LAS RIMAS DE LA MUERTE

Las rimas de la muerte: 69 raperos han sido asesinados en EEUU en los últimos 30 años

Nipsey Hussle cierra la lista, que incluye ilustres del hip-hop como Tupac y The Notorius B.I.G.

zentauroepp47592148 files  in this file photo taken on february 07  2019 nipsey 190410142128

zentauroepp47592148 files in this file photo taken on february 07 2019 nipsey 190410142128 / periodico

Noelia Sastre

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«En algunos aspectos el rap y la violencia parecen ir de la mano. Pero no es la música en sí misma, es el entorno en el que vivimos. La violencia estaba aquí mucho antes que el hip-hop», decía Scotty Morris a 'The New York Times' en 1987. Morris era el mánager de Scott La Rock, integrante del dúo Boogie Down Productions que fue asesinado por disparos en el cuello y la cabeza en agosto de aquel año en el Bronx. Scott La Rock tenía 25 años y su muerte, según la revista especializada 'XXL', supuso la pérdida de la inocencia de un estilo musical que nació en ese mismo barrio neoyorquino en la década anterior, cuando DJ Kool Herc lo puso en el mapa al estrenar el breakbeat en 1973. 

Este fue también el primer asesinato relacionado con el mundo del hip-hop de los muchos que no han sido resueltos por la policía. Entre 1987 y el 2018, 'XXL' ha documentado 68 raperos asesinados en EEUU. Dos por año, a los que hay que sumar una víctima más, Nipsey Hussle (foto en cabeza), que cayó a tiros el pasado 31 de marzo en su tienda de ropa en el sur de Los Ángeles. A los dos días detuvieron a un sospechoso, Eric Holder, con quien había discutido unas horas antes. Y aunque en un primer momento el asesinato parecía estar relacionado con la violencia de las pandillas, la policía no tiene todavía un móvil claro. 

Pasado violento

Hussle tenía 33 años y además de rapero nominado a los Grammy que había colaborado con Drake o Diddy, era empresario, activista y padre de dos hijos. Tenía un pasado violento del que habló públicamente al reconocer su larga relación con los Rollin 60’s, grupo conectado con los Crips al que se unió a los 14 años, pero del que se distanció para centrarse en el activismo y ayudar a adolescentes de barrios conflictivos como Crenshaw, donde nació en 1985. «En mi pandilla nadie sobrevivió ni evitó la cárcel. Todos tenían heridas de bala, así que salir de allí mentalmente estable, sin pasar por prisión ni engancharme a las drogas, es una victoria», reconoció Hussle. 

A Big L., le 
acribillaron en
Harlem en 1999.
Lo mataron
por error al
confundirlo con
su hermano

Su asesinato ha vuelto a ensombrecer la historia del rap estadounidense, tan relacionada con las pandillas «que le daban una estructura al caos», escribe Jeff Chang en el libro 'Can’t Stop Won’t Stop: A History of the Hip-Hop Generation' (2005). «Para los hijos de inmigrantes con padres ausentes, para los huérfanos que estaban fuera del sistema, para las chicas que huían de un entorno abusivo, las pandillas eran un refugio, una fuente de comodidad y protección». Y así han ido cayendo los mitos de un género musical nacido en calles violentas. Stretch y Fat Pat en los años 90. Jam Master Jay en el 2002. Proof, gran amigo de Eminem y respetada figura del rap de Detroit, en el 2006. Magnolia Shorty, rapera de 28 años asesinada a tiros en Nueva Orleans en el 2010. XXXTentacion y Jimmy Wopo, muertos el mismo día, el 18 de junio del 2018, en Florida y Pittsburgh. O el doble asesinato de YNW Juvy y YNW Sakchaser, también en el 2018. 

40 casos sin resolver

Hay todavía 40 casos sin resolver, entre ellos los más famosos: Tupac, The Notorious B.I.G. y Big L.  A Tupac Amaru Shakur, nacido en Harlem (Nueva York) en 1971, le dispararon en Las Vegas el 7 de septiembre de 1996. Murió seis días después, a los 25 años. Cuando habían pasado solo seis meses de la pérdida de Tupac, el mundo del hip-hop lloró la desaparición de otro de sus iconos, The Notorious B.I.G., compañero de instituto de Jay Z en Brooklyn. Tenía 24 años cuando le dispararon en Los Ángeles el 9 de marzo de 1997 al salir de una fiesta. En aquel momento más de mil personas desalojaban el museo donde se celebró la fiesta, pero la policía encontró pocos testigos al sentirse «intimidados» por las «reputaciones» de algunos de los involucrados en el tiroteo, según reconocieron los detectives. 

El disco póstumo de 'Biggie' se publicó en la fecha prevista, a las dos semanas del crimen, con el título 'Vida después de la muerte'. 

También Big L se hizo popular en la escena del hip-hop neoyorquino de los 90, donde triunfó con su propio sello. El 15 de febrero de 1999 le dispararon nueve veces en la cara y el pecho en Harlem. Gerard Woodley, amigo de la infancia, fue arrestado, aunque puesto en libertad por falta de pruebas. En el 2010 el hermano mayor de Big L, Donald Phinazee, declaró que su muerte había sido un error: los asesinos buscaban a su otro hermano, Lee, que acabó encontrando el mismo destino al morir en las calles de Nueva York en el 2002.