ESTRELLA ATORMENTADA

¿Por qué murió Whitney Houston?

Sabíamos que la diva del pop fue víctima de las drogas, y del éxito, y de la avaricia de sus allegados. Ahora, un documental desvela además que, de niña, sufrió abusos sexuales

Documental 'Whitney'

Documental 'Whitney' / periodico

Nando Salvà

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«Mi mayor demonio soy yo misma», confesó Whitney Houston en su más tristemente famosa entrevista, en el 2002, confirmando años de especulación acerca de su adicción a las drogas. Por entonces ya se había convertido en carnaza para los tabloides, y tanto su voz como su cuerpo y su mente seguirían deteriorándose hasta su muerte en el 2012, a los 48 años, con la cabeza sumergida bajo el agua de una bañera. 

Para cuando ese fragmento televisivo hace su aparición en el documental 'Whitney', el espectador ya tiene varios elementos de juicio con los que manejar la pregunta que ha permanecido planeando sobre el pop en los últimos seis años: ¿qué tormentos hicieron a la cantante rendirse a sus tendencias autodestructivas, protagonizando una de las caídas más trágicas de la historia del 'show business'?

Dirigida por el británico Kevin Macdonald, la película usa imágenes de archivo hasta ahora inéditas y entrevistas con aquellos más cercanos a Houston para trazar el retrato de una mujer que pasó su vida luchando contra su identidad, incapaz de superar abusos sexuales sufridos en la infancia, y desesperada por evitar el peor de los finales tanto para ella como para su hija, Bobbi Kristina Brown, que acabaría muriendo pocos años después y en circunstancias similares.

De la iglesia al estrellato

Macdonald parece sugerir que Houston tuvo el destino sellado desde el día en que nació. Sus familiares no podían creer cómo una niña tan pequeña era capaz de efectuar tales acrobacias vocales, y aquel talento no tardó en tener un altavoz. Durante los 70 la joven creció actuando en la iglesia bajo el férreo tutelaje de su madre, Cissy Houston, una cantante de góspel que en su día se había ido de gira con artistas como Aretha Franklin y Elvis. Apoyada no solo en su don y su 'look' de supermodelo sino también en esa impoluta imagen de chica de buena familia cristiana, no tardó en alcanzar el estrellato. 

Llegaron los álbumes superventas, las giras multitudinarias y la ubicuidad mediática. Llegó la balada 'I will always love you', tan mundialmente exitosa que hasta Saddam Hussein la usó, versionada, durante una campaña electoral. Llegó más dinero del que ella jamás podría gastar en su carrera, aunque no más del que, al parecer, los miembros de su familia eran capaces de pulirse.

Bisexualidad

Los demonios, recuerda la película, estuvieron desde el principio ahí, a su lado. De entrada, Houston se sintió siempre torturada por la falta de aceptación que sufría entre la comunidad negra, para quien su música sonaba demasiado blanca; inseguridades de índole racial, de hecho, la habían acompañado desde una niñez marcada por el 'bullying'. Asimismo, Macdonald explora cómo la presión que la cantante sentía por presentar al público la mejor versión de sí misma la obligó a vivir en secreto su bisexualidad y, en particular, su romance con su amiga Robyn Crawford. 'Whitney' deja claro el rechazo que aquella relación sentimental provocó entre la familia de Houston. «Era una doña Nadie, alguien con quien yo no quería ver a mi hermana mezclarse», sentencia Gary Garland, hermano de la diva. 

Tanto él como su otro hermano, Michael, formaron parte durante años del séquito de Houston, y fueron ellos los que la introdujeron en la cocaína cuando era solo una adolescente; mucho antes, pues, de que conociera a su marido, Bobby Brown, habitualmente señalado como el gran culpable de su caída. Dicho esto, el director no absuelve a este último. «Eso no fue lo que la mató», insiste Brown a pesar de que cinco tipos distintos de drogas fueron encontradas en el cadáver. Su actitud, por supuesto, es comprensible: solía consumir junto a la que fue su mujer.

Abusos sexuales

La figura de Garland, por último, está también vinculada a la tragedia de su hermana de otra forma aún más traumática, que proporciona a 'Whitney' su momento de mayor impacto dramático. Mediada la película, decíamos, se revela que ambos fueron víctimas de abusos sexuales cuando eran niños por parte de su prima, la también cantante Dee Dee Warwick, que murió en el 2008. «Ella sentía vergüenza, y se preguntaba si había hecho algo para merecerlo», explica Mary Jones, que fue asistente de la diva durante muchos años y quien encontró el cadáver. 

¿Fue ese temprano acto de violencia terrible lo que en última instancia abocó a Houston a la muerte? ¿O fue la avaricia de sus allegados, que la trataban como un cajero automático? ¿Cuánta culpa hay que atribuir a una sociedad proclive al apedreamiento público que solo mostró empatía hacia la cantante cuando ya era demasiado tarde? Mientras plantea esas preguntas, 'Whitney' hace gala de todo el tacto que es razonable esperar de una película que en cualquier caso, por su propia existencia, representa el mismo tipo de explotación que empujó a Houston al desastre, y que sin duda seguirá rodeando su figura. 

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