PERFIL

Jennifer López: ¿Y la boda pa' cuándo?

La sombra de la infidelidad se cierne sobre el futuro de la actriz y cantante de '¿Y el anillo pa' cuándo?' junto a Álex Rodríguez

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Ramón de España

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También es mala suerte que tu novio se te declare, te regale un anillo de cuatro millones de dólares e hinque la rodilla en tierra para ofrecértelo y que salga alguien a amargarte la fiesta diciéndote que el supuesto hombre de tu vida se beneficiaba a su exmujer a tus espaldas. Eso es exactamente lo que les ha ocurrido a la pobre Jennifer Lynn López (Nueva York, 1969) y a su prometido, el exjugador de béisbol Álex Rodríguez por culpa de un compañero en activo de éste, José Canseco, que parece empeñado en arruinarles el bodorrio. Y no es el único: la vidente Deveret Tavares, que predijo la muerte de Juan Gabriel y que ya ha enviado a la tumba, antes de tiempo, a Miguel Bosé, tampoco lo ve con buenos ojos y asegura que la actriz y cantante debería rechazar la oferta matrimonial, ya que con ese hombre solo pueden sobrevenirle desgracias por tratarse de un infiel compulsivo.

De momento, la boda sigue en marcha y Jennifer López –también conocida como J. Lo y Jenny from the block (en referencia a su adolescencia en el Bronx)– no parece dispuesta a que se la amarguen. Ella es una mujer fuerte y decidida y lo demostró muy pronto, empeñándose en formar parte del mundo del espectáculo frente a la oposición de sus padres, que no veían las cosas muy claras. En estos momentos, López lleva estupendamente sus dos carreras paralelas –actriz y cantante– sin haber destacado nunca especialmente en ninguna de ellas, lo cual no le ha impedido vender más de 80 millones de discos y rodar sin parar, sobre todo películas correctas sin mucho interés en las que ella ofrece interpretaciones igualmente correctas, pero nunca brillantes: puede que lo mejor que haya hecho sea la serie de televisión 'Shades of blue', donde ejercía de miembro de un equipo de policías corruptos capitaneados por Ray Liotta y convenientemente captada por el FBI para llevarse por delante a toda la pandilla basura; como inspectora hispana con problemas, estaba francamente creíble.

Carrera cinematográfica

Cuesta encontrar en su carrera cinematográfica algo que destacar, como no sea 'La celda', un 'thriller' de sobremesa televisiva salvado por la portentosa imaginería visual del director indio Tarsem Singh, 'Un romance muy peligroso', de Steven Soderbergh y con George Clooney, y 'El cantante', 'biopic' del difunto Héctor Lavoe en el que Jennifer daba vida a Puchi –nada que ver con cierto fugitivo de la justicia española instalado en Waterloo–, la esposa de Héctor y narradora de la película, en la que llegaba a salir más que el propio biografiado en su condición de productora (el hecho de que al gran Lavoe lo interpretase un cantante en sus antípodas, Marc Anthony, que entonces estaba casado con Jenny from the block, tampoco contribuía al éxito de la empresa, pero los fans de Héctor nos tomamos con benevolencia aquella versión descafeinada de la estrella de la Fania, que tuvo una vida infernal a causa de su amor al alcohol y las drogas).

Ni sus películas
hieren la vista
ni sus discos
los oídos, pero
ni unas ni otros
puede decirse 
que aporten
gran cosa

Musicalmente, Jennifer López ha mostrado la misma corrección que en el cine. Ni sus películas hieren la vista ni sus discos los oídos, pero ni unas ni otros puede decirse que te aporten gran cosa. Salsa, funk, disco, ritmos latinos…Todo mezclado sabiamente para fabricar un producto que le guste (o que no moleste) a todo el mundo. Y con las compañías adecuadas: su mayor éxito, 'On the floor', un plagio de (u homenaje a) la Lambada, contó con la colaboración del gran Armando Pérez, en arte Pitbull, que ya le había echado una mano a Marc Anthony en su exitazo 'Rain over me'. Pitbull dignifica todo lo que toca, opinión que casi nadie comparte conmigo porque se le considera un hortera –que lo es– y porque su sentido del humor no es comprendido por todo el mundo.

La principal aportación

Espero que no se me acuse de machismo si digo que la principal aportación social de Jennifer López consiste en haber sido la primera en llamar la atención del norteamericano medio hacia el trasero femenino, que hasta entonces era una devoción europea y sudamericana que no había llegado a Estados Unidos, donde persistía el culto pueril a los pechos que hizo la fortuna de Hugh Hefner y Russ Meyer. Ya sé que el mérito se lo ha llevado Kim Kardashian, pero aquí no estamos hablando de atracciones de feria, sino de una mujer con un trasero portentoso y levemente 'oversized' que no llega a las dimensiones monstruosas del de Kim. De hecho, morir asfixiado entre las nalgas de Jennifer López constituiría mi manera favorita de suicidarme. Si un día se me va la mano con las pastillas, tengan presente que se trató de una alternativa chapucera a un sueño imposible.