REGALO INTERGENERACIONAL

Cuando los jóvenes entrenan a los mayores

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Carme Escales

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¿Cuántas ocasiones nos presenta nuestra sociedad en las que personas mayores puedan conversar de manera relajada, y en persona, con adolescentes? Vivir lejos de abuelas y abuelos y no disponer apenas de tiempo para el diálogo y ayuda mutua intergeneracional  -más allá de ponerse al día de lo que cada uno hace o tiene pendiente hacer-, es un hándicap muy digna y sabiamente resuelto en el barrio de Sant Antoni de Barcelona. Ha fluido magistral y dulcemente gracias a una iniciativa conjunta entre la escuela Salesians Rocafort y el Equipo de Atención Primaria Sant Antoni del CAP Manso.

Profesionales de la salud y de la enseñanza han hecho diana en una manera de convertir a estudiantes de ESO en entrenadores de personas mayores del barrio. “Un día a la semana, esas señoras y señores, vecinos de Sant Antoni, vienen a nuestra escuela y nosotros les enseñamos a realizar sencillos ejercicios físicos que desde el CAP nos indican. El objetivo es que controlando cómo los hacen les ayudemos a mejorar su estado físico”, explica Marc Barceló, alumno de segundo curso de ESO. A sus 13 años, es uno de los adolescentes que asumen el entreno esos movimientos de piernas y brazos, empoderando a los mayores como agentes activos de su mejoría. Cada dos o tres estudiantes se responsabilizan de acompañar y supervisar a un mayor en esa mejora. La cita: los martes entre las 11 y las 13 horas.

‘Presents’, y mucho

El proyecto, que se ha puesto por primera vez en práctica este curso, fue bautizado con el nombre de Presents. “Porque incide en el aquí y el ahora, donde la presencia de jóvenes y mayores es plena gracias a su labor conjunta; porque el presente es donde confluyen el pasado y el futuro, y porque este proyecto ha sido un regalo, un presente para todo el equipo que lo hace posible –su motor son 4 enfermeras, tres médicos y una trabajadora social-, y para quienes se enriquecen con él”. Así lo expresa una de las impulsoras y médico de familia del EAP de Sant Antoni Manso, Ylenia Garcia Navarro.

“Nació como una ganancia para personas mayores, pero ha acabado convirtiéndose en un verdadero win-win, puesto que los jóvenes estudiantes consolidan un intercambio intergeneracional que les sirve en primera persona historias, consejos y la escucha desde experiencia y sabiduría que la edad cultiva”, añade Ylenia.

“Primero nos explicamos cómo ha ido la semana, pero hablamos de muchas cosas, por ejemplo, de la ropa que se llevaba cuando ella era joven y la que llevamos ahora. Mi madre también empezó a trabajar muy joven, como Rosa cuenta. Y cuando nos explica que jugaba en la calle sin juguetes, yo no me imagino en su situación, sin nada para jugar me haría falta algo”, dice Sònia Balsalobre. Tiene 13 años y es, junto a su compañera de clase Diana Flores, la entrenadora de Rosa Ibáñez, una vecina de Sant Antoni de 85 años que está encantada con el programa Presents.

“Un día a la semana se me hace corto”, precisa la usuaria mayor. “Esto nos hace sentir muy bien. Muchos de nosotros estamos solos, y yo no me aburro, me gusta mucho leer, siempre tengo un par de libros empezados, pero también me gusta mucho conversar. Tengo hijos pero viven fuera de Barcelona, también tengo muy buenos vecinos pero aquí trabajamos la fuerza de nuestro cuerpo con los ejercicios, y hablamos. Yo siempre les digo: si hay algo que no sepáis, preguntádselo a vuestra abuela. He mejorado mucho el equilibrio con los ejercicios que hacemos juntas, una veintena, que luego cada día tenemos que hacer en casa, solas”, puntualiza Rosa Ibáñez. “Esto debería ir experimentándose en muchos otros lugares, porque además nos encontramos con otros vecinos que están solos también”, añade.

Colegas jóvenes, colegas con edad

“Estos chicos son una pasada, cómo vigilan que hagamos los ejercicios bien, que no nos caigamos. Son más que buenísimos, me gustan mucho”. Carme Jiménez habla de Joel y Joan que son sus entrenadores personales. A sus 80 años y ayudándose de un bastón, su fragilidad ha hallado en la atención de esos dos estudiantes de ESO un maravilloso cojín. Para su musculatura, y para su ánimo.

“Te dan conversación, te preguntan cosas. Francamente, la gimnasia nos va muy bien, pero también el poder hacer amistades con otras personas del barrio”, afirma la vecina. “Poderles aportar algo a estos chicos es maravilloso, algo que les ayude a ir por la vida seguros. Yo les digo que a mí la vida me ha enseñado que todo el bien que haces te vuelve en recompensa”, apunta otro de los usuarios mayores del programa Presents, José Marín, de 78 años, cartaginés que llegó a Barcelona con 14 años.

“Ellos son los que más nos pueden enseñar, tenerlos aquí es una suerte. Lo que yo he aprendido con José en estos meses, ha sido mucho, hablo por mí y por todos un poco, porque salimos beneficiados, tanto como ellos que, al estar solos, esto también les ayuda”, expresa el alumno Marc Barceló. Al final, armonizar enfermedades o dolor se puede lograr generando vínculos emocionales, también entre jóvenes y mayores.

Magia en el aula, tesoro en el barrio

Aprovechando la fórmula de Aprenentatge-Servei (APS, www.aprenentatgeservei.org), una propuesta que aúna intencionalidad pedagógica y comunitaria, “hemos creado este espacio de encuentro en el que los estudiantes se sienten responsables de no acompañar mal los ejercicios del mayor al que guían. Ellos, que se comen el mundo, entran en contacto con la fragilidad de las personas mayores, y surge algo mágico”, dice el Cap d’Estudis de Secundària de Salesians Rocafort, Jordi Barberan. Teresa Callao, maestra de ESO y Bachillerato del centro, pensó en el ejercicio físico como gancho para combatir el aislamiento social en el barrio.