Estrellas en crisis y pastores 'influencers': así son las iglesias del Hollywood 'millennial'

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Núria Marrón

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Ahora que ha trascendido que Kanye West saldrá de gira mundial con ese cruce de góspel y parloteo apostólico que son sus autoproclamados «servicios dominicales», posiblemente el rapero se haya convertido en la mejor síntesis del último fenómeno con sede en Hollywood en el que confluyen a) celebridades desnortadas con una profunda necesidad de paz; b) pastores 'influencers' con gusto por Instagram, el 'streetwear' de lujo y los oficios de estilo Coachella, y c) unas congregaciones con fachada cool y trasfondo reaccionario en las que no está nada claro dónde acaba la fe y empiezan los negocios.

El rapero planea salir este año de gira mundial con sus proclamados «servicios dominicales»

Todos estos ingredientes–la grieta espiritual, el proselitismo de marca, y el apetito por el dólar– convergen en West. El rapero cerró el 2019, año de su conversión paulina, con un 'tour' nacional de servicios en los que el músico y su coro, calzados con sus zapatillas Yeezy y haciendo firmar contratos de confidencialidad, han actuado tanto en el jardín de su mansión como en la sede de Adidas, en Portland. Al calor de su «salvación», el músico también ha fogueado el disco 'Jesus is king', el documental sobre el álbum en Imax –un formato sin duda muy de su gusto catedralíceo–, una ópera sobre la virgen María y dos líneas de ropa inspiradas en su epifanía: una casual y otra más formal "para ir a misa». Así que, en un salto de escala, ¿por qué no salir de gira mundial con sus homilías?

Cabe decir que todo este tinglado no podría entenderse sin Justin Bieber. Como recordarán, el cantante se despidió de su vida de juerga infinita a las tres de la mañana en el lavabo del jugador de la NBA Tyson Chandler, donde fue bautizado –en la bañera– por el pastor Carl Lentz, otro personaje clave en esta trama. Ministro de cantantes pop y atletas, Lentz lidera la sede en Nueva York de la iglesia de Hillsong, una congregación nacida en Australia en 1983 y con más de dos millones de seguidores.

Una cuenta de Instagram se dedica a auditar las prendas de lujo que llevan los religiosos

Y junto con sus homólogos Chad Veach, de la Iglesia Zoe de Los Ángeles, y Rich Wilkerson jr, que vive en Miami y casó a West y Kardashian, conforma esa trinitaria de pastores que en nombre del acercamiento a la juventud han cambiado el traje por las chaquetas de cuero Saint Laurent, alternan con las hermanas Jenner y Selena Gómez, e impulsan conciertos multitudinarios, sesiones de DJ y 'souvenirs' con mensajes religiosos.De hecho, la palabra de Lentz ya cabalgó por todo el mundo a lomos del vestuario y el 'merchandising' de la gira 'Purpose' de Bieber. El material fue comercializado por H&M y moldeado por Jerry Lorenzo, un diseñador que trabajó para Kanye West –ya ven los niveles de endogamia de la parroquia 'cool'– y tiene la firma Fear of God (Temor de Dios), una marca de culto que aúna la cultura callejera de Los Ángeles de los 90 y la imaginería bíblica. «No es una marca cristiana –ha aclarado él–, sino una firma que representa las cosas que me gustan, y Dios, simplemente, es una de ellas».

Los pastores son criticados por comportarse como celebridades y hacer márketing en favor de las firmas de lujo

La aparente contradicción que supone el hecho de que congregaciones en principio opuestas al matrimonio gay y el derecho al aborto avancen entre los más jóvenes, precisamente sus más partidarios, ya ha protagonizado un puñado de artículos. Sin embargo, la nube de polémica que envuelve a estos pastores tiene que ver con esa milenaria tensión en la iglesia entre la austeridad y las muestras de riqueza. Los religiosos –con estilistas a sueldo y un vestuario auditado por la ya célebre cuenta de Instagram @PreachersNSneakers, que les ha visto lucir zapatillas de Off White de 2.000 euros y bolsas Gucci de 1.700– defienden que las redes sociales y el streetwear les acercan a nuevos públicos.

Sin embargo, la estrategia ha arrojado un puñado de preguntas pertinentes sobre a qué fines se están destinando las donaciones –«pasa el cepillo, que daddy necesita un nuevo par de zapatos», escribía un usuario– y hasta qué punto los pastores deben comportarse como celebridades, 'marketinizando' estilos de vida en Instagram, haciendo declaraciones al portal de cotilleos TMZ o recibiendo de regalo, como explican ellos, artículos de las marcas en calidad de 'influencers'. «Quizá los feligreses no solo deberían preguntarse si quieren que su pastor se gaste 5.000 dólares en unas Yeezis –resumía un artículo de Allie Jones en la revista 'Vice'–, también si aceptan que haga márketing sigiloso para firmas de lujo cada domingo por la mañana».