF trabaja en 190 países y territorios para transformar su compromiso en acciones prácticas, centrando sus esfuerzos de manera más explícita en los niños en situaciones más vulnerables.

La educación, la inclusión social, la protección de la infancia y el empoderamiento son las cuatro dianas de estudio.

   La alianza entre el FC Barcelona y UNICEF surgió en el 2018 del compromiso para que cada niño reciba una educación de calidad y la oportunidad de realizar su potencial a través de la participación en los deportes y en el juego.

    De acuerdo con la convención sobre los Derechos del Niño, el informe Entrar en el juego se centra en cuatro ámbitos de resultados considerados clave para el desarrollo del niño: la educación, la inclusión social, la protección de la infancia y el empoderamiento.

               Teniendo en cuenta el informe realizado por la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, “el deporte constituye una gran herramienta para que todos los niños, incluidos los más marginados y vulnerables, participen en actividades grupales desde una temprana edad. Por ello las organizaciones que participan del programa de deporte para el desarrollo (S4D) se sirven de la práctica deportiva como medio inclusivo para ayudar a los niños a mejorar su salud, a desarrollar sus capacidades físicas y sus competencias sociales, educativas y de liderazgo, pero haciendo lo que más gusta a los menores: jugar y divertirse.

La figura del entrenador o monitor se convierte en modelo de conducta para los deportistas. Puede contribuir a reducir desigualdades y violencia de género, por ejemplo, introduciendo debates sobre incidentes violentos en los que se ven envueltos otros deportistas.

Afecto y apoyo que empodera y mejorar autoestima y motivación

La autodisciplina y autocontrol que los niños y jóvenes experimentan, su capacidad de actuación y la imagen positiva que adquieren de ellos mismos al superarse en cada entreno o participación en la práctica de un deporte son algunos de los valores que todo aquel que trabaja para la mejora del bienestar de los menores tiene en cuenta. No solo para que los niños y jóvenes los implementen y aumenten en cada entreno, sino para que se valgan de ellos en su desarrollo como personas, como estudiantes y como futuros profesionales en cualquier trabajo.

Con motivo de la presentación del informe de la Fundació Barça y UNICEF, que tuvo lugar el 28 de marzo en el auditorio del FC Barcelona, diversos deportistas, como el exfutbolista Michael Robinson, expusieron su agradecimiento personal al deporte por los valores que les aportó. Como la ética, que destacó Robinson en su intervención, “admirar al rival y tratar fracaso y éxito con la misma indiferencia”, expresó el exfutbolista británico que reconoció que fue el  fútbol el que le hico “ganar credibilidad porque se le daba bien”, no como otras cosas, a causa de su dislexia. En el mismo acto, Rodrigo Hüber Mendes, especialista en educación y fundador y CEO del Instituto Rodrigo Mendes, una organización sin ánimo de lucro que tiene como misión garantizar que todos los niños con discapacidad tengan acceso a una educación de calidad, hizo hincapié en la gran labor del deporte inclusivo para la autoestima de las personas con alguna discapacidad y a favor de la igualdad.

Barça Academy World Cup

Días después de la presentación del informe sobre el poder del deporte en el desarrollo de habilidades en niños y jóvenes, del 15 al 18 de mayo, tuvo lugar en Barcelona la Copa del Mundo de la Barça Academy con la participación de 2.000 chavales y chavalas de 6 a 14 años y procedentes de los cinco continentes. La Barça Academy es un modelo de escuela propio del Fútbol Club Barcelona dirigido a niños y niñas que tiene como objetivo principal la formación integral de sus alumnos. Es el modelo de escuela implementado en la Masia exportado a escala internacional que busca así extender la marca Barça y transmitir la filosofía de trabajo y los valores del club en todo el mundo.

La metodología Barça se trabaja desde las categorías inferiores hasta el primer equipo, con un estilo de juego creativo y ofensivo y con una transmisión indispensable de valores como el respeto, la humildad, el esfuerzo, la ambición y el trabajo en equipo. Cuenta con resultados de éxito ampliamente contrastados.

En la actualidad, el Barça dispone de 49 proyectos Barça Academy en el mundo, realiza más de 180 Campus y 50 Clínics, con presencia en 53 países de los cinco continentes y la participación de más de 45.000 niños.

Rafinha Alcántara fue el padrino de la edición de este año, la octava, de la Barça Academy World Cup, y entregó los trofeos a los cuatro equipos campeones y subcampeones que disputaron el torneo sobre el césped del Miniestadi del FC Barcelona.

Entre los asistentes al torneo, estuvo Zubin, un niño de 7 años de Singapure creador de una nevera con ruedas para facilitar la hidratación del equipo durante los partidos. También viajó a Barcelona Japhet, un niño de Zambia, de 12 años, que caminaba dos horas y media cada día para ir a entrenar, pero gracias a la intervención del Barça, desde el pasado octubre vive en casa de uno de sus entrenadores, ha cambiado de escuela.