ÁCIDO 'BIOPIC' DEL DIRECTOR FRANCÉS

Genio Cretino Godard

La película 'Mal genio' muestra la transformación artística del cineasta durante sus años de matrimonio con Anne Wiazemsky, fallecida el jueves

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zentauroepp40433871 godard171006131536 / Jean-Paul Pelissier

Nando Salvà

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Jean-Luc Godard es uno de los bastiones de la 'nouvelle vague' y, por tanto, de los creadores del cine moderno; uno de los grandes autores de Europa, y un artista dotado de insobornable rigor intelectual y capacidad inagotable de reinvención creativa; y un enigma cuyo trabajo ofrece más preguntas que respuestas, y cuya figura es sinónimo de secretismo.

Godard es también, al parecer, un pedante ególatra y un cretino antisocial. Pero no siempre ha sido así. Hubo un tiempo en el que fue un hombre alegre y locuaz, que acompañaba cuanto decía de deliciosa ironía y una sonrisa maliciosa. 'Mal genio' explica el cuándo y el porqué de ese cambio.

Dirigida por Michel Hazanavicius, que en 'The Artist' revisó un episodio muy distinto de la historia del cine, la nueva película, en efecto, recuerda cómo el suizo abandonó a sus espectadores –que habían convertido títulos como 'Al final de la escapada' o 'El desprecio' en éxitos comerciales y a él en un gurú– justo al mismo tiempo que dejaba que su musa, Anne Wiazemsky, lo abandonara a él. Para ello se basa en el libro de memorias de esta, 'Un año ajetreado', centrado en sus cuatro años de matrimonio. La cruel casualidad ha querido que su estreno coincida con la muerte de la actriz y escritora el pasado jueves, a los 70 años.

La casualidad ha hecho coincidir el estreno de la película con la muerte de su exesposa, a los 70 años

Godard y Wiazemsky se enamoraron durante el rodaje de 'La chinoise' (1967), comedia sobre un grupo de estudiantes franceses que abrazan el maoísmo. A pesar de que por entonces los movimientos obreros y estudiantiles empezaban a extenderse por Francia anticipando lo que un año después sería una revolución social, la película fue un fracaso estrepitoso. "Aquello sumió a Godard en una crisis existencial y lo convirtió en un manojo de contradicciones", recuerda Hazanavicius. "Un hombre tremendamente autocrítico y a la vez pagado de sí mismo, que hablaba como un maoísta pero vivía como la élite, y que renegaba de sus primeras películas mientras los fans le decían una y otra vez que esas eran precisamente las que ellos preferían".

Desesperado por seguir siendo radical, el cineasta renegó de narrativas convencionales y se erigió en voz del proletariado, enfrentándose violentamente en el proceso con la crítica, con sus compañeros de la 'nouvelle vague' –François Truffaut llegó a decir de él que era "un pedazo de mierda en un pedestal"– y con los activistas estudiantiles a los que decía abanderar, que lo veían viejo y burgués.

Insufrible y patético

Aparentemente decidido a quedarse solo, adoptó posturas como el antisemitismo a pesar de que probablemente ni siquiera creía en ellas. En una escena de 'Mal genio', lo vemos dirigirse a un auditorio lleno de estudiantes y comparar a los judíos con los nazis. Trata de ser provocador, pero únicamente resulta idiota. Interpretado por Louis Garrel –hijo de otro genio huraño del cine francés, Philippe Garrel–, este Godard de hecho tiene menos de visionario que de bufón. También es cruel, celoso, hipócrita, patético y, en general, más bien insufrible.

"Hacer una película sobre mi primer matrimonio es una idea muy, muy estúpida", asegura el cineasta

"Es mi versión de Jean-Luc Godard, que no tiene por qué coincidir con la persona real", afirma Hazanavicius. "Durante el rodaje, él pidió leer el guion, así que se lo mandé inmediatamente. No obtuve respuesta. Posteriormente, al acabar la película, le ofrecí organizar una proyección para él solo, pero tampoco contestó". El aludido aseguró que hacer una película sobre su primer matrimonio "es una idea muy, muy estúpida" poco antes de la presentación de 'Mal genio' en Cannes. "A decir verdad, pensé que diría algo extremadamente ofensivo de mí –añade el director–. No creo que jamás vea la película, y no me importa lo que piense de ella. Los fans lo tratan como un Dios, pero no lo es".

Homenaje al legado

Al tiempo que cuestiona al hombre y al artista, eso sí, la nueva película es una verdadera celebración de parte de su legado. Su estilo visual funciona a modo de homenaje a la estética desarrollada por Godard en películas como 'Una mujer es una mujer' (1961), 'Pierrot, el loco' (1965), 'Masculino, femenino' (1966) o la propia 'La chinoise' –decorados y vestuario que podrían haber sido diseñados por Mondrian, divisiones en capítulos excéntricamente titulados, rupturas de la cuarta pared–, especialmente en las escenas que recrean la domesticidad del creador con su actriz y esposa.

A lo largo de la película, vemos a Wiazemsky comprobar impotente cómo la 'rockstar' de la que se enamoró se cierra cada vez más en sí misma y se obsesiona por dominarla intelectual y psicológicamente mientras la tacha a ella y a todos los actores de "prostitutas".

Hazanavicius sostiene que el fin de la relación fue, al menos en parte, lo que causó la transformación de Godard en un misterioso recluso: "El modo en que destruyó su amor es un reflejo del modo en que destruyó su carrera". Por supuesto, decir eso asume que el fracaso comercial implica también el artístico; que una película que no conecta con el público es una película inútil. Es una afirmación comprensible viniendo del director de una película ganadora de cinco Oscar pero del todo discutible.

Jean-Luc Godard tiene 87 años. Desde que en 1968 fundó el colectivo Dziga Vertov, ha seguido siendo un creador increíblemente prolífico, y son muchos quienes han aplaudido cada uno de sus sucesivos experimentos artísticos; otros, en cambio, consideran que el suizo se echó a perder hace medio siglo. Dependiendo del lugar que ocupe usted, considerará 'Mal genio' una abominación o la mejor obra godardiana de las últimas décadas.