Pobres en el país de los milmillonarios

Más de 18 millones de ciudadanos de EEUU viven en la extrema pobreza. Un informe de Naciones Unidas muestra la dimensión de la pesadilla americana.

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zentauroepp43720001 new york ny april 2 two homeless men one a former marin180614141524 / Robert Nickelsberg

Idoya Noain

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Al menos 40 de los 325 millones de habitantes de Estados Unidos viven en la pobreza; más de 18 de ellos, en condiciones de pobreza extrema; más de cinco, en pobreza absoluta. El <strong>informe del relator especial de Naciones Unidas para la Pobreza Extrema y los Derechos Humanos</strong> Philip Alston ha puesto frente al espejo el sueño americano y lo que se refleja es una quimera, un monstruo.

"Cuando pensamos en la pobreza nos vienen a la mente imágenes del tercer mundo. Pensamos en África, en Asia... Nunca vemos a Estados Unidos. Pero está aquí mismo, literalmente en la puerta de al lado". Cuando Nathalie Smythe habla sabe lo que dice. Es directora de programas en <strong>Neighbors Together</strong>, una organización que a diario sirve 400 comidas gratis y ayuda a conectar con servicios de vivienda, legales, sanitarios y de formación a personas de Bed-Stuy, Brownsville y Ocean Hill. Esos son tres de los vecindarios más pobres de Brooklyn, el segundo barrio más pobre de Nueva York, una ciudad donde cerca del 20% de la población –1,7 millones de personas– son pobres.

Porque conoce tan bien esa realidad, Smythe es una de las muchas personas que da la bienvenida al informe de Alston. Fue publicado a principios de mes pero se presenta oficialmente este jueves en Ginebra. Y promete levantar ampollas, sobre todo en la Administración de Donald Trump, a cuyas políticas lanza una crítica demoledora.

Estudiar al líder

Alston, australiano y profesor de Derecho en New York University, no ha ido esta vez a Mauritania, ni a Arabia Saudí, ni a China, tres de sus destinos anteriores desde que llegó al cargo en el 2014. Quería estudiar el caso de EEUU, "un líder en términos de implantar direcciones de política, que sigue una agenda económica neoliberal, con un modelo que se puede exportar", según cuenta en una entrevista telefónica.

En diciembre, pasó dos semanas recorriendo California, Alabama, Georgia, Virginia Occidental, Puerto Rico y Washington DC. Y lo que vio y escuchó de pobres y 'sintecho', expertos, grupos de sociedad civil y cargos políticos ha contribuido a producir un documento devastador: el retrato de un país que está dejando atrás a cada vez más habitantes, y agrandando más la separación con los de arriba.

"Con el 'New Deal' (de Franklin Delano Roosevelt) o con la 'Great Society' (de Lyndon B. Johnson) había un compromiso general con los niveles básicos de igualdad. Hoy eso parece tan lejos como es posible", dice. "No hay interés político en intentar salvaguardar las protecciones para los pobres en Estados Unidos".

Negligencia

Según su informe, desde que Johnson declaró la "guerra contra la pobreza", las políticas "han sido negligentes en el mejor de los casos". Solo así se explica que cerca de 40 millones de estadounidenses vivan hoy en situación de pobreza (con el índice marcado en 24.000 dólares –20.300 euros– para una familia de cuatro personas). 18,5 millones de ellos se encuentren en pobreza extrema (por debajo de la mitad del índice) y 5,3 millones en condiciones de pobreza absoluta (con menos de 1,90 dólares –1,6 euros– al día), "propias del tercer mundo".

"13,3 millones de niños viven en la precariedad. Son casi un tercio de los pobres estadounidenses"

La negligencia también explica que Estados Unidos tenga la tasa de pobreza juvenil más alta de la OCDE y que, en el 2016, 13,3 millones de niños (el 18% de los del país ) viviera en la precariedad. Son casi un tercio de los pobres estadounidenses. Y según Alston, esos porcentajes cuadran con que Estados Unidos ocupe el puesto 25 en una lista de 29 naciones industrializadas en lo que se refiere a inversión en educación de la primera infancia.

En una nación donde viven uno de cada cuatro de los 2.208 milmillonarios del mundo, la tasa de desigualdad es la más alta de los países occidentales, disparada en una "impactante trayectoria" desde 1980.

Los estadounidenses, además, viven menos y sufren más enfermedades que los de cualquier otra democracia rica, cada vez están más arraigadas las enfermedades tropicales erradicables y las tasas de mortalidad infantil y obsesidad infantil son también las más altas del mundo desarrollado. EEUU presenta además la cifra de encarcelamiento más alta del mundo y uno de los índices de inscripción electoral más bajos entre países de la OCDE.

Ni los campos de refugiados

En su viaje, Alston comprobó de primera mano, por ejemplo, la crítica situación en el condado de Lowndes, en Alabama, donde en muchos hogares no hay un buen sistema de alcantarillado y los jardines y las casas se llenan de aguas fecales.

En el centro de Los Ángeles recorrió Skid Row, uno de los epicentros de la población de los 'sintecho', que los cálculos oficiales (muy por debajo de los de organizaciones que trabajan con ellos) cifran en medio millón de personas en todo el país. El verano pasado, 1.800 de esas personas sin hogar de Skid Row tenían acceso a solo nueve baños públicos. La ratio incumple incluso las normas establecidas por Naciones Unidas para los campamentos de refugiados sirios.

En Puerto Rico, Alston se encontró con población que, por el estatus de territorio libre asociado, no tiene derecho a voto mientras esté en la isla. Si antes del huracán 'María' el índice de pobreza, con el 44%, era más del doble que el de los estados más pobres de Estados Unidos, la devastación posterior a él lo ha disparado. Hoy se calcula que seis de cada 10 puertorriqueños viven en pobreza.

El relator especial de Naciones Unidas también ha visto un sistema de justicia penal "en la práctica dirigido a mantener a los pobres en la pobreza". En su informe denuncia, por ejemplo, las cuantiosas fianzas que se imponen antes de que se celebre un juicio y que, a menudo, solo los ricos pueden pagar. De las más de 730.000 personas que pasan un día cualquiera recluidas en cárceles locales de Estados Unidos, casi dos tercios de ellos esperan a juicio, por lo que se presume su inocencia.

"Cruel e inhumano"

La situación era ya desoladora por la negligencia de décadas pero, según Alston, ha empeorado con la llegada al poder de Donald Trump.  "Las políticas del último año parecen pensadas a propósito para retirar a la población más pobre la protección básica, castigar a quienes no están empleados e incluso hacer de la atención sanitaria básica un privilegio que hay que ganarse, no un derecho derivado de la condición de ciudadano", ha escrito.

"Los recortes de Trump en servicios sociales empeorarán la situación", asegura el relator Alston

Aunque los datos que ha podido manejar son del 2016, su investigación se produjo con Trump ya en la presidencia. Su visita, de hecho, coincidió con la aprobación de la reforma fiscal. Y Alston no ahorra lenguaje duro y no siempre diplomático. "Cuando haces un recorte de 1,5 billones de dólares para los ricos, pagado en parte por recortes a las prestaciones sociales, no es difícil usar términos como 'cruel' e 'inhumano'", explica en la entrevista. "Hay gente en la más completa miseria. No solo no hace nada para ayudarlos, sino que recortará las ayudas aún más".

El relator augura que esa reforma "empeorará la situación y EEUU seguirá siendo la sociedad más desigual del mundo desarrollado". Afirma que "la  espectacular reducción prevista de los servicios sociales (con recortes planteados de hasta un tercio del programa de ayuda para la alimentación o el asalto a la reforma sanitaria de Barack Obama) destrozará, en lo fundamental, dimensiones cruciales de una red de protección social que ya está plagada de agujeros". Y vaticina, además, que "en vista de que el poder económico y el político se refuerzan mutuamente, el sistema político estará todavía más expuesto a que se apoderen de él las élites acaudaladas".

Racismo, caricatura y quimeras

El retrato de Alston contribuye también a desmontar estereotipos racistas sobre la pobreza. El experto recuerda que, aunque la mayoría de las veces se da por sentado que los pobres de EEUU son personas de color, afroamericanos o hispanos, lo cierto es que hay ocho millones más de blancos pobres que de negros pobres.

"Hay 8 millones
más de blancos

pobres que de negros pobres, pero estos tienen 2,5 veces más probabilidades de caer"

Eso sí, su informe subraya que la estadounidense sigue siendo una sociedad "crónicamente segregada", y apunta que las probabilidades de que los negros vivan en condiciones de pobreza son 2,5 veces superiores a las de los blancos. También su tasa de paro es doble, la de encarcelamiento, 6,4 veces mayor; los negros normalmente ganan 82,5 centavos por cada dólar que gana su equivalente blanco y los ingresos medios de los hogares negros no llegan a dos tercios de los de los blancos. En palabras de Alston, "vergonzosas estadísticas" que "solo se explican por la arraigada discriminación estructural por motivos de raza".

Su denuncia incluye también la propagación del "discurso caricaturizado" sobre los pobres y los ricos que se ha vendido al electorado, en el que los primeros son "derrochadores, perdedores y estafadores" que se aprovechan de las ayudas públicas y defraudan, mientras que los segundos son los "emprendedores, patrióticos e impulsores del éxito económico".

Con esa visión distorsionada, y apoyándose en buenas cifras macroeconómicas de empleo, la Administración Trump intenta justificar propuestas de recortes de servicios sociales, diciendo que quienes los reciben deben dejar de hacerlo y ponerse a trabajar. Como recuerda Alston, los efectos negativos de un intento similar en 1996, bajo la presidencia de Bill Clinton, aún perduran.

Trabajador pobre

Y hay una nueva realidad, la del "trabajador pobre", al que ni siquiera un empleo a jornada completa le permite salir adelante sin recibir ayuda pública. Alston cita en concreto el ejemplo de Wal-Mart, el mayor empleador de Estados Unidos (indirectamente subvencionado por un gobierno que debe dar asistencia pública a sus trabajadores). Y lo enmarca en una tendencia más amplia: la proporción de hogares que, a la vez que perciben ingresos, necesitan asistencia nutricional pasó del 19,6% en 1989 al 31,8% en el 2015.

"El porcentaje de empleados que requirieron
asistencia nutricional ha pasado del 19,6 al 31,8% en 25 años"

El tema del discurso distorsionado conecta también con el llamado 'sueño americano', con esa idea de que con trabajo y esfuerzo cualquiera en Estados Unidos puede no solo salir adelante, sino triunfar. En su informe, Alston advierte que, al perpetuarse la elevada pobreza juvenil e infantil, "el sueño americano se está convirtiendo rápidamente en una quimera". Y ratifica que el concepto siempre ha sido engañoso, solo para un pequeño número de gente. "Estadísticamente, en los viejos tiempos podía apoyarse en la movilidad social, pero ahora en Estados Unidos hay menos movilidad que en la mayoría de países desarrollados", subraya.

Un mito difícil de sostener

Coincide con él David Grusky, sociólogo y director del Centro de Pobreza y Desigualdad de Stanford. "Se mantiene la creencia de que la competición para avanzar es justa, se presume que vivimos en un régimen abierto a la movilidad, pero cada vez hay más pruebas de que es cualquier cosa menos eso y será más y más difícil sostener el mito", reflexiona en una entrevista telefónica. "Los hechos y los datos importan, y vivimos en una sociedad extraordinariamente desigual. Todo está a la venta y necesitas dinero para comprar oportunidades para tus hijos".

El informe de Alston incluye una alerta: los pobres, dice, suelen servir de "laboratorio para ensayar prácticas y políticas que posteriormente se aplican de forma más amplia".  La propuesta de recortar prestaciones de protección social afectará a las clases medias "exactamente igual que a los pobres". Ya hoy, según datos de la Reserva Federal, el 44% de los adultos de EEUU no podría sufragar gastos de emergencia de 400 dólares –340 euros– sin vender algo o pedir prestado.

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