Teruel ya existía

La tercera provincia de Aragón, mucho tiempo olvidada, atrae los focos tras la entrada en el Congreso del movimiento Teruel Existe

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José Antonio Sorolla

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En las elecciones del 10 de noviembre, Teruel entró con este nombre en el Congreso de los Diputados. <strong>Tomás Guitarte</strong>, 58 años, arquitecto, consiguió un escaño por Teruel Existe después de que 80 plataformas ciudadanas lo designaran cabeza de lista de la organización, fundada a finales de 1999, y que se define como un "movimiento ciudadano, espontáneo, plural, independiente y abierto a todas las organizaciones sociales".

Gracias a Guitarte y a su decisivo voto en la investidura de Pedro Sánchez, Teruel, que antes solo aparecía en los telediarios cuando informaban de las temperaturas gélidas en la capital o en Calamocha, ha alcanzado un gran protagonismo. Pero antes Teruel ya existía, y tenía y tiene muchos atractivos.

Teruel es una de las provincias más representativas de la España vacía, junto a Soria, Cuenca y Zamora. Una España que el inventor del concepto, <strong>Sergio del Molino</strong> ('La España vacía', Turner, 2016), define así: "Hay dos Españas, pero no son las de Machado. Hay una España urbana y europea, indistinguible en todos sus rasgos de cualquier sociedad urbana europea; y una España interior y despoblada, que he llamado 'España vacía'. La comunicación entre ambas ha sido y es difícil. A menudo parecen países extranjeros el uno del otro. Y, sin embargo, la España urbana no se entiende sin la vacía. Los fantasmas de la segunda están en las casas de la primera".

La situación de despoblación y desamparo provocó en 1999 el nacimiento de Teruel Existe

Integrada en parte por paisajes desérticos, un páramo donde se hiela la sangre en inviernos largos, duros y secos (el récord en la capital está en los -22,5 grados del 26 de diciembre del 2001), Teruel es una provincia con una despoblación apabullante. Mayor que la Comunidad de Madrid o que el País Vasco, está habitada por solo 133.850 personas (cifra del 2018), con una densidad de nueve habitantes por kilómetro cuadrado, más baja que en el Sáhara.

Es una de las cinco provincias más despobladas de Europa y no cesa de perder población. Todos los años desde el 2009 ha disminuido el censo, con récord de pérdida en el 2015: 1.955 habitantes menos.

Esta situación de despoblación y desamparo fue la que provocó en 1999 el nacimiento de Teruel Existe para reivindicar inversiones, asistencia sanitaria y escuelas, comunicaciones, equilibrio territorial; en suma, un movimiento –como los nacidos en Soria y Zamora– en cierto modo parecido al de los chalecos amarillos en Francia, aunque sin recurrir jamás a la violencia. Pero las reivindicaciones –la queja por el abandono, por el cierre de servicios esenciales– eran las mismas.

La despoblación, sin embargo, ha acabado con la gente, pero no con el paisaje, que, pese a las zonas desérticas, ofrece en toda la provincia muchos alicientes, que una campaña promociona ahora con el lema 'Yo voy a Teruel' para responder a los ataques sufridos por el movimiento Teruel Existe a causa de su posición política. Las comarcas de Sierra de Albarracín, Maestrazgo, Gúdar-Javalambre y Matarraña son las más atractivas para el turismo por la belleza de sus pueblos y sus paisajes. Ellas albergan las siete localidades que la provincia aporta a la lista de los pueblos de España con mayor encanto.

Bellos lugares

Albarracín encabeza todos los ránkings de los pueblos más bonitos de España. Situada en lo alto de un peñón rocoso, bañada por los meandros del río Guadalaviar, es una localidad medieval de origen árabe con el alcázar y las murallas que rodean la población hasta la cima del peñón y con una catedral, la de San Salvador, del siglo XVI.

En el Maestrazgo, destacan Cantavieja y Mirambel. El primero, en tierra de barrancos y guerras carlistas, a casi 1.300 metros de altitud, es la capital de la comarca, con una bella plaza porticada donde se encuentra el Ayuntamiento, la iglesia de la Asunción y el antiguo Hospital de San Roque. El segundo, Mirambel, amurallado, alberga varios palacios renacentistas muy bien conservados. Hay que visitar el arco del Portal de las Monjas, la iglesia de Santa Margarita, el Ayuntamiento y los restos del castillo. Mirambel ha acogido varios rodajes cinematográficos, entre ellos el de la película 'Tierra y libertad', de Ken Loach, sobre la guerra civil española.

Albarracín encabeza todos los ránkings de los pueblos más bonitos de España

De la comarca de Gúdar-Javalambre figuran Puertomingalvo y Rubielos de Mora.

Puertomingalvo es una población también amurallada, entre barrancos, en la que destacan el Ayuntamiento, el castillo, el Hospicio Poma y las ermitas de San Bernabé y Santa Bárbara.

Rubielos de Mora es un conjunto que reúne joyas como el Ayuntamiento, los palacios Villasegura y Creixell, la antigua colegiata de Santa María la Mayor, el convento de las Carmelitas, la casa de Los Leones, el barrio del Campanar, las calles de San Antonio y José Gonzalvo y la plaza del Carmen.

En el Matarraña, una comarca que vive una explosión turística, con actividades como el senderismo y la acampada, es imprescindible visitar el Parrisal de Beceite, en la sierra de Els Ports, y los dos pueblos con encanto con que cuenta: Calaceite y Valderrobres. Calaceite engaña si el visitante se limita a pasar por la carretera porque en la parte baja es un pueblo anodino. Sin embargo, hay que subir a la parte alta para admirar la plaza de España, el Ayuntamiento, las capillas de la Virgen del Pilar y de San Antonio y la iglesia de la Asunción.

Valderrobres se impone por su impresionante castillo, que domina el puente medieval sobre el río Matarraña, el portal de San Roque, el Ayuntamiento y la iglesia de Santa María la Mayor. A solo 10 kilómetros, está La Fresneda, que pronto puede convertirse en el octavo pueblo con encanto de la provincia, un conjunto histórico-artístico con el Ayuntamiento renacentista del siglo XVI, el palacio de la Encomienda y la iglesia parroquial como edificios destacados.

Patrimonio de la Humanidad

Teruel (35.000 habitantes), la capital de la provincia española menos poblada, tiene el menor porcentaje de población entre 15 y 29 años y el mayor de personas mayores de 65, lo que ilustra el drama de la despoblación y el envejecimiento.

Merece la pena visitarla sobre todo porque cuenta con el conjunto de arte mudéjar más importante de España, con monumentos patrimonio de la Humanidad tan relevantes como la iglesia de Santa María y las torres de El Salvador, San Martín y San Pedro. Destaca también el Acueducto de los Arcos, la mayor obra de ingeniería del Renacimiento en España.

La capital tiene
el menor

porcentaje de población entre
15 y 29 años y el mayor, de más de 65

Conocida por el icono de la plaza del Torico, con la fuente construida en 1858, desde los años 90 es un destino del turismo interior por su oferta cultural y festiva, como el festival musical La Vaquilla del Ángel (a medidos de julio) o la conmemoración de los amores trágicos de Diego de Marcilla e Isabel de Segura, los Amantes de Teruel.

El tercer viernes de febrero, miles de turolenses y visitantes recorren las calles y las jaimas instaladas vestidos con trajes de época para recordar la leyenda.

Tierra de dinosaurios

Otro motivo para atraer al turismo es el parque Dinópolis dedicado a los dinosaurios, que contiene restos hallados en la provincia, en la que hay siete subsedes, además de la de la capital. Más de tres millones de personas –180.000 el año pasado–han visitado el parque desde su creación en el 2001.

La Semana Santa es también un foco cultural y turístico, sobre todo en Calanda, donde centenares de cofrades rompen la hora el Viernes Santo, así como en otras localidades, como Alcañiz, que integran la Ruta del Tambor y del Bombo. En Calanda, además, puede visitarse el centro cultural dedicado al cineasta <strong>Luis Buñuel</strong> y saborear los famosos melocotones con denominación de origen.

Los productos más celebrados de la gastronomía turolense son el jamón de Teruel, el primero con denominación de origen en España, que data de 1984, el cordero (ternasco) y el cabrito asado, las migas o la sopa de ajo.

Teruel es asimismo la mayor y casi única reserva en España de trufa negra, y una provincia productora de un excelente aceite de oliva en las comarcas del Bajo Aragón y el Matarraña. Tierra de quesos procedentes de la ganadería ovina y caprina, el más original es el Tronchón de oveja.