Iniciativa pionera

Mujeres con cáncer crean una plataforma para luchar contra la exclusión laboral

La entidad Mujeres por la Justicia Laboral, nacida en Barcelona, reclama cambios legales para proteger a las trabajadoras con la enfermedad

Plataforma mujeres con ccáncer

Plataforma mujeres con ccáncer / CARLOS MONTAÑÉS

Rosa Mari Sanz

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Hay veces que la vida cambia drásticamente sin avisar. En otras ocasiones,  los cambios requieren de más tiempo, de tenacidad y de esfuerzo. Lo sabe Marisol Cubero. Tanto lo primero, porque le sobrevino, como lo segundo, porque lo persigue.

A esta mujer le detectaron un cáncer de mama en marzo del 2017. Tras dos meses de quimioterapia el cuerpo le dijo basta y decidió coger la baja en la empresa en la que trabajaba en Barcelona, una firma del sector de servicios audiovisuales donde ella era la responsable de las cuentas. "Llega un momento con el tratamiento que tu cerebro no funciona porque tus neuronas no conectan, aparte de otras muchas cuestiones. Estaba cansadísima, se me olvidaban las cosas y aunque hasta ese momento había decidido seguir trabajando para tener mi mente ocupada con la quimio no pude más", describe. Avisó a la empresa y al día siguiente de cogerse la baja le despidieron.  "No me dijeron que me despedían por tener cáncer, claro, me dijeron que me echaban porque no era apta para el trabajo. Fue un hachazo en toda regla. Empecé a buscar ayuda legal, llamé a varias entidades y no encontré nada. Sí ayuda psicológica pero no legal. A través de unos amigos entré en contacto con un abogado del Col.lectiu Ronda y llevó mi caso. Entonces como esto iba a ir para largo me olvidé del tema y cuando me operaron en septiembre y mis neuronas volvieron a conectar investigué sobre el tema y decidí hacer algo", relata.

"Llega un momento que con el tratamiento el cerebro no funciona", dice Marisol Cubero

Ese algo empezó cuando expuso su caso en el taller de psicooncología del Hospital de Sant Pau en Barcelona, adonde acude con más de una docena de mujeres en tratamiento integrativo por cáncer de mama. Les planteó organizar una plataforma para ayudar a mujeres que, como ella, se ven en la calle o sufriendo acoso laboral por esta enfermedad. El aplauso y la predisposición a implicarse fue unánime y hace un par de meses nació la plataforma Mujeres por la Justicia laboral. Buscan cambios. Porque el cáncer no ha de ser motivo de exclusión laboral, y su caso, denuncian, no es ni mucho menos aislado.

Se les vio por primera vez armando cierto ruido a las puertas de la Ciutat de la Justícia el pasado 7 de marzo, el día del juicio de Cubero contra la empresa que la despidió. El grupo de mujeres con cáncer se plantó con una pancarta gritando '¡El cáncer no es motivo de despido!' "Fue una pasada, el apoyo moral para mí fue fundamental, no hubiera sido lo mismo sin ellas". Ella pedía la nulidad del despido y al final ambas partes llegaron a un acuerdo, recuerda. La ley permite despedirte si estás de baja, el empresario tiene derecho, lo que da lugar a situaciones inhumanas. Por eso, quieren cambiar cosas. Tras ese tímido debut como plataforma, 24 horas más tarde participaron en la manifestación de las mujeres, donde recibieron numerosos apoyos y empezaron a difundir su labor.

Apoyo y acompañamiento

¿Qué ofrece la plataforma? "Ante todo sensibilización y denuncia social, que se evidencie la carencia de protección administrativa y los altos niveles de vulnerabilidad y pobreza de las mujeres trabajadoras con cáncer", explica Eulàlia Sau, otra de las implicadas en la plataforma. También, continúa, informar y asesorar legalmente a las mujeres en riesgo de discriminación y de cualquier tipo de exclusión laboral por cáncer, acompañar física y psicológicamente en los procesos legales de denuncia a las mujeres enfermas de cáncer, salvaguardando sus derechos como trabajadoras, favorecer una reforma fiscal que evite las cargas a los empleadores, lograr un cambio de legislación laboral que prohíba el despido en caso de enfermedad grave y que se establezcan ayudas durante la enfermedad  a las mujeres que se queden con escasos o nulos recursos.

Sin olvidarse de las autónomas, uno de los colectivos más perjudicados ante cualquier enfermedad. Porque su caso merece especial atención. Al cotizar la base mínima reciben una prestación neta de 670 euros, de la que hay que restar la cuota mensual que es de unos 275 euros al mes de media. Tras hacer frente a sus obligaciones fiscales una trabajadora autónoma tiene que vivir con unos irrisorios 400 euros con los que además ha de hacer frente a gastos derivados de la enfermedad (cremas, pelucas, etcétera). Cubero pone como ejemplo el caso de una peluquera que no puede hacer frente a su trabajo y ha tenido que contratar a otra profesional para mantener abierto el negocio. Por eso, y otros numerosos agravios, desde la plataforma reclaman la suspensión de la cuota de autónomos durante el periodo de baja , sin que esto conlleve una pérdida en su cotización.

Situación "lamentable"

El colectivo está empezando y necesita apoyo. Y, sobre todo, que las mujeres afectadas no tengan miedo y se animen a llamarlas, a contactar con ellas ( mujeresporlajusticiasocial@gmail.com), que sepan que no están solas. "También hay mucho desconocimiento. No todo el mundo sabe que si te despiden tienes 15 días para denunciar. Además, si estás mal  lo último que piensas es en meterte en follones. Muchas veces te hacen 'mobbing' y piensas ¿cómo voy a denunciar, si me echan estando enferma como me van a contratar? Yo por ejemplo estaré los próximos cinco años con tratamiento de hormonoterapia, ¿quién me va a contratar?, ¿qué he de hacer, mentir? Te dejan en una situación lamentable porque esto no lo vives tan dramáticamente en tu proceso de cáncer, pero si a medida que te vas recuperando porque piensas qué vas a hacer con tu vida sin trabajo", continúa Cubero.

Aunque los hombres también pueden ser víctimas, el grupo se dirige solo a mujeres porque están más desprotegidas

Aunque los hombres también pueden ser víctimas de exclusión laboral o de despidos por un cáncer, este grupo va dirigido exclusivamente  a ayudar a mujeres porque se encuentran más desprotegidas y con una peor posición en el ámbito laboral. No obstante, no discrimina por sexo en cuanto a los apoyos. De hecho, por el momento se ha sumado un hombre, abogado. Necesitan más. Aceptan voluntarios para cualquier tipo de aportación en todos los niveles, asesoría legal, llevar una pancarta, ayudar con la web... Hemos de ampliar nuestra estructura y ser un grupo más numeroso, aunque no podemos hacerlo crecer muy rápido porque muchas mujeres seguimos en tratamiento, algunas con quimio, otras con radio... Por el momento, cuenta, ya se han puesto en contacto mujeres desde  Zaragoza y León porque quieren hacer lo mismo. Las  conocieron a través de Facebook. También están en Instagram y en Twitter (@iurisdones). Sabemos que solo si sumamos fuerzas podemos hacer un frente común ante la administración pública. "Tiene narices que enfermas de cáncer en pleno tratamiento tengamos que montar esto", concluye Cubero. Todas ellas las tienen.

El impacto de la enfermedad en las familias

El estudio 'El impacto económico del cáncer en las familias en España' de <a href="https://www.aecc.es/es" target="_blank"><strong>Asociación Española Contra el Cáncer</strong> </a>da buena cuenta de los problemas económicos que tienen parte de los pacientes en edad activa y sus familias. En líneas generales, estima que en España cada año unas 25.000 personas con cáncer están en riesgo de exclusión social.  El informe se centra en tres colectivos: autónomos, desempleados y trabajadores con bajos ingresos. Según este estudio, cada año se diagnostican de cáncer en España 11.000 personas trabajadoras por cuenta propia. Más del 80% de ellas  tiene una prestación aproximada de 670 euros, a los que habría que descontar la cuota mensual de 275. Respecto a las personas desempleadas, cada año cerca de 10.000 son diagnosticadas de cáncer, más de la mitad, de las cuales no cobran ninguna prestación económica. Esto significa que las familias se ven obligadas a decidir entre, por ejemplo, pagar las facturas o comprar medicinas. Por último, hay un tercer colectivo que son aquellas personas cuyo salario es menor a 710 euros al mes. Cada año, se encuentran en esta situación cerca de 4.000 personas que ven sus ingresos recortados un 25% y están en claro riesgo de pobreza..

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