EL 'CRASH' EN LAS PANTALLAS

Lobos, 'killers' y trepas

El cine que ha abordado la crisis económica del 2008 y sus consecuencias ha mostrado el derrumbe del sistema y las nuevas relaciones establecidas en el competitivo mundo laboral

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Quim Casas

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Lehman Brothers, el que había sido el cuarto banco de inversión más importante de EEUU, se declaró en quiebra el 15 de septiembre del 2008. Un año antes, películas bien distintas como 'En un mundo libre', de Ken Loach, y 'La cuestión humana', de Nicolas Klotz, ya estaban planteando el clima de desazón económica que se intuía, así como posibles soluciones alternativas. La de Loach relata la creación de una agencia de trabajo temporal para inmigrantes. El filme de Klotz se centra en el psicólogo del departamento de Recursos Humanos de una multinacional que debe realizar la evaluación de uno de los directivos.

Desde entonces, han proliferado las películas sobre los responsables de Recursos Humanos. El desempleo provocado por el colapso económico del 2008, y el miedo a perder el trabajo que se tiene, ha establecido nuevas pautas de comportamiento y  originado curiosas reflexiones cinematográficas como las de 'Up in the air' (2009), de Jason Reitman, y 'El viaje del director de Recursos Humanos' (2010), de Eran Riklis. 

La primera es el retrato de un tipo impasible (George Clooney) contratado por diversas empresas para reducir su personal. Llega a cada local, cita a los trabajadores que en teoría no rinden y, sin pestañear, les comunica que están despedidos. En el segundo, el protagonista es el responsable de Recursos Humanos de la panadería más importante de Jerusalén y debe afrontar la odisea de viajar hasta Rumanía para encontrar a la familia de una trabajadora del establecimiento, fallecida en un atentado con bomba.

Métodos salvajes

El 'cine de recursos humanos' suma y sigue. 'Corporate' (2016), de Nicolas Silhol, muestra la perversión inusitada del sistema: el cometido de la protagonista es convencer a los trabajadores de que se vayan sin tener que decirles que ya no los necesitan. En el terreno literario, Pierre Lemaitre, conocido por sus historias policiacas protagonizadas por el comisario Verhoeven, ha diseccionado con crudeza el tema en 'Recursos humanos', sobre un director de este departamento que perdió su trabajo hace años y, superados los 50, se presenta a un nuevo cargo ferozmente competido por otros candidatos más jóvenes.

Han proliferado
filmes sobre jefes
de Recursos
Humanos, como
'Up in the air'
y 'Corporate' 

Los métodos salvajes para conseguir un empleo –y la competencia que los responsables de las empresas gustan de provocar– funcionan también como causa-efecto cinematográfico de la inestabilidad. Algunas películas lo intuyeron antes de que explotara la burbuja, caso de 'El método' (2005), de Marcelo Piñeyro, adaptación de la pieza teatral de Jordi Galcerán 'El método Grönholm'. Las ficciones sobre las pruebas a las que deben someterse varios personajes para lograr un puesto de trabajo han abundado, sea en clave realista, como 'Bienvenidos a Farewell-Gutmann' (2008), de Xavi Puebla, en la que tres directivos de una empresa farmacéutica se disputan encarnizadamente el puesto del director fallecido, o con los códigos del 'thriller', caso de 'Exam' (2009), de Stuart Hazeldine, cuya acción acontece en un espacio de reducidas dimensiones en el que ocho personas realizan la prueba final para acceder a un cargo importante de otra farmacéutica.

La respuesta de Oliver Stone

El cine estadounidense no le ha dado la espalda a la crisis. 'Wall Street: el dinero nunca duerme' (2010) fue la respuesta de Oliver Stone. Retomó al personaje de 'Wall Street' (1987) para introducirlo en un mundo, el de la Bolsa, bien distinto tras el último derrumbe económico. 'The company men' (2010), de John Wells, arranca con las consecuencias de la caída del sistema en el 2008 –el despido de miles de empleados y varios cargos directivos de una multinacional– y estudia el comportamiento de tres de ellos enfrentados al paro y la desubicación social. 'Margin Call' (2011), obra de J. C. Chandor interpretada por Kevin Spacey, se desarrolla durante las 24 horas que preceden al inicio de la crisis en las dependencias de un importante banco de inversiones, reflejo nada disimulado de Lehman Brothers. 'El lobo de Wall Street' (2013), de Martin Scorsese, sería la estocada final. Este retrato del 'broker' Jordan Belfort, quien se lucró en los años 90 vendiendo bonos basura, es la antesala del último crac económico.

La ficción televisiva se ha prodigado, pero menos. Aunque es una colección de relatos distopicos sobre la relación que establecemos con las tecnologías, 'Black Mirror', creada en el 2011 por Charlie Booker, incide también en las relaciones laborales y económicas. 'Billions', iniciada en el 2016, muestra la lucha entre un fiscal y un magnate que sobrevivió al derrumbe del 2008 gracias a los fondos de inversión privados. 

El cine documental ha intentado explicar, a veces de manera muy técnica y farragosa, los motivos de esta crisis. 'Vamos a hacer dinero' (2008), de Erwin Wagenhofer, respondió a cierta inmediatez en su análisis de los mercados financieros previos. 'Inside job' (2010), de Charles Ferguson, pudo establecer cierta perspectiva y mostrar a los culpables de la crisis: un conglomerado de burócratas, banqueros, políticos y economistas. Desde la ficción, Adam McKay respondió con 'La gran apuesta' (2015), en la que sus protagonistas (Steve Carell, Ryan Gosling, Brad Pitt y Christian Bale) intuyen la quiebra de todo el mercado hipotecario tres años antes de que Lehman Brothers cerrara su chiringuito.