Entrevista

"El voluntariado es muy gratificante, si ayudas a los demás te ayudas a ti"

Entrevista con Jordi Balot, nuevo presidente de la Federació Catalana del Voluntariat Social

Jordi Balot, presidente de la Federació Catalana de Voluntariat Social.

Jordi Balot, presidente de la Federació Catalana de Voluntariat Social. / FERRAN NADEU

Rosa Mari Sanz

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Jordi Balot, director de la Fundació Joan Salvador Gavinaque trabaja con infancia vulnerable en el barrio del Raval de Barcelona, y hasta ahora vocal de participación de la Federació Catalana de Voluntariat Social Federació Catalana de Voluntariat Social(FCVS), que agrupa a cerca de 350 asociaciones, ha sido elegido nuevo presidente de esta ultima entidad para los próximos cuatro años. Balot sustituye en el cargo a Francina Alsina, actual presidenta de la Taula del Tercer Sector. Balot, licenciado en Teología y con más de 30 años a sus espaldas trabajando en oenegés, considera que en los últimos años se ha hecho una buena labor desde la federación y apuesta por seguir esa línea.  

--¿Cómo afronta esta nueva etapa? 

--Es un buen reto, no me lo había planteado nunca. Me siento muy cómodo porque conozco el ámbito tanto a nivel personal como profesional, y he formado parte durante los últimos cuatro años de la junta directiva de la federación como vocal. Por lo que respecta a nivel personal también muy bien, ya que empecé en el mundo del voluntariado a los 18 años. Mi vida, laboral y fuera del trabajo, siempre ha estado vinculada al compromiso social.

--¿Hablamos entonces de cierta línea continuista? 

--Efectivamente. En los últimos años se ha hecho una muy buena labor de reflexión y de marcar líneas estratégicas que tienen mucha validez.  Dentro de mi equipo una parte será de continuidad, pero también entra aire fresco para renovar. Sobre todo destacaría que tendremos representantes de la infancia, de las personas sin hogar, la discapacidad y los mayores… y patas importantes como la vocalía de salud y la de internacional. Creo que el papel del voluntariado desde un punto de vista de intercambio de experiencias con otros países tiene mucho sentido. Podemos aportar mucho a Europa y Europa nos puede enseñar también a nosotros.

--¿Cuál fue su primer voluntariado?

--Debuté en un hospital psiquiátrico. Luego estuve con drogodependientes, después con enfermos terminales de sida, en los peores años de la enfermedad, seguí con presos, más tarde con personas sin techo. Ahora estoy centrado en el mundo de la infancia.

--Voluntariados duros.

 --Sí. La época más fuerte fueron los cuatro años que estuve entrando en una prisión. Acompañar a personas sintecho es muy duro también, pero es un mundo abierto, no tienes límites. En la cárcel los límites son cuatro paredes y no puedes hacer nada sin pedir permiso. Con diferencia, es lo peor.

--Y siempre se recibe más de lo que se da, según coinciden las personas que hacen voluntariado.

--Es muy cierto. Primero te ayuda a ver la vida de otra manera, a ser consciente de las oportunidades que tenemos determinadas personas que hemos sido unos privilegiados, algo que no siempre valoramos. Solo el hecho de haber nacido en una familia o en un lugar determinado ya te marca, y no siempre se es consciente de ello. En mi caso, la gente que más me ha dado son los enfermos terminales de sida, personas que han vivido en un entorno tan negativo que llega un momento que cuando no se les juzga se abren de una manera sorprendente. Yo siempre digo que las personas tenemos una parte muy positiva y otras muy negativa, y si a lo largo de mi vida solo desarrollo la agresividad, cuando tengo un entorno en el que puedo mostrar cariño lo hago de una manera brutal.

--¿Todo el mundo está preparado para ser  voluntario?

 --Un voluntariado no ha de ser de ninguna manera un espacio terapéutico para uno mismo, ha de partir de una motivación. Si el objetivo que te planetas es voy a ver cómo me ayudan a mí no está bien enfocado. Luego, claro está, si ayudas a los otros evidentemente te estás ayudando a ti. Ser voluntario es muy gratificante. Si estás motivado estás preparado.

--¿Es un buen momento el verano para probarlo? Muchas entidades hacen llamamientos estos días para lograr manos solidarias.

 --Por supuesto. Ninguno de los colectivos que atendemos en situación de vulnerabilidad social hacen vacaciones. Las entidades seguimos trabajando igual y el voluntariado es necesario, hay uno que es de continuidad y si se van de vacaciones se nota muchísimo. Por ejemplo, en el caso de los niños se incrementan muchos las actividades.  Creo que es importante hacer un llamamiento fuera de periodos escolares o laborales, porque además hay muchas personas, pienso en estudiantes, que durante el año no se pueden comprometer por horarios y ahora sí. Para los jóvenes, el verano es un buen momento para tener la experiencia, aunque sea solo unas horas.

--En Catalunya hay una ley del  voluntariado que regula esta práctica, ¿pero se abusa de esta figura?

 --Siempre hay un riesgo y una línea roja que no se ha de traspasar nunca. El voluntariado hace una aportación muy relevante como cohesión social pero en ningún caso se puede traspasar la línea de suprimir puestos de trabajos. Este es un riesgo y estamos alerta. A veces hay fronteras que no están muy claras, pero para eso hemos de estar vigilantes. Evidentemente los profesionales son los que tienen una responsabilidad diaria de las personas y el voluntariado hace un trabajo complementario, no profesional.

--¿Y no se corre el riesgo de suplir responsabilidades de la Administración con tanto altruismo?

 --La Administración ha de hacer su trabajo y el voluntariado el suyo. La Administración ha de cubrir los derechos básicos de cualquier ciudadano y muchas veces no lo hace, por tanto, hemos de presionar desde las entidades para que asuma su responsabilidad. Por otro lado la Administración también ha de financiar los servicios que no puede prestar y darlos a las entidades, y aquí es importante el trabajo coordinado.

--¿Cuáles son los principales retos que se plantea al frente de la federación?

 --Un primero y muy relevante es que en la situación social política y económica que estamos viviendo en nuestro país estamos en un momento complejo pero lleno de oportunidades, y como entidades de voluntariado hemos de estar muy presentes. Podemos participar y hacer propuestas en las políticas sociales de mejora en el acompañamiento de personas, que es en definitiva lo que somos, expertos en el acompañamiento de personas. Un segundo reto es que hemos de ser capaces de recoger también la tarea que estamos haciendo, incluso de hacer una valoración económica de los que aportamos.

--¿Con qué finalidad?

 --Deberíamos saber cómo multiplicamos cada euro que invierte una entidad privada o una Administración en una entidad. Desde el punto de vista económico y de impacto social se vería como una inversión en una política preventiva evita un gasto innecesario. Hemos de ser capaces de medir estos indicadores. Si logramos cuantificarlo lo pondremos más en valor.

--¿Somos un buen referente en voluntariado o deberíamos mirar a otros países?

 --En Catalunya hablamos de 370.000 voluntarios solo el ámbito social. Es brutal. Ser capaces de aprovechar este potencial  es otro gran reto que tenemos.