UN ROMANCE DOCUMENTADO

¡Toda mi vida se quedará corta para amarte!

Entre junio de 1944 y diciembre de 1959, Albert Camus y María Casares mantuvieron una apasionada correspondencia que descubre su idilio y que ahora se publica en Francia

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EVA CANTÓN

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Fue la historia de amor de dos extranjeros. Albert Camus y María Casares, el francés de Argelia y la española exiliada. El escritor que se convertiría en una referencia literaria del siglo XX y la brillante actriz de la Comédie Française se cruzan por primera vez en la Francia ocupada por las tropas alemanas. Es el 19 de marzo de 1944, en la casa parisina del escritor Michel Leiris, durante la lectura de 'El deseo atrapado por la cola', una obra escrita por Picasso

Luego vuelven a coincidir en la de Marcel Herrand, el director del teatro Mathurins que propone a María Casares representar el papel de Martha en la obra de Camus 'El malentendido'. Cuando empiezan los ensayos, Camus está fascinado por la joven actriz. La noche del 6 de junio de 1944, fecha del desembarco de las tropas aliadas en Normandía, se hacen amantes. Ella tiene 21 años y él 30. 

Muy activo en las labores de la resistencia francesa, Camus vivía solo en París porque a su mujer, Francine Faure, profesora en Orán (Argelia), la guerra le había impedido reunirse con su marido. En septiembre de 1944, Faure regresa a París y un año más tarde da a luz a los gemelos Catherine y Jean.  

Herida, María Casares rompe con el escritor. El autor de 'El extranjero' no lo soporta y le escribe: «Da igual hacia dónde me gire, no percibo más que la noche. Sin ti ya no tengo mi fuerza. Creo que tengo ganas de morir».

Pero el episodio de la separación será solo eso, un episodio pasajero. Los dos amantes volverán a tropezarse, por casualidad, en el Boulevard Saint Germain de París el 6 de junio de 1948 y ese encuentro sellará definitivamente su relación. Una relación oficialmente clandestina –Camus nunca se separó de Francine Faure–, pero notoria en el ambiente artístico-literario de los años cuarenta del pasado siglo.

«Mi querido amor»

«Nunca me he sentido más pleno de fuerza y de vida. La enorme alegría que me llena levantaría el mundo», escribe Camus a su joven amante días después de su reencuentro. «Mi querido, mi amor, si tú supieras la confianza, la verdad, la integridad  el valor que me das ¡Dios mío, toda mi vida se quedará corta para amarte!», le responde ella. 

Por entonces, Camus era ya un autor reconocido, había publicado 'La peste' y empezaba a tener un gran éxito literario. María Casares había llegado a París en 1936, como muchos hijos de republicanos españoles. Nacida en A Coruña, su padre, <strong>Santiago Casares Quiroga</strong>, había sido ministro y presidente del Gobierno de la Segunda República y se exilió en Francia tras el golpe de estado de Franco.

Se hicieron amantes la noche del 6 de junio de 1944, la del desembarco aliado en Normandía

El mismo año de la publicación de 'El extranjero' (1942) y en el mismo teatro donde deslumbró a Camus, Casares inicia una carrera de actriz que la convertirá con el tiempo en una de las musas de la escena francesa. 

El romance entre Camus, el intelectual con aires de Humphrey Bogart, y la luminosa mujer de voz ronca hija del exilio franquista, tiene rasgos de leyenda. La que se va construyendo a lo largo de 12 años ininterrumpidos de cartas, postales y telegramas. 

«Hace tiempo que no lucho contra ti y que sé que, pase lo que pase, viviremos y moriremos juntos», le dice María Casares a su amante el 17 de octubre de 1956.

Los dos se escriben con frecuencia porque a menudo están separados geográficamente. Camus prefiere la luz del sur de Francia a la de París y tendrá, además, otras relaciones. Casares encadena las giras con la Comédie Française –Montevideo, Moscú, Nueva York…– con el Teatro Nacional Popular. 

Cuando en octubre de 1957 la actriz triunfa durante una gira en Argentina es en Camus en quien piensa. «Las pocas palabras de agradecimiento que tuve que decir las pronuncié pensando en ti». 

«Nunca me has faltado tanto»

Una semana más tarde, el 24 de octubre, es el novelista francés quien le envía un telegrama. «Nunca me has faltado tanto». Camus acaba de ganar el Nobel de Literatura con 44 años. A los dos les une la pasión por el teatro. El autor de 'El mito de Sísifo' confiesa incluso que solo en el teatro y en un estadio se siente «verdaderamente libre y en plena comunión con los hombres».  

La misiva que cierra la correspondencia está fechada cuatro días antes de la  muerte del escritor

Su relación epistolar no refleja solo la pasión que les unió durante años. Delata el cariño y la admiración recíproca, sus afinidades intelectuales, morales y políticas. Ninguno comenta en las cartas los hechos históricos que sacuden al mundo de entreguerras, pero en algunas se desliza el trasfondo de sus personalidades libres e independientes. Casares participa en muchos homenajes a los republicanos españoles, hombres y mujeres que han sacrificado una vida de felicidad «para no perder su derecho de hombre libre ante el mundo y ante ellos mismos». Camus será redactor jefe del diario 'Combat'.  

La última carta

La última carta de Camus a su gran amor está fechada el 30 de diciembre de 1959, cuatro días antes de su muerte. «Hasta pronto preciosa. Estoy tan contento con la idea de volver a verte que me río al escribir. Te abrazo, te aprieto contra mí hasta el martes, cuando volveré a empezar». Camus está en su casa de Lourmarin, en el sur de Francia, y decide viajar en coche a París el lunes 4 de enero. No llegará jamás. El Facel Vega que conducía Michel Gallimard se estrelló contra un árbol al sur de Fontainebleau, a 90 kilómetros de París. Camus viajaba en el asiento del copiloto y murió en el acto. Tenía 47 años. En el maletín del escritor apareció el manuscrito incompleto del 'Primer hombre' que sería publicado 34 años más tarde.

Catherine Camus tenía 14 años cuando murió su padre. En 1980 renunció a su carrera de abogada para encargarse de la gestión de la obra del premio Nobel. Si se decidió a publicar los documentos hasta ahora inéditos de la relación con María Casares fue porque temía la aparición de una edición pirata –una fotocopia de las cartas fue robada el día del entierro de Casares, fallecida el 22 de noviembre de 1996– y porque creyó que había llegado el momento de desempolvarlas.

«Sus cartas hacen que la tierra sea más vasta, el espacio más luminoso, el aire más ligero, simplemente porque ellos han existido», escribe Catherine Camus en el prefacio de 'Correspondencia. La historia de un encuentro artístico y de un amor pasional'.

En sus memorias, publicadas en 1980, Casares dijo de Camus que, durante su idilio, el Nobel había sido para ella «un padre, un hermano, un amigo, un amante y a veces un hijo». «Cuando se ha amado a alguien, se le ama siempre», confesaba años después de la desaparición del escritor.