EL CRECIENTE ÉXODO DE LA CIUDAD AL CAMPO

El 'coworking' llega al pueblo

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zentauroepp49176064 riba roja d ebre ribera d ebre 22 07 2019 cuaderno fuga190725184444 / JOAN REVILLAS

Carme Escales

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«Voy a pie a trabajar. Si cojo el coche, no tengo que pagar párking. La carretera es mi gimnasio, me sale gratis, y cuando me pongo una falda la gente me pregunta dónde voy tan bien arreglada». Pequeños detalles así completan la sensación de Pilar Andrés de vivir mejor ahora, en el pueblo de Riba-roja, con respecto a la vida que llevaba, hasta hace tres años, en Barcelona. 

Es abogada y trabajaba en un despacho. «Pasaba ocho horas con el portátil escribiendo, leyendo o hablando por teléfono. Hace 30 años, todas las gestiones eran en persona, pero hoy es todo telemático», explica. No fue tanto la economía la que la llevó a dejar la ciudad como las ganas de disfrutar todo el año del lugar que ya amaba. «Riba-roja es el pueblo de mis abuelos, donde yo siempre veraneé. Nací en Sant Joan Despí, pero me siento de aquí. Desde los 12 años, nunca me he imaginado lejos de este lugar. Y no me he sentido en casa hasta que me instalé a vivir y trabajar aquí». Lo hace desde un espacio de 'coworking' con nombre propio: Zona Líquida. Es un gran 'loft' sobre la biblioteca municipal que en el 2013, con la llegada de un nuevo y joven gobierno municipal, se optó por destinar a lugar de trabajo abierto y gratuito para profesionales independientes. 

22 espacios en entornos rurales

«Pensado para atraer y retener talento en nuestros territorios rurales, se nos ocurrió replicar esta herramienta en otras zonas de Catalunya», explica Begoña García, gerente del Consorci Intercomarcal d’Iniciatives Socioeconòmiques Ribera d’Ebre-Terra Alta. Nacía así Cowocat_Rural, un proyecto de cooperación LEADER (programa europeo de desarrollo rural) que hoy tiene 22 espacios de 'coworking' en entornos rurales. Los usuarios figuran en una lista de 'coworkers' que ofrecen sus servicios y comparten sinergias. Toni Lanzas, un informático barcelonés que también se trasladó a vivir a Riba-roja, es el dinamizador del 'coworking' del pueblo. «Promovemos nuestra actividad en las redes sociales y damos a conocer nuestro espacio de trabajo», explica. 

Otro compañero del espacio es David Borrull, administrador de sistemas y programador que comparte clientes con Lanzas. Borrull nació en Riba-roja pero estudió en Tarragona y Barcelona. Sin trabajo fijo, decidió volver a su pueblo, desde donde desarrolla su actividad profesional igual que lo haría en la ciudad, como Pilar Andrés

Comunidad y simplicidad

«Tengo clientes en Barcelona y aquí. Me siento igual de realizada llevando una demanda que le puede suponer a una empresa tres millones de euros, que la de un vecino del pueblo que le reclama a otro 10.000 euros por un límite entre fincas», explica. Y, personalmente, le compensa. «La sensación de pertenecer a una comunidad es más fuerte aquí. Barcelona es muy anónima, allí puedes sentirte un número. Aquí te conoce todo el mundo, pero soy yo quien decide cómo trabajo y las horas que dedico, ahora dispongo más de mi tiempo. Prefería vivir con menos cosas materiales, y en la ciudad hay demasiados estímulos. Yo buscaba una vida más simple y sencilla, porque estoy convencida de que son las pequeñas cosas las que te dan la felicidad».