EL HOMBRE TRAS LA LÍDER DE LA CDU

Helmut Karrenbauer, el sacrificado marido de la heredera de Merkel

El esposo de AKK dejó su carrera de ingeniero de minas para centrarse en sus hijos y el hogar

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Carles Planas Bou

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“Estoy abrumado y muy feliz. Es lo que quería para ella. Aunque eso aún signifique 'Helmut solo en casa'”. Con un estruendoso aplauso los 1.001 delegados reunidos en el congreso de Hamburgo felicitaban a la ganadora. El conservadurismo alemán celebraba la 'fumata' blanca tras elegir a la heredera de Angela Merkel. Con lágrimas en el rostro, Annegret Kramp-Karrenbauer se convertía el viernes 7 de diciembre en la nueva presidenta de la Unión Demócrata Cristiana (CDU).

Lejos de los focos, entre el público, un hombre enrojecido por la emoción aplaudía con orgullo. Tras la resaca de la victoria, Helmut Karrenbauer confesaba al ‘Rheinische Post’ con cierta ironía su alegría por el triunfo definitivo de su esposa, con quien hace 34 años contrajo matrimonio. Una pletórica trayectoria a la que él ha contribuido desde la sombra.

Ingeniero de minas de formación, Helmut conoció a Annegret en 1983 en un club gimnástico. En su primera cita fueron a ver motocicletas, una de sus pasiones junto al ciclismo y la lucha libre. Un año más tarde la pareja se casó y se instaló en Püttlingen, un pequeño municipio ubicado en el también pequeño estado federado de Sarre. Ella tenía 22 años.

Él, en la cocina; ella, en el hemiciclo

Fue ahí desde donde AKK puso los cimientos de su meteórica carrera. Ese mismo año, empezó a estudiar Derecho y Ciencias políticas, carreras que compaginó con su cargo como concejala de la localidad y, desde 1985, con la vicepresidencia de las juventudes de la CDU. Consciente de la pasión de su esposa, Helmut Karrenbauer renunció a su carrera para dedicarse al hogar y a la familia. La pareja tuvo dos hijos y una hija: Tobias (1988), Laurien (1991) y Julian (1998). “No soy un hombre de carrera”, confesó en 1998 al ‘Süddeutsche Zeitung’.

En lugar de adoptar completamente el apellido de su marido, algo tradicional en Alemania, Annegret también conservó el de su padre, Kramp, profesor de escuela que murió un año antes de sus nupcias. En 1999 fue elegida como diputada del parlamento de Sarre y un año más tarde entró en el gobierno regional como titular de la cartera de Interior, la primera mujer que ocupaba un cargo de este peso en la historia de Alemania, y posteriormente de Educación.

Tras años creciendo dentro del partido, tocaba dar el salto. En el 2011 fue elegida presidenta regional de su estado natal, encabezando una coalición tripartita junto a liberales (FDP) y verdes y después con los socialdemócratas (SPD). AKK mantuvo el cargo hasta este febrero, cuando fue elegida secretaria general de la CDU.

Lejos de los focos

Siguiendo el modelo de Joachim Sauer, marido de la cancillera Angela Merkel, a Helmut le gusta estar en segunda fila, alejado de la exposición mediática. En el 2015 el ‘Frankfurter Allgemeine’ habló de ello en un artículo titulado 'Un hombre, ninguna palabra'.

La pareja es conocida en Sarre por su proximidad. Hasta ahora, el teléfono de la familia aparecía en el directorio de Püttlingen, algo que cambiará debido a cuestiones de privacidad y seguridad. Antes, y con Annegret habitualmente fuera de casa debido al trabajo, Helmut se encargaba también de responder a las llamadas y atender a las dudas de los ciudadanos. “Fue un golpe de suerte conocer a este hombre”, explicó ella al ‘Bild’. “Hay confianza para que cada uno pueda vivir su propia vida”.

Su carácter reservado le llevó a involucrarse cada vez más con la educación de los niños mientras su esposa se proyectaba hacia lo más alto de la política alemana. Aunque afirmaba no ser “un maestro de la cocina”, sus hijos se declaran fans de sus patatas. Estas navidades, Helmut y Annegret estarán juntos y en familia para revisar “este año lleno de acontecimientos”.