BENEFICIARIOS DEL PROGRAMA CAIXAPROINFÀNCIA

Puentes directos a la integración

El éxito de los jóvenes participantes en el programa CaixaProinfància y su retorno social

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zentauroepp44887199 foto estiu i lleure saludable caixaproinfancia tornada a la 180910093534 / MÁXIMO GARCÍA DE LA PAZ

Carme Escales

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De niño, Pedro Vargas no era muy buen estudiante. El 95% de sus compañeros de clase eran de etnia gitana, como él. Pero, ¿era su condición de persona de etnia gitana lo que lo hacía mal estudiante? Ahora sabe perfectamente que no. Cualquier joven, al margen de su cultura y sus orígenes, tiene un talento, unas capacidades que, afloren o no, lo hacen diferente al resto, a la vez que lo iguala humanamente a los demás valerse de su potencial interior. “Pero todavía hoy recibimos muchos estereotipos negativos que afectan de manera muy dura a los niños gitanos”, dice Pedro Vargas. Se podría afirmar que la vida de este joven que hoy tiene 20 años cambió gracias a la charla de una monitora de la Fundació Privada Pere Closa. “Vino al colegio y nos habló de la labor que hace la Fundació Pere Closa en la formación y promoción de personas de etnia gitana en Catalunya”, recuerda Vargas. Y a él aquello le interesó. Tenía solo 10 años, pero ya sintió que las actividades de las que les habló aquella monitora podían ayudarle a elevar sus notas. “Yo no tenía hábitos de estudio y con el tiempo de refuerzo de estudio en la fundación aprendí a tenerlos”, expone.

Hubo algo que lo motivó enormemente. “Los monitores eran gitanos como yo”. Y ahí empezó a cambiar el concepto que él mismo tenía sobre los límites y oportunidades de cualquier persona, al margen de su cultura o procedencia. “Hasta ahora no hemos empezado a tener referentes de éxito. Para Pedro, como para muchas personas de la comunidad gitana, lo ha sido siempre el político y activista Juan de Dios Ramírez Heredia, abogado y periodista, que fue eurodiputado entre 1986 y 1999. “Tus propios estereotipos se rompen cuando ves que otros gitanos sí han llegado a la universidad. Y esto es más posible cada vez, gracias a la acción de muchas asociaciones, como la Fundació Privada Pere Closa”, señala el joven, que ahora empezará tercer curso de Derecho en la Universitat Autònoma de Barcelona. Según fuentes de la Fundación Secretariado Gitano (www.gitanos.org), mientras que en torno al 30% de jóvenes llegan a inscribirse en centros de estudios superiores, de entre los jóvenes pertenecientes a la comunidad gitana solo lo hacen entre el 1% y el 2%. “La falta de recursos económicos es uno de los factores que también influyen en ello. Por eso el apoyo de programas como CaixaProinfància es importantísimo para asegurar la labor de entidades como la Fundació Privada Pere Closa que ayudan a los jóvenes a terminar sus estudios, sea cual sea su condición económica. También en la actualidad existen becas para el acceso a estudios superiores”, añade Pedro Vargas.

Amor propio y confianza

Además de las actividades que ayudaban a Pedro a desarrollar mejores habilidades para que el estudio de sus materias escolares no fueran más un tostón y se hiciera más fácilmente con los contenidos de las mismas, en la Fundació Privada Pere Closa, la piña, el apoyo, el mimo que recibió como persona revirtió también en su confianza y en sus ganas de hacer también lo mismo. “Decidí dedicar un año a aportar parte de mis horas libres a ser yo quien ayudaba a menores en la fundación en tareas de refuerzo escolar. Quería devolver lo que me habían dado a mí, y más, porque sentía la obligación moral de hacerlo, es mi pueblo y mi ética me impulsaba a hacerlo”, afirma el joven.

"No sé dónde estaríamos hoy mi familia y yo si no hubiera ido al casal de la Fundació Marianao de Sant Boi», afirma Imane El Bouhali

Su elección de la carrera de Derecho también tiene que ver con su ética y su deseo de apoyar a su pueblo para que pertenecer a la comunidad no sea un condicionante, sino fuente de valores culturales complementarios, por lo tanto, un hecho a normalizar plenamente. “Yo terminé el Bachillerato científico y tecnológico en la Salle de la Barceloneta, pero después de visitar dos campos de concentración, uno en Alemania y otro en Polonia, quedé horrorizado por la acción nazi. Y tomé la determinación de ayudar a mi etnia. Elegí Derecho para poder defender los derechos humanos de mi colectivo. Hace 30 años debía haber uno o dos abogados solo en todo el Estado español, y hoy ya rondan los 50”, declara Pedro Vargas. “La educación es una herramienta fundamental para las relaciones sociales y para romper estereotipos que los medios de comunicación muy a menudo alimentan. Siempre sale lo malo: tráfico de estupefacientes, robos, enfrentamientos entre clanes. ¿Por qué no explican que hay jóvenes gitanos que llegan a la universidad?

Apoyo psicológico y emocional

Imane El Bouhali ha vivido un proceso similar al de Pedro, de la mano de la Fundació Marianao de Sant Boi de Llobregat. Desde servicios sociales le hablaron del casal que la fundación, donde se inscribió. “Yo llegué de Marruecos con mis padres a los 4 años. Iba al colegio pero apenas me relacionaba con los compañeros. No sé dónde estaría ahora mismo de no haber ido al casal”, afirma la joven. “Fue la manera de abrirme porque vivía muy aislada, también mi familia. Y gracias al apoyo psicológico y emocional que yo recibí, también mis padres ganaron confianza en esa gente desconocida que me había hecho tanto bien y gratuitamente. Por eso el apoyo del programa CaixaProinfància es tan necesario. Permite continuar mejor los estudios para abrirte camino profesionalmente”. Imane tiene ahora 24 años y empezará cuarto curso de Pedagogía en la Universitat de Barcelona. Y como Pedro, siente mucha necesidad de devolver esa ayuda que recibió. Se sacó el título de dinamizadora juvenil y monitora de ocio y es voluntaria de la Fundació Marianao, que es donde ha pedido realizar sus prácticas universitarias.