Ocio infantil para borrar la desigualdad

Sentirse uno más, participando en las actividades semanales de educación en el ocio, junto a otros niños y niñas, con los que también poder compartir la aventura de las colonias es, en muchos casos, y junto a la propia escolarización, el único conector social que permite a muchos menores vivir una infancia de juego y distensión, al margen de situaciones difíciles en su entorno familiar. Pero, además, según confirma un estudio realizado por la Facultad de Educación y Trabajo Social Pere Tarrés-URL (Universidad Ramon Llull), quienes participan de actividades de ocio, gracias a esos juegos y distensión, están mejorando sus competencias educativas y profesionales. Por ello, se considera que el acompañamiento y valores con los que los niños y niñas participantes de 'casals' y colonias se impregnan durante su tiempo de ocio compartido contribuyen a romper el círculo de pobreza de la infancia y juventud más vulnerables.

No es un dato extraño, ni sorprendente, que sentirse mejor gracias al juego y LA convivencia con otros niños y niñas en actividades de entretenimiento y diversión logre conllevar mejores resultados. Mejorar el estado emocional es siempre una buena base para rendir más o mejor. Pero ahora «los datos aportados por el estudio permiten poner en volar, de forma contrastada, la importancia de la educación en el ocio, y la incidencia de esa acción social en la mejora de las competencias académicas y especialmente las competencias de ocupabilidad», según explica la directora de la investigación, Txus Morata. Juegan un papel esencial en ello aspectos muy presentes a la hora de pensar e implementar las actividades en casales y colonias. Morata, que es profesora de la Facultad de Educación y Trabajo Social de la Fundació Pere Tarrés y coatora del estudio y especialista en dinamización comunitaria, repasa algunos de los elementos que conducen al éxito escolar y a la ocupabilidad laboral de niños y jóvenes, muy presentes en las actividades de ocio, según recoge el informe. «Altas expectativas en sus propias capacidades, y el equipo educativo que interviene es clave para proyectar esas buenas expectativas sobre sus capacidades en los niños y niñas», apunta Txus Morata. «El equipo tiene una triple labor: aportar confianza y autoestima; ser muy prácticos a la hora de reforzar los procesos y procedimientos de aprendizaje, ayudando a alcanzar los conocimientos que la escuela, desde su sistema y orientación, ha sido o está siendo incompetente a la hora de velar por esas criaturas y sus familias», añade.

Útiles para la vida

La comunicación, el trabajo en equipo, la capacidad de análisis de situaciones y la búsqueda de soluciones a problemáticas o situaciones vividas, aspectos que las actividades socioeducativas en el tiempo de ocio se incorporan, supone adquirir herramientas y recursos para hacer frente a situaciones diversas de manera exitosa, en la

"Soy quien soy gracias a la educación en el ocio del Centre d’Esplai Suñol», afirma Roger Vilaclara, hoy monitor de 'esplai'

convivencia con los compañeros, pero también para su desarrollo en el aula y en el acceso al mundo laboral. Son otros elementos que, presentes a la hora de dinamizar la intervención socioeducativa, la organización de actividades semanales en 'casals' de barrio o en las salidas de colonias en diferentes épocas del año, ponen en juego útiles de vida reales para todos los participantes en actividades de ocio.

 Algo que se repite muchísimo entre adultos que participaron en su infancia de esa convivencia en 'casals', 'esplais' y colonias es, por un lado mantener amistades de la época y guardar consigo valores que calaron en todas sus horas de ocio. Hasta el punto de poder afirmar, como en el caso de Roger Vilaclara: «Soy quien soy gracias a la educación en el ocio del Centre d’Esplai Suñol». 

Vilaclara tiene ahora 22 años. Cuando tenía 6, sus padres lo apuntaron Centre d’Esplai Suñol del Clot. Cada sábado por la tarde acudía a realizar actividades y una vez al mes, se iba de excursión durmiendo una noche fuera con sus compañeros. Con 18 años pasó a formar parte del equipo educativo del centro, hasta hoy, que sigue siendo monitor durante el curso y en actividades de verano. También ha sido monitor en otros dos 'esplais'. “Mis padres se conocieron haciendo 'esplai'”, explica Roger Vilaclara. “A mí el 'esplai' me hizo crecer, me ayudó mucho a poder hacer muchos amigos que después encontraba en la escuela,  me facilitaba la relación. Siempre he sido una persona tímida y el 'esplai' me ayudó mucho a saberme relacionar con los otros, perder la vergüenza y conocer mis límites y los de los otros”, afirma. “También me ayudó a responsabilizarme de mis cosas, cuidarlas y aprender a solucionar los problemas yo mismo, sin la ayuda de mis padres. La educación en el ocio te enseña cosas y te espabila mucho. A mí me hizo tener una mirada más global, aprender a levantar la mirada del ombligo y ver más allá”, dice. Entre los valores que Vilaclara piensa haber adquirido en sus años en el 'esplai', cuenta “sobre todo la responsabilidad, la organización y gestión del tiempo, el compromiso a trabajar en equipo y a ser más abierto en general. Y, a nivel laboral, también me ha aportado seguridad para afrontar situaciones complicadas o diferentes de las cotidianas”, expone. El estudio concluye que "no atender a los niños en situación de vulnerabilidad social y a sus familias tendrá costes sanitarios, educativos y se necesitarán más prestaciones sociales y más gasto en el sistema judicial y penitenciario".

Siguiente paso

El estudio de los valores de las actividades de educación en el ocio que proyectan mejoras en el aprendizaje e inclusión laboral de los participantes ha hecho aflorar la necesidad de otra investigación. La que permita no solo evaluar, sino también contar con herramientas técnicas que permitan a los educadores y monitores de ocio educativo recoger de forma sistematizada los resultados y mejoras conseguidas.

En un segundo estudio se preparan las herramientas que permitirán medir la progresión de competencias en todos los ámbitos.

Y ya se ha empezado a trabajar en ello. “En un segundo estudio pretendemos validar una herramienta de evaluación de las competencias académicas y de ocupabilidad, dirigida a las entidades de ocio educativo  centros socioeducativos”, anuncia Txus Morata. “Será un sistema que permitirá a los profesionales medir la progresión de los participantes en relación a las dos tipologías de competencias”, dice. “Concretamente se están validando seis instrumentos, tres para cada tipología de competencia, para aplicar en franjas de edad de 7 a 12, de 13 a 15 y de 16 a 18 años, en el territorio estatal, donde contamos con seis comunidades autónomas, y con el apoyo del Ministerio de Sanidad, servicios sociales e igualdad”, añade la profesora.