LA POLÉMICA QUE NO CESA

La 'guerra de los Rose' argentinos

Maradona está dispuesto a enviar a su hija Gianinna a la cárcel por blanquear dinero que, según él, le robó la que fuera su mujer y madre de la joven

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ABEL GILBERT

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Al cumplir 57 años, el pasado 30 de octubre, Diego Armando Maradona se miró al espejo y contó lo que vio reflejado: una vida fulgurante y por momentos oscura le ha dejado marcas en el cuerpo y el alma. «No me arrepiento de nada. No maté a nadie. Me hice mal yo. Me caí, me levanté, me volví a caer, me volví a levantar y –con el amor de mis hijas– estoy vivo y me levanto todos los días para trabajar». Un Diego en estado puro, que se confiesa en público de todo lo que hace a la vista y en privado.

Si algo le faltaba al gran astro del fútbol es enfrentarse a Gianinna, su segunda hija. La disputa judicial que el campeón del mundo 1986 mantiene con su exesposa Claudia Villafañe ahora se trasladó a ella. Maradona la acusa de blanquear dinero que, asegura, su madre le robó cuando creía que lo administraba con pericia. Matías Morla, el abogado del 'Diez', amenazó a Gianinna con la cárcel. «Salió del país un lunes 31 de agosto, a las 8.57, a Uruguay. ¿A qué fue? … No hay otro destino que la prisión preventiva, porque uno de los motivos por los que el juez te puede dictar la prisión preventiva es por entorpecimiento de una causa». La hija menor no se demoró en responderle al padre a través de las redes sociales. «Perdoné cosas peores de él y hoy también decido hacerlo. Desde acá, a tantos kilómetros solo puedo mandarle todo mi amor y agradecerle, porque gracias a él también pude elegir quién y cómo quería ser», escribió la exesposa de Sergio 'Kun' Agüero, madre a su vez de Benjamin, el primer nieto de Maradona. 

"La droga te aniquila"

«Sin Claudia, hoy yo estaría en el jonca (ataúd). La droga te aniquila», dijo el exjugador en 1996,  uno de los momentos más difíciles de su vida. Ocho años antes se había casado con quien fue su primera novia en el Luna Park, un estadio cerrado de boxeo y baloncesto de la ciudad de Buenos Aires, ante 1.200 personas. Villafañe soportó todo: que Maradona tuviera dos hijos extramatrimoniales (Diego Jr, con la italiana Cristina Sinagra, y Jana, fruto de su encuentro en 1995 con Valeria Sabalain), su hundimiento personal, con el cambio de siglo, y el precio de la  resurrección, en el 2004. Fue esposa y representante. Y luego solo apoderada. Pero la relación se enturbió hasta la ruptura cuando el actual entrenador del Al Fujairah de Emiratos Árabes tuvo en el 2013 su quinto hijo, Diego Fernando, esta vez con Verónica Ojeda.

Todo se amplifica en la vida del futbolista al que llamaron ‘Dios’ y hasta tuvo su propia iglesia

A medida que su distancia de Villafañe se acrecentaba, el exentrenador del seleccionado celeste y blanco abría la puerta para que pasaran furtivamente Diego Jr y Jana. Ese giro, naturalmente, provocó tensiones y reproches. Pero las cosas nunca llegaron tan lejos como en medio de esa 'guerra de los Rose' a la argentina que protagoniza con su exesposa. Las historias tempestuosas del 'Diez' con las mujeres le han reservado un capítulo rutilante a Rocío Oliva, la exjugadora de fútbol con quien comparte sus días en el desierto de los jeques. 

Abuelo por segunda vez

Todo se amplifica en la vida del futbolista al que llamaron 'Dios' y hasta tuvo su propia iglesia. «En la clínica hay uno que se cree Napoleón y otro Robinson Crusoe. ¡Y a mí no me creen que soy Maradona!», dijo sobre sus días de hospitalización.  Hasta en la locura hay un límite: nadie puede ponerse a su altura. Maradona, que pronto será abuelo por segunda vez por vía de Diego Jr, pasa por todos los estados posibles, de la ponderación a la burla, de la sensibilidad social al ridículo, del amor al presidente venezolano, Nicolás Maduro, al rencor contra Jorge Sampaoli. Con Leonel Messi tiene un vínculo no exento de matices. «Lo quiero mucho y que para mí es un grande. No necesita ganar una Copa del Mundo para ser un grande. Ya lo es», dijo recientemente. Pero, de manera sutil, sugiere que siempre estará por debajo de él. 

Redes sociales

Maradona necesita el protagonismo como el aire, y eso incluye no solo hablar de política, sus hijos, la FIFA o la Federación argentina de fútbol, a la que amablemente define como «un polvorín». Maradona es, después de su paso prodigioso por las canchas, un hombre de los medios. «Las redes sociales hoy sirven para hacer multimillonarios a muchos, pero le han quitado un montón de amor de familia al mundo. Y eso no les importa mientras tengan su casa o su auto nuevo... Hay que mirar más a Haití, a África o a un montón de lados donde se necesita de verdad y nadie hace nada», dice Maradona, que, como se sabe, no siempre hace coincidir a sus palabras con sus actos. Y por eso también quiere estar siempre presente en el mundo virtual. Puede llevar su solidaridad a los 44 tripulantes del submarino 'ARA San Juan' perdido en el Atlántico Sur o a los familiares de los jugadores  del Chapecoense. Así vive Maradona. Y lo seguirá haciendo. «La felicidad es agarrar un reloj y hacer cuentas: cuánto tiempo fuiste feliz, cuánto infeliz, cuánto lloraste, cuánto te reíste». Diego está seguro de que en ese juego de sumas sería de nuevo ganador.