lucha contra el cáncer

El nuevo centro de la AECC en Barcelona necesita 40 voluntarios

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Beatriz Pérez

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Hace seis años que a Xavier Orteu, de 62, le detectaron un cáncer de colon. "Me lo tomé muy bien. Tuve la suerte de ser capaz de aceptarlo y confié en la medicina. Esto me dio una paz y una calma extraordinarias", cuenta este maestro de secundaria ya jubilado que actualmente está ya recuperado. Pero, pese a ello, no ha querido desvincularse de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y por eso hoy es uno de los voluntarios con los que cuenta el 'Espai actiu contra el càncer', que la entidad abrió el mes pasado en Travessera de les Corts, 268.

Con este nuevo centro, pionero en España, la AECC espera triplicar a partir del 2020 el número de personas atendidas en Barcelona, donde actualmente asiste a 3.000 enfermos de cáncer. El 'Espai actiu contra el càncer', de 1.200 metros cuadrados, atiende gratis tanto a pacientes como a familias. Ofrece una atención integral y, en él, los usuarios encuentran apoyo social y emocional y también actividades relacionadas con el cuidado corporal, como estética, rehabilitación o talleres de nutrición. En él trabajan 31 profesionales pero la labor del voluntariado sigue siendo imprescindible. Este espacio necesita un mínimo de entre 30 y 40 voluntarios (cifra que aún no ha alcanzado, pues lleva abierto un mes) para trabajar en domicilios, hospitales y eventos de captación de fondos.

Los voluntarios son, de hecho, una parte imprescindible de la AECC, que cuenta con unos 22.000 en toda España. "Hay muchos que han sido pacientes. Y otros muchos hacen un voluntariado testimonial, es decir, explican su experiencia a pacientes que están pasando un cáncer", explica Vanesa Diego, coordinadora de voluntariado del 'Espai actiu contra el càncer'. 

Fácil accesibilidad

"La apertura de este nuevo espacio, en el barrio de Les Corts, es muy importante. Antes los pacientes tenían que ir al Institut Català d'Oncologia (ICO) de Bellvitge. Ahora está mucho más cerca y es más fácil acceder", señala Orteu. Este voluntario de la AECC asiste a las actividades del nuevo centro (cine-fórums, por ejemplo) mientras que, en paralelo, continúa yendo a la unidad de curas paliativas del Hospital de Sant Pau.

En este hospital es voluntario desde hace tres años. "No lo cambiaría por nada del mundo. No, no es muy duro: es muy gratificante", afirma Orteu. "¿Tú sabes lo que es estar con una persona enferma y que te regale una sonrisa y te dé las gracias? Eso no lo paga ni todo el oro del mundo. Me siento muy agradecido por estar al lado de personas que se irán muy pronto", dice este voluntario que además destaca que trabajar para la AECC le ha permitido conocer a personas con "mucho valor" y con una "notable carga de humanidad".

Dentro de la Asociación Española Contra el Cáncer existen diferentes tipos de voluntarios. Como explica Vanesa Diego desde su despacho del 'Espai actiu contra el càncer', la entidad adecúa a cada persona, según su perfil, una tarea específica. En el nuevo centro de Travessera de Les Corts llevarán, entre otras, a cabo labores "de acogida". "Se trata de darles la bienvenida al paciente y a su familia. Aquí entra en juego el calor, el factor humano. Que el paciente sienta que no está en un hospital", cuenta Diego.

También habrá otros voluntarios que lleven a cabo funciones administrativas, es decir, tareas de oficina. Y, además, el 'Espai actiu contra el càncer' impulsará un club social del voluntariado, en el que intercambiarán experiencias y  harán actividades lúdicas. La idea es "generar comunidad". Para Diego la importancia de los voluntarios en la AECC es incuestionable. "El altruismo, la ilusión, la motivación... Todo esto nos ayuda a llegar más lejos", asevera.

Herencias solidarias

Las reformas del nuevo 'Espai actiu contra el càncer', como explica Àngela Sánchez, gerente de AECC-Catalunya, han sido pagadas gracias a las herencias solidarias de ciudadanos que decidieron legar su propiedad. Una prueba más de que el altruismo es parte fundamental del trabajo de la entidad. La AECC tiene previsto abrir centros similares en las capitales de comarca de la provincia de Barcelona.

Tampoco es gratuito que las paredes de este centro sean de cristal. El objetivo es "desestigmatizar" la enfermedad, idea que suscribe Xavier Orteu. "Debemos normalizarla. No podemos esconder este mal que tenemos prácticamente en todas las casas", asegura. Y, por último, lanza un mensaje de esperanza: "En un alto porcentaje el cáncer tiene cura. No hay que tener miedo porque el miedo no ayuda". Él es un ejemplo esperanzador. "Después de cinco años de control, lo he superado", concluye.

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