María Hervás: esta actriz es la bomba

Premiada con un Max, borda el drama y el humor, y escribe obras

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zentauroepp48369910 valladolid spain may 20 maria hervas attends the max 20190531111007 / CARLOS R. ÁLVAREZ / WIREIMAGE

Juan Fernández

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Al recoger el premio Max a la mejor interpretación femenina de la temporada por su trabajo en 'Iphigenia' en Vallecas, donde da vida a una choni de extrarradio que lanza pedradas al patio de butacas en forma de reflexiones existenciales, María Hervás confesaba este lunes, hecha un manojo de nervios, que la vida le resulta una experiencia extraña y ajena, como si no fuera con ella, pero que encima de un escenario tiene, al fin, la sensación corpórea de existir. Por esto, alegó, hoy sigue siendo actriz. Vivir el oficio como una vía de salvación entraña el riesgo de perderse en el camino, pero aporta momentos de gloria si se sabe escuchar al instinto. Uno de esos momentos parece haberle llegado a la intérprete madrileña a sus 31 años.

María Hervas lleva una década gritando a los cuatro vientos que es una actriz diferente. Últimamente, esos vientos han empezado a devolverle ecos en forma de galardones y alabanzas. Aparte de su trabajo dramático en 'Iphigenia', los últimos Max también premiaron la adaptación que ha firmado del libreto original, porque ella es una intérprete que a la vez escribe y pergeña escenas, y aún resuenan en su cabeza las ovaciones que cosechó esta primavera en el teatro Pavón de Madrid, donde dio voz, cuerpo y lágrimas a la protagonista de 'Jauría', obra inspirada en los testimonios aportados en el juicio de 'La Manada' que también huele a premio.

Desde las entrañas

Le van las emociones fuertes a Hervás, a quien es habitual oírle reivindicar en las entrevistas el trabajo hecho desde las entrañas, aunque esta forma intensa de ejercer el oficio le acarree somatizar los papeles en forma de contractura muscular. Consciente de vivir de las miradas ajenas, la actriz se despachaba hace poco contra la afición al despelleje que promueven las redes sociales, donde poner a parir es una norma de cortesía. Lo hizo desde su perfil de Instagram, que ha prometido cerrar, como hizo con sus cuentas de Twitter y Facebook, cuando su estatus de actriz consagrada la libere de la servidumbre de contar con una cifra voluminosa de seguidores para que le den papeles protagonistas.

Pero no es María una intérprete sobrecargada de acento dramático y discurso trascendente. De hecho, suele disparar contra la cultura de lo políticamente correcto, a veces con profusión de tacos y palabrotas, y tiene una vis cómica que actualmente explota en El pueblo, la serie de Amazon Prime Vídeo donde interpreta a una tronista ligera de cascos que se pasea en tacones por el prado, y en La que se avecina (Tele 5), a cuyo reparto acaba de incorporarse para encarnar a una fisioterapeuta sexy y cañera.

Seis películas y una docena de series

Formada en la escuela de Arte Dramático de Cristina Rota, entró en el mundo profesional por la puerta grande: dando vida a la rebelde Susana de la sexta temporada de 'Los Serrano'. Desde entonces, ha participado en seis largometrajes y una docena de series, a menudo con papeles cómicos como la Miranda Lily que hacía en 'Gym Tony'. Pero el trabajo que le hizo descubrir que la interpretación también podía ser una forma de militancia fue 'Confesiones a Alá', el crudo monólogo de una joven musulmana sometida a las normas represoras del islam que declamó sobre el escenario en el 2013.

Su carrera de actriz va viento en popa, pero sus ojos están ahora puestos en la obra de teatro que acaba de escribir y que aspira a representar pronto. Como si haber encontrado sentido a la vida encarnando personajes difíciles encima de un escenario se le hubiera quedado pequeño.