CUMPLEAÑOS INFELIZ

Justin Bieber: el chaval de goma cumple 25 años

El cantante, recién casado y deprimido, también consuma una década de carrera musical

Justin Bieber: el chaval de goma

Justin Bieber: el chaval de goma / periodico

Ramón de España

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Los cantantes adolescentes acostumbran a resultar muy irritantes, pero suelen tener el detalle de desaparecer en cuanto se hacen mayores y son sustituidos por otros más del agrado de la gente menuda. Es poco probable que nos acordásemos de los Jonas Brothers si no fuese porque uno de ellos, Nick, se ha casado con la neumática actriz india Priyanka Chopra, protagonista de la serie 'Quantico' y sobre la que es imposible decir nada sin que te tilden de machista. ¿Alguien se acuerda de Hanson, aquellos chavales rubios como la cerveza que fueron lo más a finales del siglo pasado?

Últimamente, sin embargo, cada vez se fabrican adolescentes más resistentes, como Justin Drew Bieber (Ontario, Canadá, 1994), que el próximo viernes cumple 25 años y que lleva dando la brasa desde el 2008, cuando los vídeos que subía a Youtube captaron la atención del cazatalentos norteamericano Scooter Braun, que fue quien se lo llevó a Estados Unidos, le buscó un contrato discográfico y lo puso en el camino de la fama y la fortuna, camino que lleva recorriendo desde hace ya una década. Cosa que tiene su mérito, ya que los niños suelen tenerlo peor que las niñas en el mundo pop a la hora de hacerse mayores.

La mutación

A algunas chicas, como todo el mundo sabe, les basta con hipersexualizarse, rodar vídeos guarretes, echarse novios impresentables, pasarse con el alcohol y las drogas, desintoxicarse, casarse con un buen chico y adecuar las tonterías que cantan a una audiencia algo más adulta: es lo que ha hecho Miley Cyrus y le ha ido muy bien; tal vez se le fue un poco la mano con la cosa sexual –esa lengua siempre fuera, como la del bajista de Kiss, aquel frotarse el trasero contra las gónadas de Robin Thicke…–, pero el público no se lo tuvo en cuenta: como se dice en la industria, «estaba haciendo su transición.

Lleva petándolo  
desde el 2009
con su ‘single’
‘One time’. Dos
años más tarde,
un documental
lo acabó de
consagrar

Pero, ¿a quién le interesa la mutación de un crío adorable en un adolescente granujiento y borracho? Ése fue el principal problema de Justin Bieber en su larga época salvaje de famoso que hacía lo que le salía del níspero: conducir beodo, escupir a sus fans, liarse a tortas en los bares, atacar con varias docenas de huevos a su vecino en Calabassas, California… Pero lo superó, ¡y sin dejar de hacerse tatuajes! Sus seguidoras lo adoraban y les ponía su pose de malote. Se hacían llamar 'beliebers' –o sea, las creyentes en Bieber– y les parecía de lo más normal que el zoquete de su ídolo visitara la casa natal de Anna Frank y saliera diciendo, «Guau, esa chica podría haber sido una gran 'belieber'». Sea usted eliminada por los nazis para esto.

Justin lleva petándolo desde su primer 'single', 'One time', que salió en el 2009. Dos años después, el documental 'Justin Bieber: Never say never' lo convirtió en una estrella global a los 17: enormes cantidades de discos vendidos, giras interminables y consumo de todo tipo de sustancias recreativas. También tuvo tiempo de mantener un romance 'on/off' con la estrellita de Disney Selena Gómez, y algunos malintencionados aseguran que ésta amenaza el reciente matrimonio de Justin con Hailey Baldwin, hermoso producto de la acreditada factoría Baldwin Brothers (también conocidos como Alec Baldwin y Los Inútiles de Sus Hermanos, carne de telefilme y películas de tiros para la televisión por cable, siendo Stephen el padre de la niña, quien, como no parece saber hacer nada, dice que es modelo).

Justin y Hailey se casaron hace unas semanas y Justin ya está completamente deprimido, aunque parece que la cosa viene de antes y da la impresión de ser el típico bajón que experimenta el que deja de beber y de drogarse para llevar una vida más saludable. Sabemos que Justin saldrá de ésta. Con Hailey, con Selena o con la próxima churri que pille: este chaval es de goma.