Cesc Casadesús: "Propongo coger el metro y en 10 minutos ver danza"

El director del Grec apuesta por conectar Barcelona con el área metropolitana e inundar de danza Badalona, L'Hospitalet, Santa Coloma, Esplugues y Cornellà.

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zentauroepp41882716 barcelona 02 02 20018 cuaderno cesc casades s coordinador de180209115809 / Ferran Nadeu

Marta Cervera

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Tras dirigir el Mercat de les Flors, Cesc Casadesús (L’Esquirol, Osona, 1964) se puso al timón de su primer Grec, el pasado verano. Batió el récord de espectadores (121.795) y triunfó con espectáculos como 'Bodas de Sangre’ en la Biblioteca de Catalunya. Ahora da un paso más y se ha apuntado a descentralizar la oferta cultural, salpicando de danza el área metropolitana de Barcelona. 'Dansa. Quinzena Metropolitana' se titula la propuesta, que se desplegará entre el 1 y el 18 de marzo.

–¿Qué dispara esta nueva idea?

–Nace a partir de un foro de regidores de cultura metropolitanos que expresan su voluntad de trabajar juntos. Cuando llega la propuesta de desarrollar un festival de danza, ligada al programa político de Jaume Collboni (exsegundo teniente alcalde y responsable del área de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona), nos ponemos en marcha. 

–¿El objetivo es popularizar la danza? ¿Dar cancha a las compañías?

–Tener un festival metropolitano que aglutine a todos los municipios, haciéndoles partícipes de la elaboración del modelo. Pero ojo, esta será solo una edición cero. Cuando la idea surgió no teníamos claro el concepto, solo los objetivos.

–¿Ponernos a todos en danza?

–La idea es que la programación transforme municipios que no programan danza para crear nuevos públicos en el área metropolitana. La sensación es que la danza está instalada en sitios como el Mercat o la Sala Hiroshima, por citar algunos. La Quinzena intenta ampliar el foco y acercarla a quien no suele consumirla.

–Será difícil no toparse con ella porque hasta habrá espectáculos en el metro, donde no hay demasiado espacio para moverse. ¿No se pasan?

–La idea de llevar la danza al metro surgió de la comisión donde había representantes de casi todos los municipios. Bailar en el metro tiene sentido porque es un medio de transporte y un espacio público que permite llegar a un gran número de personas. El grupo de hip-hop <strong>Brodas Bros</strong> se ha encargado de desarrollar este proyecto en el que se han implicado grupos locales de las poblaciones por donde circula.

–Insisto. A según qué horas los vagones van a tope.

–Hemos coordinado los horarios con los responsables de TMB . La idea es que pasen cosas en el metro y sirvan para abrir boca de los espectáculos que se pueden ver en la Quinzena. Los Brodas y los <strong>Brincadeira</strong> irán por los vagones caldeando el ambiente y en tres paradas, habrá actuaciones.

–Será más espectacular ‘Origami’, ese contenedor gigante de 12 metros sobre el que ‘vuela’ la japonesa Satchie Noro.

–Son diferentes. <strong>‘Origami’</strong> es una propuesta potente al aire libre que se verá en espacios públicos de todos los municipios. Será muy chulo. El camión que se despliega es espectacular, y circulará por toda el área metropolitana, uniéndolos a través de una danza aérea que no dejará a nadie indiferente.

–¿Cómo van las inscripciones del 'flashmob' para el día 17?

–Hay mucha gente apuntada. La idea es que todas las escuelas y grupos locales se puedan apuntar para hacer algo juntos a las 12 del mediodía. Después, cada uno organizará actividades de danza a su medida. L’Hospitalet, por ejemplo, ocupará el centro con 'foodtrucks', danza en la calle y otras cosas.

–¿Y en Barcelona?

–Como ya tiene habitualmente mucha oferta de danza, hemos optado por montar una fiesta en Apolo, sala que celebra 75 años. De ella se encarga Pere Faura y está más destinada a la comunidad profesional.

–¿Cuál ha sido el criterio para seleccionar los espectáculos de sala?

–El Mercat ya tenía la programación cerrada y la puso bajo el paraguas de la Quinzena. Otros salas, como la Hiroshima, en diálogo con la comisión de la Quinzena, que es quien aporta el presupuesto, han programado especialmente para la muestra. En el SAT! fue parecido, pero ellos aprovecharon para traer propuestas que no tenían como el 'Pinocchio' de Jasmin Vardimon, y en el caso de La Caldera, se eligieron las propuestas por concurso a través de una comisión.

–¿La comisión artística de la Quinzena qué tenía en mente?

–Servir platos fuertes de la programación fuera de Barcelona. El Teatre Segarra de Santa Coloma no puede plantearse traer una compañía internacional como el Ballet National de Marseille. Pues la programamos, a ver si conseguimos que la gente se desplace en metro para ir allí, o que vaya a Badalona para ver otra cosa.

–Es un experimento.

–Sin duda. Y espero que muy tentador, porque tendremos a <strong>Kukai Dantza</strong> en L'Hospitalet, el <strong>Ballet National de Marseille</strong> en Santa Coloma y <strong>Antonio Ruz</strong> en Badalona. Tiene cabida todo aquello que entra en la palabra 'danza': hip-hop, clásico, contemporáneo, 'performance', flamenco... El reto es generar un público nuevo y lograr que el de Barcelona se desplace a otros teatros que, en realidad, no quedan tan lejos. La frontera es más mental que real. Se tarda 10 minutos en metro para llegar desde Barcelona al Teatro de L’Hospitalet.

–¿Tendrá continuidad el año próximo?

–El Ayuntamiento tiene intención de seguir adelante, pero hay que analizar los resultados de esta edición cero. Tengo la intuición de que este modelo puede funcionar porque hemos dado con una buena fórmula de colaboración. 

–La danza lleva tiempo intentando abrirse paso fuera de su paisaje habitual. ¿Piensa en extender la iniciativa a toda Catalunya?

–Hay municipios de la segunda corona metropolitana que ya se han interesado. Estaríamos encantados de que algunos espectáculos hicieran más bolos en Catalunya. Todo dependerá de la estructura que tenga el festival. Actualmente no tiene una propia. Todo se ha hecho sumando esfuerzos, a ratos libres de unos y de otros.

–Aun así, dé ideas.

–Debería haber alguien que organice, coordine, se preocupe. Habría que estimular la producción y fomentar proyectos. En este momento, lo más necesario es fomentar la apertura de públicos. Necesitamos festivales como el Sâlmon, con unos vectores estilísticos muy concretos, o el Sismògraf, que potencia a los creadores locales en el territorio. Todo es compatible.

–¿Y seguirá implicado en futuras ediciones?

–Este año ha sido una excepción. He contribuido a crear el festival, y si se decide hacer un concurso para la dirección artísitica del festival, puedo colaborar como colega. Si se opta por seguir con la comisión artística, habrá que hablar. En la edición cero he sido generoso con mi tiempo porque venía de dejar el Mercat para hacerme cargo del Festival Grec y tenía mucha información de espectáculos de danza. Ahora ya no estoy tan en contacto. Es un trabajo que requiere más de lo que yo le puedo dedicar en mis ratos libres.

–¿El precio de las entradas será una barrera? Los precios de los teatro municipales suelen ser ajustados. Además, si vas a ver un  espectáculo a L'Hospitalet, por ejemplo, y otro día, otro en Badalona, enseñando la entrada del primer espectáculo tendrás un 50% de descuento. Queremos que la gente circule, que vaya de un teatro a otro para ver más de un montaje. La barrera entre municipios es más psicológica que física. El transporte público te lleva muy rápido. Hay que ser ambiciosos: el público potencial es de cuatro millones de personas.

–¿Alguna previsión de público?

–Quizá peque de naíf, pero tengo la sensación de que irá muy bien. Los espectáculos de calle triunfarán. El éxito sería llenar los teatros de fuera de Barcelona, alcanzar el 80% de ocupación en espacios donde no programan ni están acostumbrados a ver danza. 

–El año pasado asumió la dirección de Grec. ¿Puede avanzar algo de la próxima edición?

–Estamos en un viaje que va del Mediterráneo a Singapur. Habrá un perfume asiático, porque el 20% de los espectáculos vendrán de India, China y Corea. Y entre los temas, estarán la crisis del capitalismo y el papel de la mujer. Habrá una apuesta fuerte por creadores locales. Destinaremos una cuarta parte del presupuesto, casi 500.000 euros de los dos millones del presupuesto, a coproducciones y artistas locales de una línea más contemporánea, creadores comprometidos de una nueva generación. También estoy desarrollando una red internacional de coproducción. Hay proyectos cerrados con Aviñón, Hong-Kong, Taiwan, Grecia y Nueva York.

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