JUICIO A UNA MENTIROSA

Anna Sorokin: una estafadora con glamur

La historia de la gran embaucadora de Manhattan es tan delirante que ha dado para un libro, y Netflix y HBO ya están trabajando en adaptaciones televisivas

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Noelia Sastre

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Cada cierto tiempo aparece un personaje de esos que fascinan por su mezcla de engaño y glamur. La protagonista de esta historia se llama Anna Sorokin, nació en Rusia en 1991, a los 16 años se mudó con su padre camionero y el resto de su familia a Eschweiler, una pequeña ciudad cerca de Colonia y, tras pasar por París, llegó a Nueva York en el 2014 con el objetivo de convertirse en un destacado miembro de la alta sociedad. La delirante aventura no le salió del todo bien.

Un mes después de comenzar su sonado juicio, un jurado la ha declarado culpable de cuatro cargos por haber robado 275.000 dólares a amigos, bancos, diseñadores, restaurantes, hoteles y hasta un operador de avión privado; tres de estafa y uno de intento de estafa por solicitar, con documentos falsos, un crédito de 22 millones de dólares para montar un club de arte con exposiciones y tiendas pop-up en Manhattan, donde se presentaba como Anna Delvey, hija de diplomático o millonario del petróleo, dependiendo del día, con una fortuna de 60 millones de euros. Sorokin fue condenada por un jurado en 2019, y el tribunal le impuso entre 4 años y 12 años de prisión y estaba en libertad condicional por buena conducta hasta ahora, en que estaba en un centro de detención por haber sobrepasado el tiempo de su visado, por lo que será extraditada a Alemania. 

La falsa 'socialité' 
logró que otros
le pagaran sus
lujos hasta que
se destapó el
fraude

La falsa 'socialité' consiguió que otros pagaran sus lujos hasta que se destapó el fraude, aunque según su abogado, Todd Spodek, ella siempre pretendió pagar sus deudas, pero para ello necesitaba «comprar tiempo». Un tiempo que nunca llegó porque antes la detuvieron en California. En julio del 2017 el 'New York Post' publicó su historia: Sorokin había sido denunciada por los hoteles Beekman, W y Le Parker Meridien por no pagar comidas y estancias. Y tras presentar dos cheques falsos, fue arrestada  y enviada a la cárcel de Rikers Island. 

Juicio con estilista

Durante el juicio, la acusada puso de los nervios a la jueza Diane Kiesel por sus constantes quejas. «¿Me está pidiendo que paremos por un problema de armario?», le espetó Kiesel al defensor de Sorokin, que lució prendas de Miu Miu o Saint Laurent y según 'GQ' incluso contrató a la estilista de Courtney Love, Anastasia Walker. 

La farsa de Anna Delvey se publicó en un largo reportaje en la revista 'New York'. Y la editora de fotografía Rachel DeLoache Williams contó en 'Vanity Fair' cómo fue engañada por Sorokin. Una historia que ha convertido en libro, 'Mi amiga Anna'. «Llegó a mi vida en sandalias de Gucci y gafas de Céline, me enseñó un mundo de glamur en hoteles de lujo, cenas en Le Coucou y vacaciones en Marruecos. Y me dejó con una deuda de 62.000 dólares», escribió Williams, testigo clave en el juicio. «Ojalá nunca hubiera conocido a Anna», dijo llorando ante el jurado. 

Se enfrenta
a 15 años de
prisión y a la
deportación a
Alemania, su
país de
residencia,
por robo y
estafa

En su delirio, Sorokin intentó estafar al gran estafador Billy McFarland, encarcelado por el despropósito del Fyre festival. También contó que Gabriel, hijo del arquitecto valenciano Santiago Calatrava, le ayudó a través de la asesoría inmobiliaria familiar, Calatrava Grace, a cerrar el alquiler del «espacio perfecto» para el centro de arte que promovía: seis plantas en la histórica Church Missions House, en la esquina de Park Avenue con la calle 22, que el artista Christo envolvería para la inauguración. Incluso se reunió con el famoso hotelero André Balazs el fundador de Nobu, Richie Notar, para incluir un hotel, tres restaurantes y una panadería alemana en el edificio. 

Netflix compró los derechos para una serie producida por Shonda Rhimes (creadora de 'Anatomía de Grey' y 'Scandal'), '¿Quién es Anna?' protagonizada por Julia Garner.

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